"...Por cierto, Vicente, y ahora que no nos oye nadie: si quieres saber cómo se incita al odio entre territorios, sintoniza TV3..."
Piqué, León y los peces de la federación
El presidente de la federación de fútbol de Castilla y León, el honorapla Marcelino Maté, atendió el otro día, después del broncazo del público leonés a Piqué, a un periodista de Radio Marca. No dijo nada irreparable, nada querellable, un capotazo por aquí, un amago por allá, una banderilla por el otro lado... Vamos, lo mismo de casi siempre. Pero hete aquí que, una vez realizadas esas anodinas e insípidas declaraciones, y pese a que el bueno de Marcelino quiso arreglarlo después, alguien debió decirle que el término "entendible" aplicado al comportamiento que una parte de la afición tuvo hacia el defensa del Barcelona podría causarle problemillas, y quién sabe si hasta la expulsión en diferido del Paraíso Terrenal. Porque, ahora mismo, en la situación actual, el respetable sólo lo es salvo que critique un jugador culé, en cuyo caso pasa de respetable a despreciable.
La hipoauracanada reacción de Maté, con comunicado oficial poniendo a parir a Radio Marca y con el postre de una llamada en directo a la emisora para cuestionar la profesionalidad del periodista que le hizo la entrevista, demuestra mejor que cualquier artículo de opinión quién manda ahora mismo en la selección y por qué, por ejemplo, Del Bosque puso el otro día cara de pez cofre cuando pitaron el himno e insultaron a Felipe VI, y luego saltó con Piqué. Lo mejor de todo es que si el asesor de turno no le hubiera fundido los plomos a su jefe, las declaraciones del gran Marcelino habrían pasado inadvertidas mientras que, ahora, todo el mundo sabe qué dijo, dónde lo dijo y por qué salió llorando, primero, corriendo, después, y aporreando, más tarde, la puerta de Radio Marca. Maté, ¡acabas de hacer internacional al periodista!... Por cierto, Vicente, y ahora que no nos oye nadie: si quieres saber cómo se incita al odio entre territorios, sintoniza TV3.
Así que el público de León pasó de respetable a despreciable por la pitada a un futbolista del Barça. No me cabe la menor duda de que Maté acabará llegando lejos, quién sabe si incluso hasta la presidencia del Consejo Superior de Deportes que hoy ocupa Miquell Cardenall. Nadie osó preguntarle a Piqué si él se sentía español y, todos a una como en Fuenteovejuna, se desvió la atención con la cortina de humo de Kevin Roldán, a quien por cierto también han hecho internacional.
Piqué, que sí pidió perdón en privado, se ratificó en público y dijo que él volvería a chotearse del Real Madrid. Del Bosque puso otra vez cara de pez, un Regalecus glesne en este caso, y Cardenall, que cuando pitaron al Rey adoptó la forma de un pez mandarín, dijo que Gerard Piqué es "patrimonio de España". Por cierto: la Comisión Antiviolencia ha parado para desayunar para después volver a parar a comer mientras sigue recabando información sobre lo que sucedió realmente en el Camp Nou, algo que vieron en Toowoomba, Queensland, pero que el árbitro no recogió en el acta del partido.
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