Gran debut de Roca Rey y faena sublime de Posada de Maravillas
J.A. del Moral · 05/07/2015
Plaza de toros de Pamplona. Domingo 5 de julio de 2015. Primera de feria. Tarde-noche calurosa con viento refrescante y dos tercios de entrada muy repartidos.
Seis novillos de El Parralejo con muy buenas hechuras y de juego . Tan noble como débil el primero. Feble de salida y a mejor en la muleta el segundo. Muy deslucido el tercero. Excelente el cuarto. Noble pero muy tardo el quinto.
Posada de Maravillas (marfil y oro): Pinchazo arriba y casi entera algo trasera y desprendida tras echarse el animal, silencio. Estoconazo y varios descabellos, aviso y vuelta al ruedo tras petición.
Varea (grana y oro): Pinchazo hondo y estocada, petición y vuelta al ruedo. Pinchazo y casi entera, palmas.
Andrés Roca Rey (salmón y oro): Pinchazo y estocada, ovación. Estoconazo, oreja y fuerte petición de otra.
Posada y Roca Rey podrían haber salidos a hombros. Lo impidió el fallo a espadas de ambos. Posada en el cuarto. Y Roca en el tercero.
Gozamos en la más reciente actualidad de una baraja novilleril de verdadero lujo con grandes posibilidades de llegar a ser figuras del toreo. Este año, la Comisión Taurina de la Santa Casa de la Misericordia de Pamplona, ha tenido el buen gusto de anunciar para el primer festejo de la feria una terna de gran categoría.
Posada de Maravillas es el más artista de todos, un superclase que el año pasado sufrió aquí mismo una gravísima lesión que le tuvo en el dique seco casi toda la temporada y en la presente ha vuelto aún mejor que cuando empezó. Sus éxitos en Madrid y en Sevilla lo atestiguan.
Pero es que, tras el extremeño actuarán dos de los más prometedores: El castellonense Varea y el limeño Andrés Roca Rey.
Varea, aunque algo desigual, cuando está tan bien como le vimos el año pasado en Zaragoza y este hace pocos días en Alicante, rompe los mejores esquemas del temple dentro de unas formas academicistas postmodernas porque porta todo lo viejo y todo lo nuevo. Roca Rey, por su parte, lo tiene todo en grado superlativo: Valor, inteligencia y arte. Un exquisito todo terreno que está llamado a ser el mejor torero que ha dado El Perú con notable diferencia. Pero no solo de El Perú. También del mundo entero. Torero universal habemus pues.
El ganado, de El Parralejo, lleva sumados varios éxitos en este aperitivo de las corridas sanfermineras y la novillada que trajeron para el de ayer, no pudo estar más en el tipo de embestir. Vamos con los detalles y con los resultados.
Había expectación por el regreso de Posada de Maravillas a Pamplona. Fue aplaudido en el paseíllo. Aplausos que se repitieron al culminar con una media el ramillete de excelentes verónicas con las que saludó al bonito y por el momento noble primer novillo. Muy justo de fuerza como evidenció perdiendo las manos al tomar el primer puyazo. También las perdió en uno de los delantales del quite que hizo Posada. Sobró el segundo puyazo, para colmo señalado en los lomos. Muy buena la media de Varea en su quite que no debió hacer por la debilidad del animal. Solo un buen par de Jesús Márquez. Posada brindó a los directivos de la comisión taurina de la Santa Casa. Los bonitos muletazos diestros de la faena de Posada quedaron deslucidos por lo feble del animal. Y lo mismo ocurrió con los naturales. Los pectorales de remate fueron lo mejor del trasteo. No obstante, quedó patente la clase del extremeño que mató de pinchazo arriba y estocada casi entera.
Al colorao cuarto lo saludó con preciosos lances a la verónica. Lástima que este novillo también careció de fuerza. Cuidado en varas, Varea no perdonó el quite que hizo por chicuelinas. Cubierto el tercio de banderillas, Posada brindó al público una faena que inició en los medios con el cartucho de pescao a izquierdas mas varios naturales no del todo consumados. Cambió de mano y toreó muy bien por redondos ligados al de pecho. Y mejoró lo ya hecho al natural seguidos de más redondos con repajolera enjundia, pureza interpretativa y esa clase especial de elegido que tiene. Lo ratificó de nuevo al natural, más a derechas, adornos y desplante de rodillas. Debió cortar pero, emborrachado con su propio arte, siguió por perfumados ayudados por bajo. Y como mató de un contundente estoconazo, quedando el animal amorcillado. Tuvo que descabellar repetidamente y lo que iba para dos orejas quedó en una vuelta al ruedo muy valiosa. Como el festejo se televisó en directo, la gran faena llegó a todo el mundo. Como si la hubiera hecho en todas las plazas a la vez. Enhorabuena.
Hay un Varea magnífico y otro desdibujado. La última vez que le vimos fue en Alicante y anduvo sensacional. El segundo novillo remató fuertemente en tablas nada más salir y no termino de embestir bien en el capote del castellonense que quiso lucirse por verónicas sin lograr consumar ningún lance. Casi perdió las manos en el largo y sobradamente cumplido primer puyazo. No quedó en buenas condiciones para quitar con lucimiento. Como en el primer novillo, también sobró el segundo puyazo que solo fue señalado. Entró en su turno el peruano Roca Rey que anduvo sembrado en un variado quite. Primera llamada de atención del debutante. El novillo esperó mucho en banderillas. Bien en la brega José Manuel Montoliú y en palos Alfonso Carrasco. Mejoraron las embestidas del novillo en la muleta. Bien conducida por Varea por bajo y en redondo con la derecha y en un precioso cambio que ligó al de pecho zurdo. Todo con mucho temple. Muy sabrosos los naturales intercalando un farol. Gustaron al público. Y a mí. Con el animal ya tardeando, más redondos y uno de pecho de rodillas. Y más naturales a pies juntos de uno en uno. Un pinchazo hondo le quitó la posibilidad de cortar una oreja que hubiera caído de haber acertado como en el segundo envite. Se la pidieron sin mayoría y dio una vuelta al ruedo.
El quinto salió echando las manos por delante, lo que deslució las buenas intenciones capoteras de Varea. Picado en exceso aprovechando que el novillo recargó en el primer encuentro. Quite de Varea por verónicas y revolera quedando desarmado. Y otro puyazo esta vez leve. Quiso Varea que solo tomara uno. Que hubiera dicho al picador que no se ensañara en la primera vara. Quite por gaoneras impertérritas de Roca Rey. Muy jaleadas por el público. Muy bien Montoliú y Diego Valladar en palos pese a lo distraído del burel. Brindis de Varea al público. El novillo quedó muy tardo de embestidas aunque noble. Y Varea volvió a purificar sus maneras con la muleta sobre ambas manos aunque por lo cada vez más remiso del animal no pudo ligar un trasteo que terminó resultando pesado aunque lo salvó en su tramo final con unos circulares semigenuflexo. Una especie de poncinas baratas. Además falló a espadas. Y esta vez no pudo dar la vuelta que dio tras matar al primero.
El tercer novillo salió alegre, corretón y suelto. Roca Rey lo saludó con una larga cambiada de rodillas en el tercio. Por lo muy suelto del animal y muy flojo de remos, no pudo lucirse más con el capote. Apenas pudieron picarlo mientras varios espectadores pedían que se devolviera a los corrales. Pero fue al caballo dos veces y tuvimos que tragar. Sobre todo el espada limeño. El novillo se dolió mucho en palos. Y Roca empezó la faena por estatuarios sin moverse rematando con un cambio por la espalda quedando desarmado sin que ello impidiera la ovación del público. Pese a lo muy deslucido del animal, Andrés resolvió el trance con el valor y la inteligencia que le sobra. Sobre todo al natural. Un circular invertido limpísimo y el arrimón final, puso de acuerdo a los aficionados. Por este superar las malas condiciones del novillo, cayó de pie en su debut sanferminero. Pese a no cortar oreja por fallar a la hora de matar. Galleó por rogerinas para llevar el novillo al caballo. Muy cuidado en varas. Roca lo quiso entero.
Muy suelto de salida el sexto novillo. En vista de lo cual y como se fue de los intentos a la verónica, Andrés se la jugó por chicuelinas muy arrebujadas que remató con vistosa serpentina. Quitó por tafalleras. Muy distraído y escarbador en banderillas. También brindó al público su faena Roca Rey. Y la inició en los medios con pases cambiados a derechas. Dos naturales a pies juntos. Distancia para seguir por redondos aunque sin poder evitar que el animal doblara las manos. Sea como fuere, el torero puso mucho más de su parte que el novillo hasta sacarle bastante más de lo que tenía y, encima, jugándosela sin miramientos de ninguna clase. Este Roca Rey es inasequible a cualquier desaliento. Tras varios cambios por delante, un desplante de rodillas y más adornos, un estoconazo de rápidos efectos provocó una petición mayoritaria de dos orejas. Pero la presidencia solo concedió una. Quizá la faena no fue de dos. Pero si la actuación de conjunto. No importa. Digo lo mismo que dije tras la sublime faena de Posada. Esta novillada fue vista por todo quien quiso desde cualquier rincón del planeta. Ahí quedó lo visto.
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