Enrique Ponce ha cuajado una tarde de absoluta superioridad en la plaza de Roquetas, donde su magisterio ha sido clave para sacar el máximo partido a sus dos toros y construir faenas de enorme mérito.
- La tarde de ayer de Perera en Roquetas fue quizá la mejor con mucho de las que lleva sumadas en esta temporada
Ganadería: Alcurrucén
Enrique Ponce ha cuajado una tarde de absoluta superioridad en la plaza de Roquetas, donde su magisterio ha sido clave para sacar el máximo partido a sus dos toros y construir faenas de enorme mérito. Ponce cortó dos orejas, una de cada uno de sus toros, un premio que se queda corto para la dimensión dada por el torero, que merecía con creces las dos orejas del cuarto de la tarde, trofeo que el presidente le negó de forma incomprensible y cicatera.
El primero de la tarde manseó de salida y se quedó corto en el capote, impidiendo el lucimiento. Fue bien picado por Manolo Quinta y Ponce firmó un bello comienzo de faena a la vez que efectivo, doblándose con él con mucha torería. Las dos primeras series fueron muy poderosas y en ellas fue haciendo al toro, que soltaba la cara y tendía a quedarse corto. Por el izquierdo acusó más este defecto pero el maestro poco a poco fue alargando la embestida. Cuando volvió a la derecha atacó más al toro y logró dar una serie muy compacta y meritoria que llegó mucho al público. Tapó en definitiva los múltiples defectos del toro y estuvo muy por encima, matando de una estocada sin puntilla que le valió la primera oreja de la tarde.
Al segundo de su lote le dio algunos lances buenos por el pitón derecho, lado por el que el toro embestía con más recorrido. Comenzó la faena gustándose en muletazos diestros y con buenos remates de pecho. En la primera serie lo empujó bien hacia delante y fue construyendo la embestida. No fue fácil el de Alcurrucén, que embestía con ímpetu en la primera arrancada y repetía de forma desordenada y metiéndose mucho. Cuando cambió a la zurda logró una primera tanda muy buena y una segunda que fue mejor todavía, con muletazos asentados y de bella estampa que parecían imposibles dada la materia prima con la que contaba. Cuando volvió a torear con la derecha lo metió en la canasta también por ese pitón, rematando la serie con un bonito cambio de mano. Con la zurda acabó de exprimir al toro y también lo hizo con la derecha cuando parecía imposible dar más muletazos. Mató de buena estocada casi entera y cortó una oreja cuando los méritos eran para haber cortado dos. Nadie entendió la decisión presidencial. Parecía como si todos en la plaza hubieran apreciado el mérito de Ponce en su justa medida menos él.
Miguel Ángel Perera por su parte, tuvo el mejor lote de la corrida y la verdad fue que brilló en su máximo esplendor con ambos, cotando dos orejas de cada uno. Cabe comentar que la tarde de ayer de Perera en Roquetas fue quizá la mejor con mucho de las que lleva sumadas en esta temporada. No le venían rodando las cosas como en su grandiosa campaña de 2014. Y ha sido en Roquetas donde se le volvió a ver de nuevo en plenitud total. Naturalmente, salió a hombros junto al gran maestro valenciano.
En contraposición a ambos, Alejandro Talavante no tuvo su tarde y perdió algún trofeo con la espada.
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