FOTO: PALOMA AGUILAR
"...Agarró una buena estocada y, sorprendentemente, el presidente concedió una oreja, que no llega a "orejita" como despectivamente se suele llamar en la jerga al trofeo devaluado, provocando el enfado y los gritos de "fuera del palco" desde los tendidos..."
Vanegas corta una oreja sin méritos y a Valencia se la quitan en Las Ventas
Javier López
Madrid, 12 julio 2015 (EFE).- El venezolano Manolo Vanegas cortó hoy en Las Ventas una oreja por una faena de muy pocos méritos, mientras que al colombiano Guillermo Valencia se la quita "el palco" tras una labor mucho más asentada.
FICHA DEL FESTEJO.-
Tres novillos -primero, segundo y sexto- de Toros de la Plata, dos -tercero y cuarto- de Herederos de Antonio Ordóñez y un sobrero -el quinto- de Aurelio Hernando, desiguales de todo. El mejor, el enclasado y suavón primero; el blando segundo defendió; el mansito tercero se dejó en la muleta; el cuarto fue deslucido; el quinto se vino a menos; y muy soso, el sexto.
Jorge Escudero: media perpendicular, caída y atravesada (silencio tras aviso); y pinchazo, y media desprendida y atravesada (silencio).
Manolo Vanegas: tres pinchazos y descabello (silencio tras aviso); y estocada ligeramente trasera (oreja).
Guillermo Valencia: estocada caída (vuelta al ruedo tras petición); y pinchazo y estocada (silencio tras aviso).
En la enfermería fue atendido Escudero de: "puntazo sobre cabeza de peroné izquierdo, con contusión del nervio ciático poplíteo externo. Pronóstico reservado"
La plaza registró menos de un cuarto de entrada en tarde calurosa.
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SIN CRITERIO NI SENSIBILIDAD
La historia de la calurosa tarde de hoy tuvo doble lectura. Una con final feliz, firmada por los debutantes Manolo Vanegas y Guillermo Valencia, que con actitud, entrega y buenas maneras, cayeron de pie en su debut en Madrid; y otra marcada por la tristeza de ver a un novillero ahogado en su propio verdor, Jorge Escudero, que a buen seguro se acordará del novillo y la ocasión perdida.
Lo ilógico fue el baremo por el que se rigió el presidente, que no le dio la oreja a Valencia en su primero y, en cambio, se la concedió después a Vanegas en el quinto por una faena de mucho menos calado y por supuesto con escasos pañuelos en la petición. Faltó criterio y, sobre todo, sensibilidad.
Vanegas mostró sus credenciales con un arrebatado saludo de capote a su primero, novillo que se dejó las fuerzas en el peto, llegando a la muleta defendiéndose y quedándose corto. El debutante venezolano se mostró tesonero, en actitud de no dejarse ganar la pelea, pero la faena no llegó a tomar armazón por lo poco, o nada, que colaboró el utrero.
Con dos faroles de rodillas saludó Vanegas al cuarto, que se vino muy a menos después de un esperanzador inicio de faena. El venezolano estuvo enfibrado, pisando terrenos comprometidos en una labor de firme y valiente.
Agarró una buena estocada y, sorprendentemente, el presidente concedió una oreja, que no llega a "orejita" como despectivamente se suele llamar en la jerga al trofeo devaluado, provocando el enfado y los gritos de "fuera del palco" desde los tendidos.
El colombiano Valencia se enfrentó a un primer novillo que, pese a mansear en los primeros tercios, y a ser también un punto tardo en las arrancadas, respondió en la muleta de un Valencia muy entregado, toreando de largo, quedándose en el sitio entre pase y pase, y conduciendo con autoridad y asentamiento a su oponente por el pitón derecho.
Le faltó un punto más de temple, más reposo, sobre todo al natural, pero pesó más la actitud del debutante, que cerró faena por estatuarios antes de salir por los aires al tirarse con la espada a matar o morir. Hubo petición de oreja, pero aquí el presidente, en un alarde de poca afición, no se la dio, y al final tuvo que conformarse con la vuelta al ruedo.
El sexto se movió pero con mucha sosería y sin humillar. Valencia volvió a mostrarse suficiente en una faena trufada con momentos de buen toreo, pero muy venida a menos al final, con el animal ya apagado por completo.
A Escudero se le notó lo poco toreado que está (hoy era su segunda actuación en dos temporadas, y ambas en esta misma plaza) para creérselo y saber aprovechar las bondades de su primer novillo, un animal con calidad, un punto tardo, pero repetidor en sus nobles y suavonas embestidas en cuanto tomaba la muleta.
El vallisoletano estuvo atenazado y demasiado tenso durante toda la faena, y, aunque hubo ciertos momentos en los que se soltó algo más y recetó algún pase a derechas de buen aire, la sensación final fue de que el novillo se le fue enterito a Escudero, que desperdició una oportunidad de oro.
El cuarto, en cambio, fue novillo que no prestó nada al lucimiento de un Escudero tan voluntarioso como anodino. EFE
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