No faltaron en los tendidos – y esto es novedad – banderas de Navarra y de España. ¡¡ VIVA ESPAÑA !!
Solamente dos toros y dos orejas de distinto valor
J. A. del Moral / FOTOS JAVIER ARROYO
Plaza de toros de Pamplona. Jueves 9 de julio de 2015. Quinta de feria. Tarde medio calurosa, algo ventosa y con lleno.
Seis toros de Victoriano del Río, muy bien aunque desigualmente presentados y de juego dispar. Blando pero muy noble el primero. Extraordinario el segundo. Sin clase y pronto a menos el tercero. Deslucido y finalmente rajado el cuarto. Pésimo el quito.
Sebastián Castella (grana y oro): Gran estocada, oreja. Pinchazo hondo sin soltar, otro pinchazo y descabello, aviso y silencio.
Iván Fandiño (caña y oro): Buena estocada, oreja. Estoconazo trasero y cuatro descabellos, silencio.
Alejandro Talavante (turquesa y oro): Pinchazo sin soltar, trasera tendida y tres descabellos, silencio. Pinchazo hondo, silencio tras injustos pitos.
Tarde de pruebas. En casos para bien y en otros para mal. Me refiero a si se confirma el gran momento de Castella y de Talavante. Y a si se confirma también el no tan bueno sino el mal pasar de la ganadería de Victoriano del Río y del diestro de Orduña, Iván Fandiño.
La camada de Victoriano del Río no está dando esta temporada el gran juego que nos tenía acostumbrados. Ojala que sea un bache pasajero y se acabé en San Fermín. Lo salvó solamente con los dos primeros toros. El segundo realmente extraordinario.
Castella y Talavante llegan a Pamplona desde sus triunfos isidriles y en muchas otras plazas antes y después del gran compromiso madrileño. Castella salió bien parado con una oreja del primer toro.
Iván Fandiño por su parte, lleva una temporada sin levantar cabeza. En Pamplona solía triunfar sin mayor discusión, como también en Mont de Marsan donde está anunciado un mano a mano nada menos que con Enrique Ponce. ¡Qué atrevimiento, Dios mío! Veremos, porque allí estaré. Pero el caso es que desde que un toro le pegó a Fandiño un terrible golpe en la también francesa plaza de Bayona el pasado agosto, no es ni de lejos lo que llegó a ser en una escalada que se ha interrumpido súbitamente. Ayer tuvo en sus manos el toro de la tarde, el segundo, y anduvo bien aunque por bajo de la clase del animal. Cortó una oreja.
Independientemente de lo que hicieron sus dos compañeros, el morbo de la tarde recayó precisamente sobre Fandiño que para mayor curiosidad, también actuará hoy viernes 10. Mucha tela por cortar, pues. A ver si tiene tanta suerte como en la primera.
Ayer presidió la corrida el anterior alcalde de Unión de Pueblo Navarro. Al aparecer en el palco, los de sol pitaron y los de sombra volvieron a ovacionarle como siempre. No faltaron en los tendidos – y esto es novedad – banderas de Navarra y de España. ¡¡ VIVA ESPAÑA !!
Los tres matadores y sus cuadrillas de banderilleros y picadores – también los monosabios y los mulilleros – hicieron el paseo descubiertos de sus monteras, castoreños o boinas. Todavía hay mucha gente que no sabe por qué.
Colorao chorreao de pelo fue el primer toro. Imponente y veleto. Sin fuerza y echando las manos por delante en el frustrado intento de recibo por parte de Sebastián Castella. Perdió las manos al tomar el primer puyazo. Se simuló el segundo. Quite inoportuno y para colmo sucio en su remate de Fandiño. A este le encanta hacerlo aunque el toro carezca de fuerza y perjudique al compañero. Así se las gasta el de Orduña. Bien Isaac Mesa en palos. Castella brindó en los medios y allí mismo empezó la faena con pases cambiados que es su arranque favorito. Tampoco el toro era para eso porque le obliga demasiado haciendo el 8 dos veces. Le salió bien y, menos mal, el toro apenas lo acusó como vimos en los redondos que siguieron realmente excelentes en sucesivas rondas que ligó a los de pecho o con molinete seguido de un cambio. Muy noble el burel.Al natural tuvo que tirar del animal de uno en uno. Ya había ofrecido lo poco que tuvo de fuerza. Lo mismo ocurrió en el tramo final sobre ambas manos en una sobredosis templadamente recetada. Unas manoletinas cerraron la obra del francés que está mejor que nunca. También con la espada. Una gran estocada. Cayó la primera oreja de la tarde.
Gigantesco de aspecto el cuarto. Salió distraído y se emplazó. No metió bien la cara y se quedó corto en los lances de Castella. Fue cuidado en varas y Fandiño hizo su quite. Por chicuelinas enganchando en dos. Ido arriba en banderillas con genio, no resultó lucido el tercio. Tuvieron que quitarle un palo metido en el agujero de un puyazo. Castella empezó debidamente por bajo con la derecha. Y, acto seguido, se fue a los medios citando de lejos para con la misma mano someter la aspereza del burel. Aplacado el animal, se empleó al natural con desigual temple. El toro los tomó solo cuando Castella le bajó mucho la mano. Y al regresar a la derecha, el animal se había rajado ya. Lo evidenció más en los naturales que siguieron. Y a matar. Le costó cuadrar. Pinchazo hondo sin soltar, otro soltando y descabello.
El castaño segundo, también imponente y veleto, se prestó al capote de Fandiño que enjaretó verónicas normalitas ganando terreno. En la brega perdió las manos. Muchos capotazos empleó el vasco para llevarlo al caballo. Como en el toro anterior, se simuló la suerte y no hizo el quite que le correspondía. Fue Talavante quien intervino brevemente después de otra simulación. Lo banderillearon de trámite. Fandiño brindó al Cielo. Empezó en tablas con cuatro cambios diestros enganchados. Extraordinario el toro. De lío. Buenos los primeros redondos. También los de la segunda y la tercera tandas aunque un tanto acelerado, sin someter al toro. Dio sitio para los naturales en los que tuvo que perder pasos ligando a los de pecho. Vuelto a la derecha, bajaron el tono y el temple. Terminó dando manoletinas de rodillas con las que calentó al personal, un tanto frío antes. No obstante y pese a no someter a su enemigo, esta fue la mejor faena que le he visto esta temporada a Fandiño. Mató de buena estocada y cortó la segunda oreja de la tarde. Fue toro de dos. Que conste.
Muy agresivo de pitones el negro quinto. Suelto y sin humillar nada en el capote de Fandiño aunque terminó pegándole discretos lances. Por su cuenta el toro al caballo sin que apenas le pegaran. Y casi lo mismo en el segundo encuentro. Bien Miguel Martín en palos y Pedro Lara en la brega. Muy reservón el toro. Fandiño empezó la faena con la derecha por alto agarrado a las tablas con la izquierda. Y con el animal en el tercio sobre las rayas, medios muletazos diestros y el de pecho sin que el animal quisiera colaborar. Junto a pases templados, otros enganchados. Mucha voluntad por agradar de Fandiño. Pero esta vez no hubo toro para lucirse. Desplante inapropiado tras arrojar la muleta a la arena. Continuó el arrimón con miradas al tendido. Y como no pasaba nada, estoconazo trasero. Fandiño sufrió un pitonazo en una mano en busca del descabello. Pegó cuatro entre pitos injustos.
Muy alegre la salida del negro tercero. Suelto de los templadísimos lances de Talavante. Suelto, si. Pero muy noble. El primer puyazo, recetado en forma, lo tomó al relance en su huída anterior y posterior a la agresión. En bravo el segundo puyazo. Pero en la brega, echó la cara arriba. Grandes pares de Juan José Trujillo. Tanteos de Talavante para arrancar la faena y, una vez abierto el animal, naturales marca de la casa sin que el animal terminara de romper. Remiso y peor por el lado derecho, Alejandro regresó a su mano preferida, dándolos al paso hacia hablas para cambiar de muleta y de espada sin mayor deseo que matarlo. Un pinchazo sin soy la brevedad del trasteo enfadó a parte del personal. Añadió una estocada tendida trasera y tres descabellos.
Tan imponente como blando el sexto que pesó 600 kilos. Primer puyazo trasero y contrario. Y en marrajo, acobardado y nuevamente por los suelos. Se defendió el el segundo aculándose en tablas tras sentirlo. No hubo toro para Talavante. Solo valieron los dos primeros. Este sexto se dolió en palos. Muy bien Trujillo en la brega del tercio de banderillas. Talavante se llevó el toro casi hasta los medios e intentó pasarlo con la izquierda. Dos cuartos de pase y un trcero enganchado. Y nada o casi nada a derechas. A este debió matarlo antes que a su primero. Fue lo que hizo muy decepcionado. No era para menos. Tuvo que matar con el toro pegado a las tablas. Tardó Talavante en tirarse. Pero tuvo suerte al doblar el animal de un pinchazo hondo. Nuevamente fue pitado con injusticia.
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