"...El Papa es un hombre. Como tal puede equivocarse y a menudo lo hace. Como todos. Y desgraciadamente sus equivocaciones son mucho más sonoras que sus aciertos, que son muchos más...."
LFU / 10/07/2015
Que el Papa es el vicario de Dios en la tierra y que, como tal, los católicos le debemos obediencia y por tanto creer, cumplir y aceptar su magisterio solemne, es decir, el que proclama por un acto definitivo la doctrina en cuestiones de fe y moral y está asistido por el Espíritu Santo, es algo indiscutible, desde luego, para mí.
Ello no implica que los católicos debamos estar de acuerdo con el Papa en todo aquello que no constituya magisterio solemne de la iglesia. Es evidente que el hombre es dueño de sus silencios y esclavo de sus palabras y no cabe duda de que el riesgo de meter la pata se incrementa exponencialmente cuanto mayor es la locuacidad del hablante. El Papa Francisco, que encarna la virtud de la caridad, no es un prodigio de prudencia en sus manifestaciones ordinarias, por su condición de extrema locuacidad.
El Papa es un hombre. Como tal puede equivocarse y a menudo lo hace. Como todos. Y desgraciadamente sus equivocaciones son mucho más sonoras que sus aciertos, que son muchos más.
No cabe duda de que en su viaje por Hispanoamérica el Papa ha cometido errores, para empezar, la lectura que ha hecho de la independencia de los países americanos que no nació de la conciencia de los oprimidos, sino más bien en las logias masónicas y en las clases acomodadas. Fue muy claro al respecto San Juan Pablo II al elogiar la enorme contribución de España a la cultura, los valores y la fe de toda Hispanoamérica. Aunque hoy sabemos que le dijo "No está bien eso", hubiera preferido también una mayor firmeza ante el miserable regalo del cretino Morales, pues no imagino lo que hubiera sucedido si el Crucificado hubiera estado anclado a una esvástica en lugar de una hoz y un martillo.
Pero no es menos cierto que seguramente los frutos apostólicos del viaje serán abundantes y mucho más importantes que los errores, a menudo consecuencia de intereses diplomáticos.
El Papa le pide a todo el mundo que rece por él. Yo lo hago a diario y todos debemos hacerlo, para que la luz y la prudencia guíen siempre todos sus pasos.
Los que tenemos el privilegio de disfrutar de padres mayores, sabemos que éstos se equivocan y no por eso dejamos de quererlos y rezar por ellos. Ni se nos ocurre ponerlos a caldo delante de los demás. A mayores errores, más cariño y más oración. Pues eso mismo tenemos que hacer los católicos con el Papa. Rezar por él.
Que Dios le bendiga, Santo Padre.
No casa muy bien que uno que dice rezar a diario por el Papa, llame cretino a un hermano suyo.
ResponderEliminarRamón Tomás
“No juzgues hermano”, “Recuerda que con la vara que mides, serás medido”, “Te falta amor al hablar”.
ResponderEliminarHe decidido tocar este punto de él de “No juzgues” porque ha sido uno de los mas grandes males que ha devastado las “iglesias de Cristo”, y no solamente a ellos sino también a muchas otras denominaciones igual. Normalmente esto sucede cuando alguien tiene el atrevimiento de hablar sobre algún acto ilícito o incorrecto de algún hermano; se puede entender con el siguiente ejemplo: Alguien dice: “Este hermano no esta bien lo que esta haciendo, deberíamos mostrarle su falta” (hablando de algún pecado legitimo). Y alguien le responde: “hermano, no lo juzgues, para que tu no seas juzgado”. Este tipo de comentarios provocan un callar y permite injusticias, un callar que en situaciones como estas, no es correcto guardar silencio.
Cuando la palabra de Dios, específicamente el Señor Jesucristo, dice esta famosa frase en el cristianismo nominal “No juzgues para que no seas juzgado”, tiene una gran enseñanza y una verdad tremenda que es aplicada a medias por la ignorancia de las escrituras y la negligencia de la falta de razonamiento de las mismas.
Para poder entender, obedecer y no pecar con estas palabras de Jesús malinterpretándolas, deberemos tomar el mensaje completo, de lo que se habla y entender así una verdad completa. Para esto leamos Mateo 7:1-6
1 No juzguéis, para que no seáis juzgados. 2 Porque con el juicio con que juzgáis, seréis juzgados, y con la medida con que medís, os será medido. 3 ¿Y por qué miras la paja que está en el ojo de tu hermano, y no echas de ver la viga que está en tu propio ojo? 4 ¿O cómo dirás a tu hermano: Déjame sacar la paja de tu ojo, y he aquí la viga en el ojo tuyo? 5 No deis lo santo a los perros, ni echéis vuestras perlas delante de los cerdos, no sea que las pisoteen, y se vuelvan y os despedacen. !!Hipócrita! saca primero la viga de tu propio ojo, y entonces verás bien para sacar la paja del ojo de tu hermano.
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Aquí, el Señor, lo que hace es una reprensión para esos hipócritas que juzgan a otros y no se examinan a si mismos y también es una protección para evitar insultos y blasfemias que pudieran surgir al nombre de Dios y su Palabra por causa de la hipocresía de algunas personas que juzgan y corrigen a otras, viviendo ellos igual o peor. Las frases claves están en cuando el Señor dice, “Con la medida que medís, serás medido”, también cuando dice, “Saca primero la viga de tu propio ojo y entonces veras bien para sacar la paja del ojo de tu hermano” y también cuando dice “No des lo santo a lo profano”. Lo que significa es lo siguiente y lo explicaremos a través de un ejemplo: ¿Cómo puede un hombre animar a su vecino para que ame y trate mejor a su esposa, si este escucha como le grita éste “bien intencionado” vecino suyo a su propia esposa? ¿No le dirá este: “Como te atreves a venir a decirme a mi como tratar a mi esposa si tu estas peor, porque te escucho como le hablas a tu esposa y en los domingos te vas a tu iglesia como si nada?, ¿que?, ¿te crees muy santo? Y entonces sucede lo que Dios procura evitar con esta enseñanza: que se de lo santo a los perros y pisoteen las palabras de Dios por causa de la hipocresía de uno, ¿Cuántos ministros, predicadores y cristianos nominales no tienen la autoridad para predicarles a sus propios vecinos por causa del mal testimonio que tienen? porque alguno de sus pecados que se le escapo a la luz publica y la gente religiosa e indocta dirá: “Yo no soy nadie para juzgarlo” y aun cuando el pecado haya sido escandaloso o digno de romper comunión con tal persona (1Corintios 5:1-13), se atreven a permanecer en comunión con este pecador que se hace llamar “hermano”; pues, a esas personas que piensan así, y creen que es de Dios su manera de actuar, que están muy equivocadas, que se les anima a estudiar humildemente las escrituras para que se de cuenta de su mal proceder. Pero, ¿que pasa con los impíos, con aquellos que aborrecen el nombre de Dios?, ¿No tomaran esto para manchar y hacer mofa del nombre de Cristo?, ¡Claro que si! Luego estos hipócritas además de su pecado, añaden mas pecado, al pecar contra la palabra de Dios por juzgar y hablar a la ligera.
ResponderEliminarMarco Ferre
Nunca faltan los escribas y fariseos que acusan a otros de hipócritas por decir la verdad y luchar por ella. Una oveja del rebaño de la Iglesia debe esperar de su pastor que cumpla con la doctrina de la fe y el dogma católico, a la vez que respete y haga respetar la profesión de fe de sus fieles.
ResponderEliminarEste Papa parece un error del Espíritu Santo y la prueba está que su lamentable papado es defendido a ultranza y con alegría por anticristianos, ateos, protestantes, marxistas y demás ralea que históricamente ha combatido al a Iglesia y han dirigido oparticipado en su persecución y martirio de cristianos, hoy en día hay que denominarle genocidio, y en España no somos ajeno a ello. Esoy de acurdo con el articulista LFU y me dispongo a rezar por el Papa Francisco, para que el Espíritu Santo no lo abandone y sepa cual es su sitio en el mundo y su responsabilidad comportándose como ¡Dios manda!
Ignacio Trueba.
D. Ignacio, han pasado varios días desde que hizo su comentario y no había tenido la oportunidad de leerle hasta este momento.
ResponderEliminarCuando dice usted “y me dispongo a rezar por el Papa Francisco, para que el Espíritu Santo no lo abandone y sepa cual es su sitio en el mundo y su responsabilidad comportándose como ¡Dios manda!”.
Solamente le diré para que se reconforte su “paz interior” que me parece que sus rezos están orientados más que como ¡Dios manda!, como le gustaría a usted que fuera.
Un saludo
Narciso Avilés