El diestro Francisco “Paco” Royo “Lagartito”.
(Archivo: Hnos. Dupouy Gómez).
El 19 de septiembre de 1926, recibió la alternativa en la plaza de toros Monumental de Barcelona, de manos de su padrino Victoriano Roger “Valencia II” y Nicanor Villalta como testigo.
En 1927, en el Nuevo Circo de Caracas realizó una faena apoteósica que hizo historia, indultando al toro “Formalito” de la ganadería “La Providencia”, para entonces propiedad del Gral. José Vicente Gómez
Lagartito hizo historia en Venezuela
Rafael Dupouy Gómez
Caracas, 04/10/2015
Francisco “Paco” Royo Turón “Lagartito”, fue un torero que gozó de gran cartel en América, especialmente en Venezuela, se presentó en varias temporadas, en una de ellas, la de 1927, realizó una faena apoteósica que hizo historia, indultando al toro “Formalito” de la ganadería “La Providencia”, para entonces propiedad del Gral. José Vicente Gómez, hijo del Presidente de la República, Gral. Juan Vicente Gómez. Posteriormente, pasó esta ganadería a ser propiedad de sus hermanos Juan Vicente y Florencio Gómez Núñez, quienes se ocupaban siempre de dirigirla. Antes de entrar en detalles de lo ocurrido aquella tarde memorable en el Nuevo Circo de Caracas (Venezuela), resulta fundamental destacar algunos aspectos de la vida de este valeroso diestro que vino al mundo en Belchite (Zaragoza), el 14 de febrero de 1902.
“Lagartito”, vistió por primera vez el traje de luces en Zaragoza en 1920, enfrentando reses de Carreros y Antonio Luis Encinas, junto a Durán Guerra y “Torerías”. El 19 de junio de 1921, volvió a participar en esa misma plaza, alternando con el valenciano Manolo Martínez. Se presentó con picadores en Barcelona en 1921, actuando con los novilleros Fausto Barajas y José García “Algabeño” hijo, ante novillos de Villamarta. “Lagartito” sobresalió por su gran arrojo y valentía, pero manifestó algunas carencias y brusquedad en el manejo de la muleta. Nuevamente en Barcelona, “Lagartito” lidió un excelente novillo de Pedrajas, calificándose su faena como una de las más grandes realizadas por novillero alguno en ese coso. El 3 de mayo de 1922, sufrió su bautismo de sangre, recibiendo una seria cornada en el muslo.
El 13 de agosto de 1922, en Barcelona, se hizo el amo de la afición, ya que con su nombre se llenaba la Plaza Monumental. Alternó con Fausto Barajas y José García “Algabeño” hijo. El 22 de abril de 1923, se presentó como novillero formal, junto a Pepito Belmonte y Carrato. Finalizada la temporada de 1923, logró algunos triunfos importantes que le merecieron sumar actuaciones.
El 16 de marzo de 1924, toreó en la plaza de toros Arenas de Barcelona, siendo muy ovacionado en ambos novillos de Peña Ricó (antes Albarrán). Compartió cartel con los novilleros Agüero y “Trinitario”.
Paco Royo “Lagartito”, se presentó en Madrid, el 23 de marzo de 1924, ante novillos de don Rafael Surga, compartiendo cartel con “Torquito II” y Tomás Jiménez. El joven torero aragonés, conquistó importantes triunfos en Barcelona, Zaragoza, Valencia, Pamplona, Bilbao, Valladolid, Málaga, Tarazona, Tarragona y Córdoba. Toreó ese año unas 21 novilladas.
En 1925, obtuvo un enorme éxito en Madrid que aumentó su popularidad. “Lagartito”, logró participar en varias novilladas en la ciudad condal de Barcelona. El 21 de junio de 1925, obtuvo un gran triunfo en Zaragoza, ante novillos del Duque de Tovar. Estuvo muy valiente esa tarde, y fue muy aplaudido. Cortó la oreja y el rabo al sexto novillo, siendo sacado a hombros. Alternó con “Morenito” y Lorenzo Latorre. El 12 de julio de 1925, recibió una fuerte cornada en la región lumbar, toreando en Madrid.
El 2 de agosto de 1925, en la plaza de toros de Las Arenas de Barcelona, Paco Royo “Lagartito” se presentó con “Majito” y “Ginesillo”. Se lidiaron dos novillos de don José Bueno para el rejoneador Gaspar Esquerdo y seis novillos de Gamero Cívico para los novilleros actuantes. “Lagartito” estuvo muy bien ante el tercer novillo de la tarde. Puso al público de pie durante su faena y se le concedió una merecida oreja.
Durante la temporada de 1925, “Lagartito” se consagró como novillero puntero. Toreó ese año 28 novilladas. Ya estaba listo para doctorarse. Cabe destacar que Paco Royo “Lagartito”, tuvo dos hermanos que también incursionaron en el mundo del toreo como novilleros: José Royo Turón “Lagartito II” y Eduardo Royo Turón “Lagartito III”.
En la temporada de 1926, su última etapa como novillero, alcanzó numerosos triunfos. Cortó una oreja en Madrid (España), el día 30 de junio de 1926, toreando con el diestro venezolano Julio Mendoza y “Gitanillo de Triana”, a un toro de Coquilla, que brindó al matador de toros Victoriano Roger “Valencia II”. Su actuación como novillero en la plaza de toros de la Real Maestranza de Caballería de Sevilla fue apoteósica, el 4 de julio de 1926, cortó las dos orejas a sus toros, siendo sacado a hombros de la plaza. Los novillos se llamaron “Sombrerero” y “Canastero”, de la ganadería de Rincón (actual Carlos Núñez). Esa tarde alternó junto a los novilleros “Angelillo de Triana” y Félix Rodríguez.
El 19 de septiembre de 1926, recibió la alternativa en la plaza de toros Monumental de Barcelona, de manos de su padrino Victoriano Roger “Valencia II” y Nicanor Villalta como testigo. Se lidiaron toros de la ganadería de don Juan Terrones. El toro de su alternativa se llamó “Fortuno”, marcado con el número 47, negro. Con el capote, “Lagartito” ejecutó tres verónicas magistrales. En los quites, otras cuatro verónicas fenomenales y artísticas navarras de profunda belleza. Luego de la emotiva ceremonia, con la muleta estuvo colosal deleitando al público con unas series de naturales de excelente factura. Mató al toro de su alternativa y como premio recibió una merecida oreja. La ovación fue solemne. A los dos días, el 21 de septiembre de 1926, toreó en Salamanca con igual éxito. Volvió a presentarse en Barcelona, el 26 de septiembre de 1926, y cortó nuevamente una oreja.
El 10 de octubre de 1926, confirmó su alternativa en Madrid, junto a Antonio Posada, quien le cedió los trastos como padrino de la ceremonia, siendo testigo Manolo Martínez. Al toro de la confirmación de su alternativa, de la ganadería de Terrones, llamado “Jerezano”, le cortó una oreja.
El 17 de octubre de 1926, en la plaza de toros Monumental de Barcelona, asistieron Su Majestad la Reina, Doña Victoria, con las infantas doña Beatriz y doña Cristina, siendo muy ovacionadas en el palco de honor. Se lidiaron seis toros de Albaserrada, para el rejoneador Simao Da Veiga, “Algabeño” y “Lagartito”. A pesar de presentar fiebre alta, “Lagartito” cortó una oreja a su segundo toro, al que realizó una gran faena, liquidándolo eficazmente sin puntilla. Luego de la gran estocada, “Lagartito” se desvaneció, siendo conducido a la enfermería.
El crítico taurino de “Uno al Sesgo”, señaló: “Lagartito” sabe torear. Le ha entrado el toreo a la cabeza como en la jerga taurina se dice. “Lagartito” torea bien, con buen estilo de capa: es valiente, como siempre, y con mucho repertorio en los quites. Con la muleta, tal vez sea el que mayor emplea la mano izquierda y ejecuta todos los pases del moderno estilo con soltura y desahogo; matando, pone decisión y se va detrás de la espada. Todo esto unido, da como resultado un torero muy completo”.
La prestigiosa revista “La Fiesta Brava” de 1926, señaló: “El bravo matador de toros aragonés “Lagartito”, no se ha dormido sobre sus laureles y apenas terminada su apoteósica temporada en España, se fue a Caracas contratado ventajosamente por la empresa de Venezuela, donde el joven matador de toros va a demostrarles que posee arte y un valor enorme para dominar a las reses bravas y para torearlas como los cánones taurómacos exigen. Buena campaña se les presenta a los aficionados caraqueños con artista de tal temple”.
Francisco Royo “Lagartito”, terminada su gran temporada de 1926 en España, viajó contratado por el empresario Mauricio Capriles Power para torear a finales de ese año en Venezuela la temporada 1926-1927 en el Nuevo Circo de Caracas, junto a los diestros: Pablo Lalanda, José Gismau “Rubito de Sevilla”, Ricardo Romero Freg y el venezolano Julio Mendoza Palma que regresó de su campaña novilleril en España. “Lagartito” toreó seis corridas de toros.
EL INDULTO AL CÉLEBRE TORO, “FORMALITO”
El 6 de febrero de 1927, Francisco Royo “Lagartito” compartió cartel con Eugenio Ventoldrá y el ídolo venezolano Eleazar Sananes “Rubito”, lidiándose por primera vez en el Nuevo Circo de Caracas, reses de media casta pertenecientes a la ganadería de “La Providencia”, siendo su propietario para el momento, el Gral. José Vicente Gómez, hijo del Presidente de Venezuela, Gral. Juan Vicente Gómez. Esta ganadería era procedente de Gamero Cívico, Campos Fuentes y Antonio Guerra. La corrida estuvo muy animada y bien presentada. Los ejemplares dieron excelente juego, destacando el toro “Formalito” que fue indultado por Paco Royo “Lagartito” al realizar una faena larga y artística.
“Formalito”, fue un toro cuya nobleza y bravura proporcionaron en la tarde memorable de 1927, la gran oportunidad al diestro Francisco Royo “Lagartito”, de realizar una de las faenas de muleta más bellas que se vieron en Caracas (Venezuela). A este hermoso y noble ejemplar, en vista de su maravilloso temperamento, a petición del público delirante le fue perdonada la vida, regresando triunfalmente a su dehesa de “La Providencia”, para ser utilizado como semental.
Fue tan significativa esa faena realizada por “Lagartito”, que hasta le compusieron un pasodoble al toro “Formalito”, como recuerdo de aquella histórica tarde. La letra del Pasodoble decía así:
Foto y Letra del pasodoble del toro “Formalito”, indultado por Francisco Royo “Lagartito” en el Nuevo Circo de Caracas, el 6 de febrero de 1927. (Archivo: Hnos. Dupouy Gómez).
El destacado cronista taurino venezolano Oscar Villalba “Villa-Fraile”, reseñó este importante acontecimiento:
“Los seis toros de media casta que pisaron el ruedo el domingo pasado acusaron un tipo de toros de magnífica construcción, de finísima pelambre y cornamenta, ahormados para la lidia, de una manera sorprendente. Sobresalieron en el lote los corridos en primero y sexto lugar. El que cerró plaza, de nombre “Formalito”, negro retinto, corni-delantero, y fino de pezuñas, fue un gran toro que produjo en la plaza tal desbordamiento de entusiasmo, que el público, de pie, pidió que se le perdonase la vida, como merecimiento a la excepcional bravura que desarrolló en los tres tercios de la lidia. Existe un axioma que dice que el toro bravo descubre al torero; y a la verdad, nunca se vio mejor confirmada tal sentencia que el pasado domingo.
En cuanto salió “Formalito” y tomó con tanto estilo el capote de “Lagartito”, el milagro se hizo. Seis verónicas brutales Parando y Mandando extraordinariamente bien, haciéndose una faja con el toro, y por ende, masticando eso que en el toreo se llama Temple, puso de cabeza al concurso, y a mil duros el gramo de éter.
La faena que hizo “Lagartito” con este precioso ejemplar no es solamente la faena cumbre de la temporada, sino de muchas temporadas. “Formalito”, eficazmente corrido por Ginesillo y Pastoret, se quedó en el tercio de los matadores; allí le desplegó el matraco la bandera, produciéndose un pase con la muleta plegada cambiándole el viaje al toro, de suprema emoción, que paró los relojes que había en la plaza.
Sin perderle la cara al enemigo, con la muleta en la izquierda, sobrevino un natural magno al que siguieron tres más. Sonó la música, y ante el público de pie y el ruedo lleno de sombreros y demás prendas de vestir, ligó “Lagartito” una faena compuesta de pases por alto, de pecho, en redondo, de molinetes sobre ambas manos, prevaleciendo el muleteo sobre la izquierda y derrochando arte, torería, guapeza, y un valor, de los que entran pocos en el balance de los toreros a fin de año.
Aquello fue la locura en grado máximo. El público pidió el indulto de la vida de “Formalito”, que concedió la Dirección Técnica, y el precioso animal, que tan bien dejó el nombre de la ganadería, volvió, noble, desafiador y gallardo a los corrales, donde su sangre quedará como una herencia de triunfo en la historia de los toros célebres.
“Lagartito” salió en hombros por la Puerta Grande hasta su domicilio del Hotel Caracas. Ha sido una de las más merecidas salidas en hombros que yo he visto.
El resto de la corrida tuvo poco interés ante la hazaña de “Formalito” y el valeroso torero aragonés”.
Villa-Fraile.
Caracas, Febrero 1927.
El 17 de abril de 1927, Paco Royo “Lagartito”, fue herido gravemente luego de ejecutar una verónica a su primer toro de Nandín, en Málaga. Lo operó en la enfermería de la plaza, el Dr. Rafael Campos García. El parte facultativo señaló que sufrió una herida de 8 centímetros en la región abdominal interior derecha, con rotura de la piel del plano muscular del peritoneo y salida del asa intestinal; pronóstico gravísimo. Por momentos, se temió por su vida. Alternó esa tarde con el rejoneador portugués Simao Da Veiga, que mató sus dos primeros toros y con los diestros Victoriano Roger “Valencia II” y “Algabeño”. El 15 de mayo de 1927, “Lagartito” resultó nuevamente herido en Barcelona.
El diestro Francisco Royo “Lagartito” actuando en Barcelona (España), el 9 de octubre de 1927 y en 1934. (Archivo: Hnos. Dupouy Gómez).
El 8 de agosto de 1927, la revista taurina “La Fiesta Brava”, le dedicó la portada, anunciando su rotundo éxito, cortando cuatro orejas en Barcelona. En la última corrida de la feria de Zaragoza del año 1927, obtuvo un clamoroso triunfo, cortándole las dos orejas a sus dos toros, saliendo a hombros por las calles de la ciudad hasta el metropolitano templo del Pilar, donde el diestro aragonés oró con mucha devoción ante la Virgen del Pilar y le ofrendó su capote de paseo, para luego continuar su recorrido a hombros hasta su casa. Se lidiaron toros de don Graciliano Pérez Tabernero. En Lima (Perú), Francisco Royo “Lagartito” toreó con mucho éxito, en 1927-1928.
José Carralero, en 1928, publicó su libro “Aragón Taurino”, destacando a los toreros aragoneses, entre ellos: Manuel Pérez “El Relojero”, Joaquín Gil Allen “El Huevatero”, Nicanor Villa Arilla “Villita”, José Calero Verdejo “Calerito”, Florentino Ballesteros, Nicanor Villalta y Francisco Royo “Lagartito”. Por su popularidad, don Benito Simón le compuso un pasodoble torero a “Lagartito”.
“Lagartito”, regresó a Venezuela, siendo contratado para la temporada de 1928-1929 en el Nuevo Circo de Caracas, junto a los diestros: José García “Algabeño”, Enrique Torres, Luis Fuentes Bejarano, Ángel Nava “Gallito de Zafra”, Manuel Díaz “Torerito de Málaga”, Paco Perlacia y los venezolanos Eleazar Sananes “Rubito” y Julio Mendoza Palma, quien regresó a su patria con la alternativa como matador de toros recibida en España.
Cabe destacar que el hijo del Gral. Juan Vicente Gómez, Presidente de Venezuela, don Gonzalo Gómez, como nuevo propietario del Nuevo Circo de Caracas, realizó importantes reformas en su estructura como bien lo reseñó la Revista “Billiken” del año 1928: “El Nuevo Circo, el monumental edificio sede de la Tauromaquia metropolitana, ha sido reformado para la temporada que se avecina: el anillo ha sido disminuido, se le ha construido una nueva localidad delantera de los palcos, con las cuales reformas se ha logrado que los espectadores de los tendidos vean, cómodamente sentados, la lidia en todos los tercios del redondel, cosa difícil de alcanzar antes. Y a nosotros, los de la Prensa, se nos ha construido un palco adecuado, cómodo, suficiente y capaz para poder ver y mirar, sin apretujamientos y sin asesores ad-honorem, como antes sucedía”.
LA GRAVE CORNADA DE “LAGARTITO” EN VALENCIA (VENEZUELA)
El 9 de diciembre de 1928, en la plaza de toros Arenas de Valencia (Venezuela), la empresa Carrerito, presentó un mano a mano con José García “Algabeño” y Paco Royo “Lagartito”. Durante la corrida “Algabeño” fue a banderillear a su primer toro y el astado le pegó un puntazo en la ingle, lo llevaron a la enfermería y de allí no salió más. A su compañero de cartel Paco Royo “Lagartito”, le correspondió torearlo, pero después de ejecutar el segundo muletazo con la mano derecha, el toro criollo, de escasos pitones, le pegó una cornada enorme en la pierna derecha de 20 centímetros de extensión, interesándole la piel, con aponeurosis femoral y rotura de la vena safena. A “Lagartito”, lo llevaron urgentemente a la enfermería para ser atendido.
Se presentó un problema. La corrida se quedó sin matadores de toros, porque ambos diestros sufrieron percances lidiando el primer toro. Casualmente, se encontraba como espectador en el tendido un joven novillero venezolano de Valencia, llamado Manolo Mújica, quien valientemente pidió autorización para que le dejaran matar el toro. Le dieron permiso y mató la corrida teniendo un éxito enorme. Después se convirtió en un novillero puntero en Venezuela con bastante cartel.
Mi abuelo Florencio Gómez Núñez, presenció la corrida y recordó con lujo de detalles lo que, posteriormente, le ocurrió a su gran amigo Paco Royo “Lagartito”:
“Después de atenderlo el médico de la plaza, “Lagartito” salió de la enfermería. Yo me retiré, inmediatamente, de la corrida y preocupado me fui a visitarlo al hotel en donde se alojaba, interesándome por su estado de salud. Cuando entré a la habitación de “Lagartito”, me dijo con mucha angustia y desesperación: “Don Florencio, yo estoy muy adolorido de esta cornada. Me duele muchísimo y ya no resisto”. Entonces, le quité la sábana y le toqué el muslo donde tenía la entrada del pitón, y me dio la impresión que botaba como aire por la herida. Me pude percatar que era una cornada grande. No le dije nada a “Lagartito” para no preocuparlo e inmediatamente le organicé junto con su cuadrilla, el regreso a Caracas, donde sería mejor atendido por el personal médico.
Yo regresé a mi residencia de Maracay, pero estuve siempre muy pendiente de su llegada a Caracas. En la noche, llamé a mi buen amigo el doctor Pepe Izquierdo y le comuniqué que para allá iba “Lagartito” con una cornada muy grande. El doctor me contestó: “No te preocupes. Yo lo espero para atenderlo urgentemente en la clínica”. Al pasar “Lagartito” por Maracay, se le notificó que el doctor Izquierdo lo estaba esperando en Caracas. Llegaron como a las doce de la noche. El eminente cirujano lo operó y enseguida me llamó por teléfono para informarme que la cornada era “de caballo”, que le salía el orificio por la nalga”.
El 20 de enero de 1929, en la plaza de toros Nuevo Circo de Caracas (Venezuela), “Lagartito” participó en una corrida de toros a beneficio de los damnificados por el terremoto de Cumaná que produjo muchos daños en la región. Compartió cartel con José García “Algabeño” y el venezolano Eleazar Sananes “Rubito”. Los toros los regaló Gonzalo Gómez como también la exoneración del alquiler de la plaza.
Paco Royo “Lagartito”, fue testigo de Manolo Bienvenida el día de su alternativa en Zaragoza, el 30 de junio de 1929, siendo su padrino Antonio Márquez. Los toros pertenecieron a la ganadería de Don Antonio Flores. Manolo Bienvenida, le cortó al toro de su alternativa de nombre “Mahometano”, las dos orejas y el rabo.
El 19 de febrero de 1933, “Lagartito” conquistó Colombia, cortó tres orejas, ante reses de Mondoñedo, compartiendo cartel con “Rayito” y Jaime Noaín. En el mes de marzo de 1933, “Lagartito” repitió otro triunfo, ante toros de Mondoñedo, actuando, nuevamente, con los diestros “Rayito” y Jaime Noaín.
En septiembre de 1933, “Lagartito” cortó cuatro orejas y dos rabos, saliendo a hombros, luego de estoquear tres toros en Benavente (España). El 10 de septiembre de 1933, se presentó con Pepe Bienvenida y Jaime Noaín en la plaza de toros Monumental de Barcelona, estoqueando reses de Amador Angoso, siendo muy ovacionado toda la tarde. “Lagartito” no se presentaba en ese coso desde hacía seis años. Esa fue la plaza donde tomó la alternativa. Dos serios percances, lo apartaron un poco de los ruedos.
A inicios del mes de septiembre de 1933, “Lagartito” tuvo un triunfo clamoroso en San Srit (Francia), donde tuvo que matar seis toros por percance del diestro francés Pierre Pouly, cortó seis orejas y salió a hombros de la plaza. En 1933, toreó 20 corridas entre Colombia, Francia y España.
El 1 de julio de 1934, en Arlés (Francia), tuvo un grandioso triunfo, ante toros de Cobaleda. Lidió tres toros y cortó orejas y rabos, saliendo a hombros de la plaza. El 15 de agosto de 1934, “Lagartito” tuvo un clamoroso triunfo en Vaisons (Francia), al cortar orejas y rabos. Alternó junto al torero galo Pierre Pouly.
El 1 de diciembre de 1935, en la plaza de toros Arenas de Quito (Ecuador), “Lagartito” le concedió la alternativa al diestro colombiano José Pulido. Los toros pertenecieron a la ganadería de Francisco Chiriboga Bustamante.
En marzo de 1936, toreó en el Nuevo Circo de Caracas (Venezuela), donde obtuvo un gran triunfo ante astados de Banco Largo, cortando orejas y rabos, siendo sacado a hombros de la plaza.
El 30 de mayo de 1936 en Ceret (Francia), se presentaron para lidiar toros de la ganadería de Villarroel, los diestros “Pedrucho”, “Lagartito” y el sobresaliente “Niño de Oro”. Esa tarde, “Lagartito” tuvo un triunfo apoteósico. Toreó muy bien con el capote y con la muleta ante un entusiasmado público. Sobresalió el toro lidiado en sexto lugar, al que “Lagartito” lo veroniqueó de manera colosal. Realizó una gran faena de muleta, destacando sus series de naturales. Colocó una gran estocada y fue premiado con las dos orejas y el rabo, siendo el triunfador esa tarde. Su compañero de cartel “Pedrucho”, destacó con el capote y en quites. Mató bien a sus enemigos y cortó orejas.
DON FLORENCIO, ¡YO LE DEBO LA VIDA A USTED!
Paco Royo “Lagartito”, siempre le agradeció mucho a mi abuelo Florencio Gómez Núñez por su oportuna y rápida atención, después de la grave cornada sufrida en Valencia (Venezuela) en 1928. “Lagartito” con profundo cariño y respeto cuando lo veía, le recordaba: “Don Florencio, ¡yo le debo la vida a usted!”.
Fotos y dedicatoria de Paco Royo “Lagartito”: “A Juan Vicente y Florencio Gómez con todo cariño, “Lagartito”. (Archivo: Hnos. Dupouy Gómez).
Estando mi abuelo Florencio en Madrid, le tocó vivir los estragos de la guerra civil española que estalló en 1936. Después de pasar varios meses de guerra en la capital, partió en un barco de Alicante a Marsella (Francia). Allí, curiosa e inesperadamente, mi abuelo recibió la agradable visita de su gran amigo, el matador de toros aragonés Francisco Royo “Lagartito” y recordaba con nostalgia esos hechos:
“Llegué a Marsella con toda la familia, mi esposa Elena, mi mamá y mis hermanos. Al tercer día, en el hotel donde nos hospedábamos, llamaron de la recepción a mi habitación para informarme que me buscaba un señor de nombre “Lagartito”. ¿Me pregunté?, debe ser el torero que es la única persona con ese apodo que conozco. Me arreglé y bajé inmediatamente. Cuál sería mi sorpresa, era el mismísimo “Lagartito”. Nos reencontramos después de tantos años. Me saludó con entrañable cariño y me dijo: “Mire usted don Florencio, yo estoy toreando aquí en Francia, porque me agarró la guerra civil fuera de España. Tengo contratadas varias corridas de toros y estoy ganando algún dinero para tratar de sostenerme. No quiero preguntarle cómo ha salido de España. Si le han dejado sacar dinero o no. Yo lo único que quiero es que me reciba esto que le traigo”. “Lagartito” me entregó un cheque por una cantidad importante y me dijo: “Yo quiero que utilice este dinero, porque lo debe necesitar en estos momentos difíciles de guerra”. Por supuesto, yo no lo acepté y se lo devolví enseguida. No lo necesité porque, gracias a Dios, no tuve ningún problema para salir de España. Nunca olvidé el amable ofrecimiento que me hizo “Lagartito” en Francia, porque muy pocas personas lo hacen. Fue un bonito gesto de desprendimiento, cariño y amistad sincera de su parte hacia mi persona”.
A su regreso a Venezuela, el 5 de marzo de 1939, en el Nuevo Circo de Caracas, “Lagartito”, se destacó y estuvo muy bien esa tarde cortando una oreja. Alternó con el venezolano Julio Mendoza y Cayetano Palomino, lidiando reses de “Guayabita”. El 19 de marzo de 1939, “Lagartito” actuó con Aurelio Puchol “Morenito de Valencia”, lidiando reses de “Guayabita” en el Nuevo Circo de Caracas. Los matadores cumplieron sin lograr el éxito esperado. En febrero de 1941, durante las ferias de Cagua (Venezuela), Paco Royo “Lagartito”, compartió cartel con el venezolano Pedro Pineda “El Torero de Aragua”. Tuvieron una buena actuación, fueron contratados nuevamente y triunfaron clamorosamente.
He querido recordar en este artículo al valeroso matador de toros aragonés Francisco “Paco” Royo “Lagartito”, de gratísima recordación en Venezuela por sus destacadas actuaciones que hicieron al público vibrar de emoción gracias a su muleta poderosa de variado repertorio y sus temerarios parones ante la cara del toro. Simpático, generoso y excelente persona. Fue un torero siempre dispuesto a dar la pelea, agradar y salir triunfador en cada plaza. Lo castigaron fuertemente los toros por su entrega, como aquella tarde en Valencia (Venezuela) y en otras actuaciones como la grave cornada que sufrió en Málaga (España) y en Ceret (Francia) que le hicieron disminuir sus presentaciones en plazas españolas, obligándole a probar suerte en plazas americanas y francesas, sin olvidar hasta el mismísimo Hipódromo de París. Al retirarse de los ruedos, “Lagartito”, se hizo ganadero de reses bravas, presentando novilladas sin picadores. Falleció en Zaragoza, el 21 de junio de 1966.
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