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Pepe Bienvenida / La suerte suprema

jueves, 19 de marzo de 2020

Nos ha pillado el toro / por Antolín Castro


Este debió ser el momento en que el toro se fue para arriba

Hay un toro suelto por las calles, sin ningún control, cuyo encaste se le supone nacido de un cruce antinatural de las ganaderías más temibles que hayamos conocido. En él se mezclan las peores intenciones que en toro alguno hayamos visto jamás.

Nos ha pillado el toro

Madrid, 18 Marzo 2020
La situación que vive la sociedad española, y todo el orbe, es horrible, siniestra, aterradora.

Hay un toro suelto por las calles, sin ningún control, cuyo encaste se le supone nacido de un cruce antinatural de las ganaderías más temibles que hayamos conocido. En él se mezclan las peores intenciones que en toro alguno hayamos visto jamás.

Es momento de estar muy alerta, pues ese toro paseándose por las calles llenará de dolor y ruina todo el terreno que pise. De ahí que nos hayan dicho que cerremos puertas y ventanas, que nos estemos en casa, pues de los pitones como guadañas que exhibe podemos salir mortalmente heridos cuantos estén o estemos descuidados.

Esta situación viene ahora a aseverar aquello de que ‘hay que cuidarse del toro’ no de cuidarle a él. A ver quién es el majo que sale a lidiar el problema con solo muleta y espada. Y hablando de lidia, habrá que matizarlo.

No es lo mismo lidiar con situaciones cómodas y toros de ‘garantías’, como se suele decir, que ponerse frente a un toro serio y que plantea muchos problemas. Con las cómodas y fáciles es más sencillo salir del paso, pero mucho más complicado y meritorio es enfrentarse a lo que resulta complicado.

Los diestros, o quizá mejor siniestros, que dirigen el país han pecado de ese mal. Se han creído que el toro era de 'Domecq' y se han pensado que con cuatro monerías y poniéndose bonitos iban a arrancar las ovaciones del respetable y, finalmente, cortar las dos orejas y el rabo. No ha sido así, y lo que ha pasado es que no han sabido lidiar este toro que ha salido por toriles.

Ni ellos ni sus subalternos, la cuadrilla entera, tenían capacidad para afrontar el reto de un encaste diferente al acostumbrado y se les ha visto a la deriva, sobrepasados, aunque eso sí realizando muchos desplantes que ni siquiera venían a cuento. Falta de autenticidad en el manejo de las telas, pierna atrasada, posturitas y pico, mucho pico. En resumen, mucho fraude.

Así, ahora, muchos pueden entender lo que es la lidia, que no es otra cosa que la gestión de los problemas con todos los recursos para poder dominar a la fiera. Cuando todo es comodidad, si te sale el toro áspero que necesita otro tipo de lidia estás desnudo y a su merced.

En el caso de los toreros, a ese fracaso se le corresponde con una bronca del respetable, pero es que aquí en un pase de pecho mal ejecutado, por estar fuera de cacho y de distancia, han echado el toro por encima de las tablas al tendido. El caos ha cundido por todas las localidades y, ahora, enfrentarse a ese toro que ha hecho de la plaza su querencia, envalentonado como está pasa a ser mucho más difícil.

El toro campa a sus anchas y de la plaza se ha salido a la calle y nos está pillando a todos. De ahí que el mejor consejo sea quedarse a resguardo en casa. No salgan el toro sigue campando a sus anchas.

Quizá alguno entienda ya lo que es la lidia, siempre lejos y ajena a la comodidad y a las facilidades. Hay diestros avezados contra los problemas que se plantean y otros que solo exhiben la parte de su figura. ¿Lo entienden? Pues eso.

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