Rodríguez Uribes: "La tauromaquia es patrimonio cultural; esa es una realidad que ningún ministro puede soslayar"
Dejen ya al macho mear
Paco Mora
AplausoS / 7 Junio 2020
Por fin ha hablado el ministro Uribes. Pero lo ha hecho como si se tomara una píldora anticonceptiva para prevenir un indeseado embarazo. En la forma y en el tono se le notaba asqueado por tener que soportar una responsabilidad que no le gusta ni poco ni mucho. Se percibe a la legua que el hecho de que el mundo del toro recaiga sobre su ministerio le repatea. Claro, que bien podría haber renunciado al mismo antes que tener que ejercerlo con la nariz tapada para evitar la náusea. Ha venido a decir: “¡Qué vamos a hacer!... Son lentejas”. Pero el susodicho ministro que nos ha tocado en desgracia debería saber que hasta las lentejas “si las quieres las tomas y si no las dejas...”. Pero... ¿quién es capaz de decirle que no a un ministerio? Para eso hay que tener mucha grandeza política y personal, y ese es un bien muy escaso en el espectro político actual.
Pero si le sirve de consuelo, que piense y razone el señor Uribes que tampoco a los aficionados, ganaderos, toreros y empresarios nos consultaron si él era el ministro que esperábamos como maná del cielo, capaz de afrontar la solución a los muchos problemas del sector. El toreo se inscribió bajo la egida del Ministerio de Cultura en la época de Alfredo Pérez Rubalcaba, después de muchas idas y venidas de las maqueadas figuras. Y era lo lógico, porque resultaba incomprensible que el mundo del toro estuviera en el Ministerio del Interior, como el Orden Público, la Guardia Civil, la Policía Nacional y la lucha antiterrorista.
Sencillamente porque el toreo es una cultura, un arte reconocido como tal desde hace siglos, que deja cada año muchos millones de euros en las arcas del Estado. ¿Y qué ocurre señor Uribes, que el bueno de Pérez Rubalcaba no sabía lo que hacía?... Vamos a dejar al macho mear señor ministro y no se esfuerce en justificarse porque no lo necesita. Cuadre los hombros y adelante, y si el pequeñín de la coleta se le enfada, tal día hizo un año y paciencia y barajar. Al fin y al cabo, entre coletudos anda el juego...
En una cosa de las que ha dicho tiene toda la razón el inquilino de Cultura; el Partido Popular y sus adláteres tampoco se preocuparon lo más mínimo por racionalizar la situación del toreo en el ámbito social, mientras mandaron en el país. A cada uno lo suyo y Dios con todos...
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