Entre los dos 12 Puerta Grandes en la Plaza de Toros Monumental de Madrid, Las Ventas. 58 tardes con los nombres de los hermanos Girón en la catedral del toreo, los que vemos en esta foto en el patio de caballos, 29 de junio 1963 con toros de Alipio Pérez Taberenero que actuacion en compañía de Curro Romero y de Pedro Martínez Pedrés. César cortó dos orejas y Curro otras dos. ... Triunfó Venezuela.
EL SEÑORÍO DE CÉSAR Y DE CURRO GIRÓN, MAESTROS DEL AGRADECIMIETO
Caminando por el Paseo del Pintor Rosales en compañía de Manolo Escudero y Manolo Lozano, ambos a la caza de una buena horchata con trufas, recomendadas por Jaime Marco El Choni, íbamos a paso de cuadrilla hablando de toros.
Como es natural, cuando saltaron en la tertulia los nombres de Julio Pérez “Vito”, Antonio Luque Gago y Luis González la memoria a la distancia de más de 30 años, apretada a menos de un día de nuestra llegada de Dax cuando Curro Girón toreó un festival para el que anunciaron a Luis González como atracción, al margen del cartel de matadores de toros pues sería el único banderillero del festejo. Es decir que colocaría las banderillas en los cinco toros de María Teresa de Oliveira porque Luis González era aquella temporada el atractivo y la novedad, el tirón agregado para la afición.
En el cartel además de Curro Girón reunió los nombres de José Manuel Inchausti Tinín, Antonio Borrero Chamaco, Julio Aparicio, Miguel Báez Litri y el remate de Luis González como la gran atracción del festejo.
No pudo ser. El primer novillo de la tarde le pegó una voltereta a Luis González, que tuvo que se atendido en la enfermería.
Julio Pérez "Vito", Antonio Luque Gago y Luis González – nos contaba Manolo Lozano – fueron anunciados en Fallas como"el festival de los banderilleros” en una plaza, la valenciana, que siempre supo recibir a los novilleros con la grandeza como lo hizo con Litri y con Julio Aparicio, y lo hizo aquella tarde del “festival de los banderilleros” con Julio Pérez "Vito", Luque Gago y Luis González.
Tarde de excepción, recuerda Lozano …Izando los brazos como si llevara en las manos rehiletes y estuviera dispuesto a banderillear … y agregar que:
- Julio Pérez El Vito en un toro colocó tres pares al quiebro; los tres en el centro del ruedo, nada de aliviarse en tablas, quedándose parado y saliendo andando marchoso muy despacio de la cara del toro las tres veces.
Y El Choni, distribuyenlo las orchatas con trufas:
- “Luque Gago demostró lo que era uno de los pocos banderilleros al que le servían todos los toros y que tenía toro en absolutamente todos los terrenos y lugares de la plaza; banderilleó a sus dos toros sin dejar que le diesen ni un sólo capotazo en los seis pares. Andrés Luque Gago en sus recuerdos taurinos, compilación de una autobiografía que una mañana en Madrid me obsequió Rafael Enrique Casal, con la sentencia: - Tu que indagas la vida de César y de Curro Girón, tal vez no conozcas estos detalles que dice Luca Gago en su libro.
Y esto es lo que escribió Andrés Luque Gago en sus Recuerdos de un Torero:
Remembranzas que dedico a Julio Stuyck, gran amigo de Andres y de Fernando Gago, quienes fueron mucho en la vida de la Dinastía Girón. En dias pasados, Julio Stuyk recordaba por asociación de nombres a Julio Pérez.
Dice así en su recuerdo el gran torero sevillano...
-César Girón fue un amigo de juventud, con el que compartí la ilusión de ser torero.
-Teníamos la misma edad, a los dos nos gustaba jugar fútbol y al frontón, y pasábamos las tardes enteras entrenando, toreando de salón y poniendo pares de banderillas. Tanta era su afición que César no estaba dispuesto a distraerse con nada. Una tarde estábamos en un bar de la calle Relator, se acercaron dos amigos y me preguntaron:
- “¿Quién es ese que está contigo?”; contesté: “un amigo venezolano”; rápido dijeron: “¿porqué no vamos los cuatro al baile?”; más rápido todavía César contestó: no he venido a España para ir a un baile, he venido para ser torero”.
- Nos quedamos sin baile.
- Lo apoderaba mi tío Fernando y toreamos varias novilladas juntos. Destacó muy pronto y tomó la alternativa en 1952.
- Fue en Barcelona, yo tenía 19 años y César veinte, fui con él y viví la gloria que a mí no me estaba reservada.
-Volvió de Venezuela con vitola de matador de toros y un impresionante coche descapotable de color blanco con intensos asientos tapizados en cuero rojo, pasamos por Sevilla como si fuéramos reyes del mundo.
- César despegó y se consolidó figura del toreo, yo no pude. Tenía buenas formas, me faltaba ambición y, por eso, la principal cualidad para ser figura.
-La amistad con César Girón sería determinante para mi futuro, cuando vino a Sevilla el tío Andrés lo instaló en casa de Bernabé, un buen aficionado, barbero de la plaza Europa. Tenía dos grandes quemaduras en los brazos. En una ocasión le pregunté cómo se las había hecho: -“Vivía con mis hermanos en una humilde chabola en Maracay, un día se incendió y con la chabola ardiendo tuve que entrar varias veces para rescatarlos del fuego y del humo”.
-Los salvó a todos y le quedaron para siempre aquellas marcas, motivo, ese entonces, de legítimo orgullo. Se propuso sacar a su familia de la pobreza y vaya si lo consiguió.
- César Girón venía todos los días a mi casa, en la calle Relator en Sevilla, donde entrenaba y descansaba. La Madrina le tenía especial aprecio, le bajaba unas tortas que hacíamos en el horno de mi padre y a él le encantaban. Mi hermana Isabel le arreglaba los vestidos de torear, las camisas, los avíos. Era Girón uno mas entre nosotros. Sus triunfos fueron muy sonados, salió siete veces a hombros en Las Ventas, cortó dos rabos en la Feria de Sevilla, indultó un toro en Jerez. Triunfos que le pagaron muy bien, se compró un chalet en Torrelodones, con piscina, frontón y salón para torear de salón en el invierno, Se trajo a todos su hermanos a vivir en España. -Me quedaba en el chalet, como uno más.
-Mi hermana Isabel se casó por aquellos años, César Girón no olvidó su amistad y cuánto Isabel había hecho por él.
- Como regalo de bodas César Girón se presentó con todos los muebles del comedor el dormitorio de su nueva casa.
-Un día César Girón, que se había dado cuenta de mi situación. Tenía cualidades y afición, aunque no lo hubiese encauzado, Un día me dijo que su hermano iba a venir a España como novillero, que me colocase con él y me hiciese banderillero. Esa fue la primera vez que pensé en ello.
-Cuando llegó Curro Girón a Sevilla, en una semana tenía seis novilladas por las provincias de Huelva y de Cádiz, y César me ordenó que fuera con él. El sentido del viaje seguía siendo el mismo. Acompañaba a un amigo.
- A la vuelta el coche de cuadrillas paró en Arco de la Macarena, salí y, al despedirme, Dionisio el mozo de espadas de Curro Girón me dijo: -Toma Andrés y me dio u sobre muy abultado. Bajé por la calle Pozo hasta Relator cargando con la maleta, el lío del capote y el sobre cuyo tacto era cada vez más sugerente. Entré en casa, saludé a mis padres y me metí rápido en el cuarto de baño, deseando ver qué había dentro. Lo abrí, y una vez liberados los billetes abultaban aún más. Los conté con nerviosismo y entusiasmado. Había seis mil pesetas en billetes de a veinte duros, una cantidad que suponía el año de 1955. Me pregunté: Si esto es por seis novilladas, ¿Qué me darán por la temporada entera?
- Estuve en la cuadrilla de Curro Girón en las temporadas de 1955 a 1958…
- Hice mi primera temporada americana con Curro Girón en 1955. En las cuatro temporadas que estuve con los hermanos Girón, me quedaba también muchas veces en casa de mi tío Fernando Gago en la calle de Goya 36 en Madrid.
- Luis Miguel Dominguín me llamó y pidió que me incorporase a su cuadrilla, avanzada la temporada de 1948. Era Luis Miguel una de las grandes figuras aquel momento, la otra su cuñado, Antonio Ordóñez. No lo podía creer que se hubiera fijado en mí.
- No sabía qué hacer; por una parte, la llamada de Luis Miguel suponía la consagración con una gran figura, por otra, me costaba mucho dejar a Curro Girón y alejarme de César. Éramos buenos amigos y había toreado más de cuatrocientas corridas con él.
- Queda el último tramo de la temporada, un día me notó raro y me dijo: - Andrés. ¿Qué te pasa?
- No sabía cómo decírselo, pues ya había tomado la decisión. - - - Cuando se lo dije, me dio un abrazo emocionado y no nos dijimos nada. Al rato me dijo:
– Si a mí me pasase, no lo dudaría, me iría con Luis Miguel.
Hace pocos días, el querido amigo Manolo Ordoñez publicó en Venetaurinos una experiencia de un periodista limeño sobre la actitud de César Girón, para con su mozo de espadas Mantequilla, hecho que confirma la riqueza de generosidad de los hermanos Girón un acontecimiento que se relata en este mismo Blog en los Pares al Quiebro del sábado pasado.
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