la suerte suprema

la suerte suprema
Pepe Bienvenida / La suerte suprema

jueves, 24 de septiembre de 2020

Hablamos con Antonio Miura / por JAIME

 “A la hora de echar a padrear un toro indultado se miran cosas más allá del comportamiento en la plaza cómo la genética y la familia”.

JAIME-Patrimonio Taurino · 23 Stbre. 2020
Casi dos siglos de historia tiene la ganadería más mítica de nuestro campo bravo. Miura es el toro por excelencia en el pensamiento popular y sobre él recae el peso de un mito. Hoy hablamos con Antonio Miura para conocer cómo está viviendo la situación de crisis provocada por la pandemia.

Si yo supiera la solución a esto sería un adivino. Lo primero que tiene que pasar es que salgamos de esta pandemia y las ferias recobren su normalidad pudiéndose dar los festejos con normalidad. Hasta ese momento vivimos en la incertidumbre con festejos que se van dando pero nadie tiene la seguridad de que luego les dejen darlo. 

¿Cómo está viviendo esta pandemia?

Cómo todo el mundo, con agobio y preocupación por la gran cantidad de vidas humanas que se están perdiendo y pensando en esas familias que han ido perdiendo padres, hijos, hermanos, abuelos… es una desgracia. Estoy deseando que pase para que quede todo en el recuerdo cuanto antes pero que seamos capaces de no olvidarlo para aprender de ello de cara al futuro.

¿Cómo le está afectando a su ganadería?

Estamos pasando lo mismo que todos, los toros están en el campo y vamos aguantando como podemos. Hemos lidiado una (Sanlúcar) y el sábado en Almoguera, esperemos que salgan algunas corridas de toros más lo que significaría que el virus va bajando. 

Embarcamos el viernes (la entrevista la grabamos el pasado miércoles) y esperemos que se pueda dar la corrida de toros. Queda poco pero siempre estás con la espada sobre la cabeza, no hay certeza de nada cómo nos ha pasado en Llerena que teníamos una corrida para final de mes y se ha suspendido.

¿Ha tenido que enviar mucho ganado al matadero?

No, nosotros no hemos mandado nada al matadero. Las camadas nuestras no son muy largas y entre lo que lidia, lo que dejas y el hecho de que siempre solemos dejar toros cinqueños para camadas que son más cortas de machos. Hasta ahora al matadero no hemos mandado nada. A lo mejor se han matado toros por defectos que les hacían ilidiables pero por quitar, no.

¿La corrida de Sanlúcar, por su seriedad, era para otra plaza más grande?

No, la corrida estaba reseñada antes de la pandemia. Si las cosas hubieran sido de otra manera a lo mejor hubiéramos mandado algún cinqueño más porque siempre te los quieres quitar antes pero lo que pasó es que la camada de este año es muy buena. La corrida estaba bien hecha, el ruedo es chico pero no era un encierro visto para otra plaza. 

Fue muy seria.

Era para Sanlúcar pero está cerca de nuestra tierra, mi abuela era de allí, mis bisabuelos eran sanluqueños y tenemos familia allí. Me gustó, tuvo sus cosas, se comportó cómo una corrida de toros y tuvo variedad. En el caballo, en general, fue una corrida brava, en la muleta hubo toros que dieron facilidades y en la lidia, algo que analizamos mucho nosotros, fue buena porque no hubo toros que se rajaran y siempre estuvieron dónde les tenían. 

Gran triunfo de Daniel Luque.

Estuvo sensacional en los dos toros. Me alegro mucho por él y por nosotros porque la repercusión es grande, el torero triunfa y queda claro que el toro ha tenido que poner algo de su parte. El toro tiene que aportar porque, sin eso, no se le pueden cortar las orejas.

Esto demuestra que, con sus complicaciones, los toros de su casa permiten triunfos.

Una cosa es embestir en bravo, con transmisión, y otra cosa es moverse por ahí en un tono bobalicón o tontón. A estos se le ve más noblones pero el toro nuestro embiste pero pide las cosas bien hechas, con suavidad, en su sitio y sin violencia. Los toros nuestros agradecen el buen trato cuando quieren embestir porque cuando no quieren no sirve.

¿Por qué sus toros siguen creando tanto temor?

Porque es un toro que aprende, cambiante, que pide las cosas muy bien hechas siempre y por ello prefieren de otras ganaderías, algo que no nos preocupa. Nos preocupa a nosotros que cuando salga el toro nadie del público salga defraudado y al mismo tiempo, si los toreros triunfan con ellos, mejor. A nosotros nos pasa que si salen embistiendo nos dicen “ese toro no parece de Miura” y cuando no embisten dicen “eso es imposible”. Pues así salen, unos con más complicaciones que otros cómo a los demás compañeros. Eso sí, cuando a ellos les sale un toro muy complicado se oye eso de “parece de Miura” o “parece que ha pasado por Zahariche”. Uno tiene ya bastante con lo suyo para que te arrimen, además, lo de los compañeros.

Lo principal para nosotros es que el que pasa por taquilla salga satisfecho y quiera volver, dependemos de ellos. Si se aburren y no vuelven, aquí no queda nadie.

¿Pesa llevar un hierro tan legendario?

Indudablemente. Después de tantos años de la ganadería el peso está sobre los hombros de mi hermano y los míos. Uno sabe la responsabilidad y presión que se tiene sobre la base de lo que esperan de uno. Las cosas salen bien o mal pero nunca debes aburrirte, debes asumirlo, buscar corregirlo y si las cosas salen bien, no creérselo. Si las cosas bien, contentos y que dure, pero no creerte nada. Hay que ser constantes, luchar y pensar que la próxima será mejor.

¿Es muy difícil refrescar cuando se tiene un toro tan particular cómo el suyo?

Hombre, claro. Nosotros nos movemos sólo con lo nuestro, de fuera no entra nada. Con lo nuestro vamos moviendo, que siga todo mezclado y que las cosas sigan para adelante.

¿Por qué ha habido estos año tanto toro cárdeno en su casa?

Es cosa de la genética. En nuestra casa siempre ha habido mucho toro cárdeno, no es una cosa nueva, lo que pasa es que la gente pronto dice “mucho cárdeno” y pregunta por los colorados. Pues mira, este año hay mucho colorado, mucho salinero, mucho sardo… La genética es así, ha habido y hay sementales cárdenos y hay veces que salen unos pelos más que otros, no hay que dar más vueltas ni inventar nada más (risas). Cada uno puede ser libre de pensar lo que quiera.

Cuando se tiene una casa tan particular cómo la suya, la imaginación sale.

Claro pero siempre eso es bueno. Siempre hay una cosa, será verdad o mentira, (risas) pero no hay nada extraño. No es la primera vez, en los años 70 se hablaba de que si mi padre había echado un toro de la calle porque estaban saliendo las corridas más nobles pero es la genética y eso no lo puede manejar nadie. 

Don Antonio nos habla de la dureza del toro y de la exigencia del público a raíz de esto.

Cuando sale un toro a la plaza no se piensa en todo lo que ha vivido hasta ese momento: los 500-600 kilómetros de viaje, si le afecta el viaje, el agua le puede afectar cómo a nosotros, si ese día se encuentran bien o no, son seres vivos y es igual que nosotros pero ellos no tienen otra oportunidad. Los rejoneadores también te dicen que los caballos, por muy buenos que sean, tienen sus días.

La diferencia, cómo te decía, es que el toro no tiene más que una oportunidad y no se piensa en nada de lo que te he dicho, en las condiciones de los corrales, en si ha comido, el estrés. Nuestros toros sufren mucho de estrés, cuando salen del camión salen enfadados. Hay sitios en los que los toros están 6-7 días en los corrales y se tiran 2-3 días no comiendo, pendientes de todo el mundo hasta que, pasado esos días, se relajan. Todo esto el público no lo ve y no le interesa, esto queda para el ganadero y para el toro, sólo quieren que las cosas salgan bien que para eso han pagado su entrada y es normal.

En estos puntos que usted dice aparece el tema de los pitones en su casa, salen muy escobillados.

Hay que saber de toros, el toro derrota e igual que se escobillan otros se matan en el chocazo contra el cemento sin que nadie se entere. Al igual que se escobillan otros se parten el pitón por la mazorca. Los pitones de los toros no son todos iguales, unos los tienen más duros que otros y es un elemento de defensa.

¿Qué importancia tiene para ustedes el caballo?

Es un todo, no te puedes centrar sólo en él. Consideramos que es importante que sean buenos ahí porque es la base de lo que viene después. El caballo no puede ser sólo porque hay que mirar cómo son en la muleta, debe embestir. No nos vale una becerra muy brava en el caballo si luego se va a la pared al quinto muletazo al igual que una becerra blandona en el caballo que luego se pone a embestir tampoco; en los dos sitios, por lo menos, debe cumplir. El caballo es la base para la bravura pero ahora prepondera la muleta. 

Vemos esto en la plaza con toros que pasan por el caballo de puntillas y luego se tiran una hora embistiendo. Sobre esto te dicen que ha ido a más cuando a lo mejor no le han pegado nada en el caballo y si al toro le pegan mucho en el caballo te dicen que ha ido menos. El toro no es un coche al que echas gasolina, acusa la lidia en varas. El toro que ha durado en la muleta más se lleva la gloria cuando a lo mejor otros, a los que se le ha pegado más, no duran en la muleta por el castigo que han recibido en varas. 

Don Antonio lo deja claro y es inevitable pensar en que sus toros no son precisamente cuidados en el primer tercio. Sobre los premios nos marchamos a hablar del indulto.

Hay mucha polémica por la sucesión de indultos, a ustedes sólo 1.

Sí, el año pasado.

Cuando usted me hablaba del diferente castigo en varas es inevitable pensar en cómo a su toro le pegan más, eso hace más complicada la opción del indulto teniendo en cuenta el peso de la muleta en eso.

Es lógico, si pegan mucho al toro tiene su duración más corta. Dicho esto el toro tiene que poner porque no todos tienen el mismo fondo. También destacaría la importancia del lugar en el que tengan el puyazo y los destrozos que les formen.

¿Qué pensaron cuando vieron el pañuelo naranja para su toro?

Nada en particular, no era al primero al que se lo pedían. Cómo ese toro ha salido más de uno pero esta vez coincidió que Escribano lució mucho al toro, algo importante, lo picaron estupendamente con todos los puyazos en el mismo boquete pese a ser fuertes, en la muleta Manuel le lució mucho dándole sitio para que se viniera de largo. Lo bueno que fue Utrera que era dónde estaba la ganadería de Cabrera, origen de la nuestra. Para ser nuestro primer indulto, buen sitio fue.

¿Ha padreado ese animal?

No le ha dado tiempo. A la hora de echar a padrear un toro indultado se miran cosas más allá del comportamiento en la plaza cómo la genética y la familia. Un animal puede ser muy bueno pero tener mala familia, en todos lados hay garbanzos blancos y negros. Hay que estudiar todo eso y ver cómo han dado su abuela y antecedentes. Este toro padreará porque viene de una familia que te da confianza. 

¿No cree que el indulto ha derivado a triunfo del torero más que el ganadero?

No me lo he planteado pero sí que hay indultos de los que he pensado que cómo ése hay doscientos toros. También pienso que si el público quiere indultar pues dele usted el gusto al público y que luego el ganadero haga lo que quiera con él, si quiere cubrir o no. Es darle gusto al público tras una petición fuerte pero el ganadero sabrá si lo hecha o no por temas de genética o echuras. No me meto mucho en contra del indulto porque el público tiene su palabra, su gusto y su satisfacción. No dudo que también habrá que guiarle un poco pero este año tan complicado por la pandemia hace que, a lo mejor, los indultos estén a la orden del día.

Vamos terminando mirando otra vez al Covid. ¿Están recibiendo ayudas de la Junta?

No. Se habló hace un mes o por ahí de 6 ó 7000 euros por explotación y aquí nosotros estamos aguantando el tirón sin ayuda de la Junta ni del Gobierno central.

Concluimos con un augurio poco claro del año que viene, clara muestra de la incertidumbre en la que vivimos.

Esperamos que lo de la pandemia esté controlada o que esté la vacuna, que todo vuelva a sus caminos. Si eso pasa, podrá ser un año normal. Una cosa buena es la respuesta del aficionado en las corridas que se dan, la mejor defensa frente a los antitaurinos que querrían un año en blanco. Todos poniendo de nuestra parte hacemos que se den festejos y ojalá el año que viene pueda ser un año medio normal pero la gente no tendrá economía para ir a varias corridas de toros. En fin, creo que poquito a poco y con optimismo iremos volviendo a nuestro cauce.

No hay comentarios:

Publicar un comentario