..nos ponemos la meta en una fecha que ya tenemos grabada a fuego 7 de julio de 2022. Esa es la fecha, y ese el momento de demostrar, que aunque están siendo y serán dos años durísimos para todos nosotros y sobre todo para la tauromaquia, los taurinos debemos ser duros y crecernos ante el castigo que en forma de pandemia y de organismos públicos nos están infringiendo, y como el toro venirnos arriba..
Pobre de mí 2021
José María Vivas
¡Pobre de mí, pobre de mí, que se han acabado las fiestas de San Fermín 2021! Lo cierto es que se podía esperar y seguramente sea lo mejor, para poder gestionar y controlar una pandemia que por segundo año se lleva por delante muchas ferias taurinas y muchas fiestas, pero que en este año II después del covid, en el día que subíamos el segundo peldaño de una escalera que nos tenía que llevar a unos sanfermines que se intuían complicados de llevar a cabo, nos ha dado un bofetón de realidad y se ha confirmado la suspensión oficial de los próximos sanfermines, o mejor dicho de los anteriores sanfermines, porque a partir de hoy 2 de febrero, la escalera para llegar a tan ansiada cita, se convierte en la más larga y empinada de la historia y nos ponemos la meta en una fecha que ya tenemos grabada a fuego 7 de julio de 2022. Esa es la fecha, y ese el momento de demostrar, que aunque están siendo y serán dos años durísimos para todos nosotros y sobre todo para la tauromaquia, los taurinos debemos ser duros y crecernos ante el castigo que en forma de pandemia y de organismos públicos nos están infringiendo, y como el toro venirnos arriba cuantos más cuesta abajo nos lleven las circunstancias.
La escalera es larga porque este año los escalones serán, el 3 de marzo, el 4 de abril, el 5 de mayo, el 6 de junio, el 7 de julio, el 8 de agosto, el 9 de septiembre y así un mes detrás de otro, hasta llegar al 7 de julio de 2022, una subida empinada y dura que no será tan difícil si sabemos que al final de la misma llegaremos a Santo Domingo, Mercaderes, Estafeta, Telefónica y por fin al coso pamplonica, en lo que ya no será una cuesta arriba, sino un deambular por la ilusión de volver a ver la cara de los toros por detrás de los corredores y olvidar, esperemos que sea así, de una vez por todas la situación que estamos arrastrando.
Las calles de Pamplona volverán a ser un hervidero de ilusiones, emociones, miedos y alegrías, pero ante todo, serán afición, toro y grandeza.
Y por supuesto, como la esperanza es lo último que se pierde, nunca dejaremos, al menos yo, de pensar y soñar que aunque parece que sin encierro no hay sentido a las corridas, sobre todo en Pamplona, porque no imaginar, que en Julio la situación está para poder ver uno o dos festejos dentro de la plaza, con aforo y controlado. Seguiremos soñando y mientras tanto, vamos por la escalera que ahora más que nunca, se ha puesto para escaladores de mucho nivel, pero que en la casa del gran Induráin no vamos a venirnos abajo. Viva San Fermín 2022.
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