La cuestión es cómo en este nuevo universo pixelado las contundentes verdades del toreo y sus héroes de todos los días pueden ganar “importancia medular” y alto precio en vez de irse haciendo cada vez más tenues, y poco “like”.
El precio del héroe
Jorge Arturo Díaz Reyes
Crónica Toro, Cali febrero 8 de 2021
En un hotel de Cali José Antonio Almanza le preguntó a José Miguel Arroyo “Joselito” quien por entonces emergía cómo cotizada figura del toreo --¿Maestro cómo es ese trabajo de ser héroe todos los días?
--Como cualquier trabajo contestó el matador escuetamente --le autografió el libro que le ofrecía y atendió a otros.
Era diciembre del 87 y al joven madrileño aún se le notaba fresca y rojiza en el cuello la cicatriz de la tremenda cornada que le había pegado “Limonero” de Peñajara (697 kg), siete meses antes en Madrid. Quizás fue una respuesta impensada, quizá no y asimilaba el suyo a la infinidad de los oficios cotidianos, riesgosos, que requieren pericia, pero que no reciben atención mediática, valoración heroica, ni pago siquiera modesto. Quizás apuntaba una cosa cierta, que hay héroes anónimos por doquier.
A ese recuerdo me remontó la columna: ¿Cuánto vale Messi? firmada en El País (España) el sábado por Jorge Valdano. Con ella mete baza el ex campeón mundial argentino, en el escándalo formado por el altísimo precio del contrato de su paisano con el Barcelona.
Todos han tenido que ver con ello. Un programa deportivo de televisión hasta colocó, para mayor provocación pública, un cronómetro mostrando con enormes caracteres amarillos, la progresión, del salario acumulado segundo a segundo, por el futbolista.
Explica Valdano que Messi vale, lo que vale mantener sintonizados los televisores en todo el mundo, para una industria del espectáculo en la que el fútbol tiene una importancia medular.
Ahí está el asunto. En últimas lo que se le paga es el impacto mediático no el heroísmo deportivo. Y eso no es un fenómeno circunscrito a él, al fútbol o a la industria del espectáculo, es general. Vivimos en la era de la virtualidad, habitamos en el ciberespacio y allí construimos o se nos construyen realidades, mitos, ídolos, idolatrías, comportamientos, consumos. Tanto sintonizas, tanto vales.
La cuestión es cómo en este nuevo universo pixelado las contundentes verdades del toreo y sus héroes de todos los días pueden ganar “importancia medular” y alto precio en vez de irse haciendo cada vez más tenues, y poco “like”.
Yo no tengo la fórmula, perdón. Lo que sí sé es que cualquiera que sea el camino este deberá pasar por la pantalla.
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