No hay más que leer la entrevista para saber que no es así, Filipe Luis dijo lo que dijo, como tampoco se puede dudar sobre que el 99'9 por ciento de los periodistas profesionales habrían titulado como lo hizo Lowe. En la misma entrevista Filipe Luis pone a caer de un burro a Hazard, que fue compañero suyo en el Chelsea, pero a Eden no hay quien le defienda ni en su caso existe la posibilidad de que se hayan sacado sus palabras de contexto por la sencilla razón de que Hazard juega actualmente en el Real Madrid y a él sí puede faltársele al respeto porque para un madridista hay barra libre. Iba a decir que no se puede ser más papista que el papa ni más cholista que el Cholo pero en lo tocante al argentino que entrena y no al que dirige la Iglesia católica es falso porque sí se puede ser más cholista que el propio Cholo y no hay más que darse una garbeo por el perioatletismo para verlo.
Pidiendo perdón de antemano por la digresión y volviendo a lo dicho al principio, o sea a lo expuesto anoche por Felipe del Campo en El Primer Palo y ratificado más tarde por José Miguélez, diré que yo también estoy de acuerdo con ellos, hoy en día todo lo que se diga ofende a los atléticos. Si les dices que son favoritos te achacan que les digas que son favoritos y si les dices que ya no lo son y ahora es favorito el Real Madrid (que va 3 puntos por detrás con un partido más disputado) se molestan porque les dices que ya no son favoritos. Así las cosas, el líder de la Liga española sería el primero de las grandes Ligas mundiales en gozar del privilegio de tener una situación indescriptible e indescifrable porque, aún siendo primero, no se puede decir que sea favorito ni tampoco que no lo sea sin que los seguidores te salten a la yugular secundados, cuando no directamente encabezados, por los opinólogos del Wanda.
Yo creo que, en el fondo del fondo, existe en seguidores y perioatléticos un trauma que se niegan a sacar a flote y que sólo podría solucionarse con terapia. No quieren reconocerlo, prefieren aparentar fortaleza, pero aquel gol de Sergio Ramos en el minuto 93, cuando ya estaban tocando con la palma de ambas manos su primera Copa de Europa, ésa que el fútbol le debe al Atleti desde los años 70, supuso un golpe tan duro, tan violento, tan absolutamente cruel, que les dejó rotos por dentro, literalmente descosidos. Aquel gol y cómo acabó aquello, y además ante el Madrid, les traumatizó hasta tal punto que ya no quieren ser favoritos de nada y para nadie. Lo de Milán todavía tuvo un pase pero lo de Lisboa lo siguen teniendo muy adentro y no se atreven a sacarlo porque hay que aparentar una fortaleza de ánimo de la que en realidad carecen.
Pensé que jamás en mi vida diría esto pero sí existe una religión más fanatizada aún que la de Leo Messi y esa no es otra que la del Cholo Simeone. En su ánimo por proteger al entrenador argentino, el nuevo becerro de oro colchonero, el perioatletismo es capaz de montarte un contubernio en menos tiempo del que tardas en comerte el kiwi del desayuno. Y el Atleti, como decía ayer, siempre gana para ellos, como lo hace la banca en el casino: si ganan porque ganan, si gana el Barcelona porque no gana el Real Madrid y si gana el Real Madrid porque tiene más presupuesto, por Franco, por Falange Española de las JONS o por Unidas Podemos. Pretenden que el Atlético de Madrid sea el único líder de Liga del mundo que pase desapercibido, invisible ante el radar de los demás, inatacable, puro... Y eso es imposible porque no se puede engañar a todo el mundo todo el tiempo, ¿verdad que no?
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