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Pepe Bienvenida / La suerte suprema

viernes, 23 de agosto de 2024

Oportunidades y lógica / por Carlos Bueno


'Hace años, torear en Madrid era el premio al aprovechamiento de una serie de oportunidades que se tenían por pueblos y ciudades. Ahora, tener la oportunidad de hacer el paseíllo en Las Ventas es un lujo que abre la posibilidad de anunciarse en pueblos y ciudades. Otro tipo de oportunidades es el que están disfrutando algunos novilleros en distintos Circuitos organizados por la Fundación Toro de Lidia, que ha redactado unas reglas de clasificación que no contentan a todos..'

Oportunidades y lógica

Carlos Bueno
AvanceTaurino.- Ago./2024
Mi amigo Alberto tiene razón, y con ella se va a quedar. Dice que lo de antes era más lógico, y lo era. Los toreros se iban haciendo poco a poco, rodándose por los cosos de los pueblos, ganando técnica antes de anunciarse en las ciudades, y sólo hacían el paseíllo en Madrid una vez habían adquirido oficio, cuando su nombre sonaba con cierta fuerza entre la afición después de haber hecho méritos en provincias. Desde luego que eso parece lo más natural, sensato y prudente. Pero hoy la fórmula no va así y no creo que haya vuelta atrás.

En la actualidad impera la inmediatez y el sistema funciona al revés. Ahora hay menos aficionados siguiendo la trayectoria de novilleros y matadores que todavía no han alcanzado la cumbre. La mayor parte del público acude a las plazas al reclamo de las figuras consagradas. Urge hacerse un nombre para ser contratado en todo tipo de ferias, las de las ciudades y las de pueblos, y sólo el escaparate de Madrid es capaz de dar el crédito necesario para que eso suceda.

Así las cosas, todos los coletudos tienen prisa por salir a la arena de Las Ventas y esperar que suene la flauta. Si se alinean los astros y se hace presente la suerte en forma de éxito, el camino se allanará en un viaje a la inversa de lo que siempre pareció más racional. Pero en el toreo la suerte no suele aparecer por arte de magia. Hay que estar muy preparado para aprovechar al máximo las virtudes de un buen toro y, a falta de placearse en provincias, eso requiere de mucha inversión en el campo, de matar muchos animales a puerta cerrada, de pasar mucho tiempo centrado sólo y exclusivamente en la profesión.

El 15 de agosto, Jesús Duque confirmó alternativa en Madrid. Después de una década como matador y tres puertas grandes en Valencia se presentaba por fin en Las Ventas. 

Era su primera corrida de la temporada y la cuarta en los últimos cinco años. Que saliera bien parado de la cita parecía casi un milagro. Y la verdad es que salvó el trance más que dignamente. El valenciano dio una vuelta al ruedo y dejó patente su sello clásico. Si vuelven a pasar 10 años más para tener otra oportunidad, de nada habrá valido la preparación y el esfuerzo.

Otro tipo de ocasiones es el que está dando a los novilleros la Fundación Toro de Lidia con la creación de diferentes Circuitos de Novilladas, un tipo de festejos que está bajo mínimos y que necesita un revulsivo para que sigan apareciendo nuevos toreros de futuro. Está claro que las reglas son para todos iguales y que quienes aceptan participar en el certamen las acatan. Pero después de ver cómo se han desarrollado las dos primeras funciones del concurso en Valencia, no acabo de entender que se quede fuera de la siguiente ronda Miguelito, un chaval que cortó dos orejas, y le supere otro, dejando a un lado las aptitudes, con menos trofeos conseguidos.

Que pasen dos concursantes de cada eliminatoria aunque, pongamos por caso, uno de ellos no haya estado todo lo bien deseable, y que se quede fuera uno de otro cartel aunque sí que haya triunfado, no parece justo. Pienso que lo razonable sería baremar una vez terminada toda la fase clasificatoria valorando, además, la presentación y dificultad de los astados lidiados.

En fin, que ahora no siempre lo más lógico es lo que vale, y mi amigo Alberto se quedará con su razón y Miguelito sin pasar a la semifinal.

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