la suerte suprema

la suerte suprema
Pepe Bienvenida / La suerte suprema

viernes, 5 de diciembre de 2025

Florito y el sustituto en Las Ventas desde 2026: así es la peculiar historia de Álvaro Fernández y sus inquietudes

Florito en los corrales de Las Ventas y, a la izquierda, su hijo Álvaro Fernández

“Mi hijo Álvaro, que es ingeniero aeroespacial, será mi sucesor; me ha confesado que esta es su verdadera vocación”

Florito y el sustituto en Las Ventas desde 2026: así es la peculiar historia de Álvaro Fernández y sus inquietudes.

por Pablo López Rioboo
Hace algunas semanas saltaba la noticia: “Florencio Fernández Castillo ‘Florito’ deja el puesto de mayoral en la primera plaza del mundo”, una información que pilló a buena parte del aficionado con el pie cambiado. Su vínculo con la primera plaza del mundo comenzó a mediados de los años 80, cuando Manuel Martínez Flamarique le ofreció el puesto de mayoral y cabestrero. Casi cuarenta años de trabajo incansable en un coso donde no solo trabajó junto a los mansos, sino que también asumió la responsabilidad de veedor y coordinador del campo para dicho coso.

Cuando no hay toros en los corrales, dedica su tiempo a adiestrar cabestros jóvenes, una pasión que le ha llevado a tener su propia parada de cabestros. Pero en 2026 será su hijo quien se haga cargo de esta faceta, tal y como adelantó a Antonio Lorca en una entrevista concedida a El País. “Mi hijo Álvaro, que es ingeniero aeroespacial, será mi sucesor; me ha confesado que esta es su verdadera vocación”, explicaba.

Florito, en una entrevista. © Movistar

Pese a reconocer en la citada entrevista que su hijo sería mayoral y no veedor, y que él se jubilaba también de su trabajo en el campo, este ha cambiado de parecer tras varias conversaciones con ganaderos veteranos que le pedían una salida paulatina y no un adiós de la noche a la mañana sin un recambio que conociera el toro de Madrid y que convenciera a todos. “En la zona centro, el encargado de ver los toros será mi hijo. Yo voy a estar a su lado para que sepa ver los animales y aprenda a reconocer el tipo de toro que se exige en Madrid”, explicaba en una tertulia con la Asociación El Toro de Madrid.

Pero tras escuchar al padre, era hora de conocer al hijo, de ver los motivos que le habían llevado a dar este paso. Fue el programa radiofónico El Albero -dirigido por Sixto Naranjo– quien habló recientemente con Álvaro Fernández, un joven con estudios que ha decidido dejarlo todo por una pasión. “La decisión fue iniciativa propia; es más, pilló de sopetón a mi familia”, reconocía. “Me ha tirado más el corazón”.

El objetivo marcado es ambicioso, aunque sabe de la dificultad de alcanzarlo. Confía en “llegar como mi padre o más”, heredando de este todos aquellos valores intrínsecos dentro del mundo del toro y que su padre ha llevado a gala todos estos años. Entre ellos se encuentran el respeto, la seriedad o la responsabilidad, algo que tiene marcado a fuego este ingeniero aeroespacial que ahora ha tomado el camino que le dicta la sangre.

Como citamos con anterioridad, en boca del propio Florito, Álvaro, amén de ser el nuevo mayoral, ejercerá además las labores de veedor de Las Ventas en la zona centro junto a él. El trabajo está medio hecho al haberse visitado prácticamente la mayoría de las vacadas de esta zona que irán a la primera plaza del mundo en 2026. Una labor que durante un tiempo se hará de forma conjunta, pero que posteriormente asumirá en primera persona este joven inquieto y enamorado del toro.

Florito en el ruedo de Las Ventas. © Plaza 1

jueves, 4 de diciembre de 2025

Estamos en diciembre / por Antolín Castro

Borja Jiménez ya ejerce de figura

'..Falta bastante para que empiece la temporada en España y Francia, ahora es el momento de la América taurina, y aquí nadie descansa, como si no hubiera tiempo para programar lo que ha de ser la temporada 2026..'

Estamos en diciembre

Antolín Castro
Opinión y Toros / 04 Diciembre 2025
A punto de terminar el año, estamos en su último mes, y ya nos van contando carteles y ferias.

Falta bastante para que empiece la temporada en España y Francia, ahora es el momento de la América taurina, y aquí nadie descansa, como si no hubiera tiempo para programar lo que ha de ser la temporada 2026.

No es de extrañar, aplicando el dicho popular de que ‘el que no corre vuela’, parece que en breve nos anunciarán los carteles de toda la temporada. Comprobado está que este sistema penaliza después a los que van triunfando y no tienen hueco en las ferias venideras. Solo beneficia a quien tiene todo atado desde mucho antes, aunque sea un penar su paso por los ruedos, nadie le quitará decenas de oportunidades para rehacerse.

De ese modo, una figura, haga lo que haga, torea, aunque vaya cuesta abajo su rendimiento, mientras David de Miranda, único en salir por la Puerta del Príncipe de Sevilla en su feria de abril, tuvo que esperar a final de año para ocupar algunas sustituciones, propiciadas por la baja de Morante. A otro, Diego Urdiales, no le sirvió de nada el ‘pelotazo’ que pegó en Bilbao.

El sistema, como se ve, adolece de la flexibilidad necesaria para potenciar lo que de bueno vayan haciendo los diestros, mientras favorece a los que lo tiene todo muy bien amarrado. Razones tendrán todos para hacerlo de esa manera, pero desde el punto de vista del aficionado no deja de ser un fraude a los méritos de cada cual.

Si el Real Madrid o el Barcelona, en el fútbol, obtuvieron el título de campeón la temporada anterior, ello no les garantiza que así sea en lo sucesivo. Por lo que su juego puede ser superior o mediocre en la temporada siguiente, y los que lo hacen mejor gozan del beneficio de situarse arriba en el campeonato, escalando las posiciones correspondientes.

Nada de esto sucede en el escalafón taurino, ignorando qué se baraja para adelantarnos que la corrida ‘In Memoriam’, a celebrarse después de San Isidro, a mediados de junio, la toreará en solitario Borja Jiménez. ¿A estas alturas ha habido alguien que haya pedido esa actuación en solitario?

Para el torero sevillano, garantizarse cuantos más contratos se supone que le favorece, también tiene ya dos tardes de tres en Azpeitia a finales de julio, además de un mano a mano en Valencia, pero no sabemos cómo será su 2026 como para que esas contrataciones sean un acierto en base al momento que atraviese en esas fechas. El único acierto real que se pone de manifiesto es que va a hacer caja.

Borja es un recién llegado a estos privilegios, pero así llevamos decenas de años, viendo como las figuras se acomodan a ese sistema de garantizarles un amplio número de corridas, sin que se las tengan que ganar con sus actuaciones diarias en los ruedos. A los que después se lo ganan no les quedan huecos para rentabilizar sus triunfos. Se pierde, por tanto, la competitividad efectiva y necesaria de cara a los aficionados.

Hughes. Athletic, 0; Real Madrid, 3. ¿Podrá usted mirar a los ojos a este Madrid?


'..Fue la mejor primera parte de la temporada. Y al volver se vio que ese equipo, ese once, está para el rocanrol, efectivamente, como el mismo Xabi Alonso dijo. A otro ritmo no lo hará bien. Ha de jugar así. Es once de noches grandes, para la máxima intensidad y tiene que ser así administrado, cosa que confirmaron las lesiones de Trent Camavinga..'

Hughes
Pura Golosina Deportiva

Al 11 del Madrid no le faltaba nada. Un Vitinha, vale, pero nada más. De Courtois a Mbappé, once futbolistas poderosos. El Madrid era más alto, más fuerte y parecía nuevo. A ello contribuía la vuelta de Rudiger, que es como jugar con rueda de tractor, la presencia de Trent y el producto de las decisiones de los últimos días aciagos: una media con Camavinga junto a Tchouaméni y Bellingham por delante.

Debería ser el once del Madrid, dejando a Güler de número doce, como el mejor Guti, alguien para entrar en el doble pivote o la mediapunta y para darle al Madrid otra tonalidad en las segundas partes.

No es que fuera una novedad todo eso, pero venía revestido de propósito. El Madrid salió con viveza en el toque, conjunción en las líneas y compromiso defensivo sellado en el papel timbrado del 4-4-2.

Era un Madrid apiñado y unificado y ya muy pronto tuvo ocasiones de Vini y Mbappé que detuvo Unai Simón. Aún respiraba tenso el portero cuando llegó el 0-1, un golazo consistente en un largo pase de Trent, control total de Mbappé, un regate, dos regates, los pasos yendo salvajes al área y trallazo. Toda la acción iba sumando, como una cadena de valor perfecta, y ya el inicio era altísimo, porque el pase de Trent era una maravilla que sonaba a Beckham más fino, de balón más liviano... ¿cómo no se va a lesionar Trent, si para dar esos pases su cuerpo tiene que asumir una tensión imposible? Para que la pelota le vaya exacta como una paloma mensajera su cuerpo se somete a todo tipo de violencias internas que él oculta bajo la silueta del centrador, quizás la más estética del fútbol.

El Madrid nadó en espacios, repitió ocasiones y demostró formas solventes de sacar la pelota; los centrales se abrían como para un parto, Camavinga tomaba la responsabilidad y Tchouaméni se escalonaba por delante. Se superaban las líneas como si fueran biombitos de papel y ya son dos salidas, Grecia y Bilbao, en las que el Madrid evoluciona y hasta muta con espacios. Un poco de espacio, solo un poco, y ¡chas! multiplica al Madrid, que puede conectar con el contragolpe, con esa naturaleza que ha aprendido a amar, a hacer suya, que le ayuda a llevar la púrpura, la carga de ser el Madrid.

El juego se basaba mucho en balones largos a Vinicius, el equipo tomaba la forma de una cometa que el viento empujara hacia la izquierda.

Vini y Mbappé permutaban, compartían más allá del entendimiento. Acabarán siendo bros.

Lo más extraordinario era que Camavinga jugaba a un toque. Sentíamos su esfuerzo de concentración y lo sosteníamos desde casa. Descubrimos que la mejor forma de ver al Madrid es meterse en Camavinga y acompañarle psicológicamente. No sólo está ahí la clave del Madrid, es que el partido gana en interés. Es el infinity antes del infinity.

El equipo estaba compacto, Alonso hacía su gesto de juntarlos, como comprimiendo al equipo en un abrazo. Se vio la tensión psicológica del míster, se notó que proyectaba en el campo y que encontraba una respuesta. Tuvo que sentir Alonso (se lo estará contando ahora a su mujer por teléfono) que el equipo le seguía, como al director le sigue la orquesta o a Bolaños los tertulianos.

Vimos la belleza de la voluntad futbolística, de la unidad, del fascismo táctico; la conjunción de un todo, y el equipo no se partió ni un instante.

Eran especialmente coordinados los movimientos por la banda izquierda. Todos andaban en apogeo asociativo: Vini y Mbappé, los dos con Carreras y Carreras con Bellingham cuando por allí caía.

Todas estas bondades no evitaron la participación de Courtois, con dos paradones a tiros que llegaron por donde Valverde, el jugador menos entonado de la noche.

A eso de la media hora se podía temer una caída de tensión, se perdieron algunos balones, se notó un pico de cansancio y también se echó de menos el jugador amasador, conservador, flotante, que la tiene por tener y de ese conato de galbana el Madrid se sacó con un largo pase de Militao a Vinicius, que rompía al rival y servía para que el equipo entero se fuera tras él, y, sobre todo, con el protagonismo de Jude Bellingham que cortó, robó, elaboró, distribuyó y asumió una responsabilidad en el centro del campo; cuando unos minutos después llegó el 0-2, una larga jugada del Madrid, un gol de todos, coral, coral Bistuer por fin, el que más lo celebró fue él porque en el gol buscó, distribuyó, luego centró Trent, peinó Mbappé y remató Camavinga.

Bellingham hizo un gran partido y nos ofreció una invitación a entenderlo mejor. Dos o tres más así y pronto se rumoreará que se pasa las tardes en casa tomando brócolis bajo infrarrojos.

Fue la mejor primera parte de la temporada. Y al volver se vio que ese equipo, ese once, está para el rocanrol, efectivamente, como el mismo Xabi Alonso dijo. A otro ritmo no lo hará bien. Ha de jugar así. Es once de noches grandes, para la máxima intensidad y tiene que ser así administrado, cosa que confirmaron las lesiones de Trent y Camavinga.

El Madrid sacó la pelota de un modo estudiado. Se vio una salida trabajada. Y la mano del entrenador, por ejemplo, en lo bien que Vinicius supo detenerse, parar, no irse a lo loco contra el mundo.

A la altura del minuto 50 llegó el ay: una pérdida, la primera quizás de Camavinga, la lesión de Trent, un principio de trifulca... ¿se desconectaría el Madrid?

Cuando se podía temer, Mbappé marcó el 0-3 de tiro de fuera del área, quizás con colaboración de Unai Simón.

Ya era momento para ir cambiando. Camavinga, por no soltarla a tiempo, fue golpeado en un tobillo y se volvió a lesionar. Debe pasar la pelota antes por su propia salud. Su propia fragilidad le invita a la ligereza, a la síntesis. Yo veo por ahí el refinamiento posible de Camavinga. Si la suelta a tiempo, Camavinga durará y el Madrid jugará bien.

También en los cambios se sintió que las cosas pueden encajar. Güler entró por Camavinga, y se movió con soltura; después entraron a la vez Gonzalo, Rodrygo y Brahim a reanimar el ataque. Percibimos la frescura que podrían traer.

Rodrygo hizo una jugada estupenda para Brahim. No salió, pero en una de estas saldrá y Rodrygo se quitará ese aire de japonés avergonzado a punto del seppuku que lleva encima. No queda tanto y entonces, el Madrid tendrá otra riqueza más que habíamos olvidado.

Cuando nos reencontremos con el equipo, ¿podremos todos mirarlo a la cara? (Espacio cortesía de este pequeño blog para el examen interior). El Madrid, salvo un Vitinha, tiene de todo.


¡Tuvo mala suerte con la espada! / por Rafael Comino Delgado

Sevilla, abril de 1959. Rafael Ortega en la estocada al toro «Trabuco», de Miura, lidiado en la cuarta corrida de la Feria de Abril.

'..No se trata de mala suerte, se trata de tirarse a matar con total entrega y verdad o de tirase a probar suerte, a ver si hay suerte y lo mato..'

¡Tuvo mala suerte con la espada!

Rafael Comino Delgado
Los profesionales del toreo y los aficionados, cuando un determinado torero hizo una buena faena con capote y muleta, pero perdió el triunfo porque a la hora de matar estuvo mal, solemos decir que, “tuvo mala suerte con la espada”, expresión que me parece poco acertada, porque la espada, generalmente se usa bien, regular o mal, pero en la inmensa mayoría de los casos, cuando no se acierta es por su mal uso, no por mala suerte. Se puede tener mala suerte con el lote que le toque a un torero, porque sean toros o novillos con muy pocas posibilidades de lograr faena brillante, porque durante la lidia haga mucho viento y no permita hacer el toreo bueno, etc., pero con la espada puede haber mala suerte en muy pocas ocasiones, por ejemplo, que al tirase a matar el toro pierda las manos, que la espada tropiece en el arpón de una banderilla, que sea el torero el que resbale al tirase a realizar la suerte, pero eso pasa en muy pocas ocasiones. 

Si el torero hace bien las cosas, se tira de verdad a matar, con sinceridad, con entrega, sin salirse de la suerte, lo normal, lo que ocurre en el 85-90% de los casos es que la estocada esté en su sitio, y mate al toro, pero si mira a los pitones y no al hoyo de las agujas, se sale de la suerte, y estira la mano intentando cazar al toro, casi con toda seguridad, lo normal es que no lo mate, sino que pinche o deje una estocada muy defectuosa, por caída, a uno u otro lado, atravesada, delantera o trasera, muy tendida o muy perpendicular, en definitiva que no mate al toro. No se trata, pues, de buena o mala suerte, la realidad es que lo que se hace bien resulta bien, correcto, y lo que se hace mal suele resultar mal, incorrecto. Aquí no hay suerte que valga, decir, “tuvo mala suerte” es una falacia, lo que se debe decir es que, “estuvo mal con la espada”, decir otra cosa es engañarse a sí mismo, engañar a la gente y engañar al torero. 

La estocada es parte importante de la faena, y al igual que el torero debe tratar de torear con capote y muleta todo lo mejor que pueda de acuerdo con las condiciones del toro, a la hora de matar también debe hacerlo lo mejor que pueda, por eso hay toreros que usan muy bien la espada, hacen muy bien la suerte de matar, y fallan muy pocas veces, y otros la hacen peor, y fallan con frecuencia. No se trata de mala suerte, se trata de tirarse a matar con total entrega y verdad o de tirase a probar suerte, a ver si hay suerte y lo mato. Esto es muy frecuente, especialmente cuando no se ha logrado previamente una faena, con capote y muleta, brillante, y el torero sabe que, aunque lo mate muy bien no cortará orejas, si bien hubo un tiempo en que se decía y hacía, que una buena estocada valía, por si sola, una oreja. Hoy eso se ha perdido, aunque cada vez, creo yo, se le está dando más importancia a la estocad y a hacer bien la suerte de matar. Creo que en plazas de segunda y, sobre todo, de primera, el presidente nunca debería conceder dos orejas de un toro a una buena o muy buena faena finalizada con una estocada muy defectuosa.

Pena del Estado / por HUGHES


'..Una pena teñida de amargura por el daño, lo irreversible y la perfidia. Es una sensación cívico-política sin igual. Se aparta la mirada para no sufrir. La sensación de destrozo y entrega del Estado es distinta y extrañamente no menos intensa que la del abandono de lo nacional y quizás por ahí se intuye que es el Estado el que crea su nación..'

Pena del Estado

HUGHES
En las últimas horas, PP y PSOE se disputan el favor de Junts. Unos para la moción de censura que no presentarán, pues han reducido la política a la forma de minué de cloacas que ellos llaman antisanchismo y que no se diferencia mucho del rajoyismo (en realidad, entre el antizapaterismo, el rayojismo y el antisanchismo llevan treinta años de poco o muy poco); y otros para no perder su favor parlamentario, expresado en esa arisca portavoz de Junts que en la oreja se pone el «pinganillu». Sánchez tomará tarde o temprano la vía del reconocimiento de la identidad catalana, y cuando suceda ¿podrá la gente ir a Ferraz a quejarse o considerará Ayuso que eso es «violencia»?

Se ha hablado poco (pero ¿quién lo va a hacer?) de esas palabras que colocan a la presidenta ya sin mohín ni disimulo en el losantismo. Huelga hablar del liberalismo pudiendo hablar de los liberales y, sobre todo, de estos liberales.

A Ayuso, con más periodistas a su servicio que algunos jefes de Estado del G20, habría que preguntarle si era «trifulca» lo que se buscaba cuando mandaron a las masas peperas a cercar Génova en tiempos de Casado. Eso era el «pueblo», palabra que ahora ha aprendido a decir Cayetana, con lo cual ya que Dios nos pille confesaos.

De la concentración en Debod lo relevante es que hasta el mismo PP se presenta ya como PP de paisano. Entre el PSOE y Vox prácticamente todo es PP de paisano. Miren bien, fíjense. ¿Se acuerdan de la serie V, que debajo de la piel eran lagartos?

La autora de la frase «Hay que ser muy valiente para defender las democracias liberales desde aquí, desde Leganés» menospreciaba ayer un fallo del Constitucional que no le daba la razón. Cuando decide el Supremo (tengo un interés sincero por leer, cuando salga, la sentencia del Fiscal General) habla la Ley, cuando el Constitucional, habla el Sanchismo. Así podemos encontrar la definición, no siempre clara, de Estado de Derecho: es cuando sentencian los jueces que le gustan al PP.

El Estado de Derecho Español tenía que meter en la cárcel al golpista Puigdemont o al menos a Pujol. Una semana aunque fuera. Pero sólo ha podido meter a Ábalos.

Y porque lo permite la Constitución, que gusta tanto a los que tienen a Juan Carlos Wolverine de youtuber, y porque el PP prefirió dar el poder a Sánchez antes de arriesgarse un ápice a perder la primacía en la derecha, prosigue la venta a cachitos del Estado en Cataluña (adiós, Habilitación Nacional), lo que produce, al menos en algunos, una sensación extraña para la que no hay palabra. Quizás la tengan los alemanes. Una pena teñida de amargura por el daño, lo irreversible y la perfidia. Es una sensación cívico-política sin igual. Se aparta la mirada para no sufrir. La sensación de destrozo y entrega del Estado es distinta y extrañamente no menos intensa que la del abandono de lo nacional y quizás por ahí se intuye que es el Estado el que crea su nación.

miércoles, 3 de diciembre de 2025

Aire nuevo en Sevilla: el anhelo de una nueva era / por Carlos Bueno


'..La llegada de José María Garzón a la gerencia de La Maestranza ha sacudido los cimientos del toreo sevillano. No es un simple cambio de nombres, sino el fin de casi un siglo de un mismo modelo de gestión. Su nombramiento abre expectativas, inquietudes y, sobre todo, la puerta a una renovación largamente esperada. El mundo taurino mira ahora al futuro con una mezcla de cautela, curiosidad y esperanza..'

Aire nuevo en Sevilla:
el anhelo de una nueva era

Carlos Bueno
La designación de José María Garzón como nuevo gerente de la Real Maestranza de Caballería de Sevilla ha supuesto un auténtico punto de inflexión en el mapa taurino. No es un simple relevo, se trata del fin de 93 años de hegemonía ininterrumpida de la empresa Pagés, un periodo que configuró la personalidad, la estructura y la propia historia reciente del coso sevillano. El cambio de manos, por sí solo, ya es una noticia de enorme calado; pero lo verdaderamente trascendente es que simboliza un soplo de aire fresco, la posibilidad real de una renovación largamente reclamada.

En el mundo del toro se habla de forma recurrente de la necesidad de renovar el escalafón de matadores, de dar oportunidades a los nuevos valores y de oxigenar la cantera. Sin embargo, pocas veces se señala con la misma claridad que la renovación debe comenzar por el sistema empresarial, por la gestión de las plazas, por la entrada de profesionales capaces de ofrecer miradas distintas, planteamientos más audaces y modelos de trabajo en consonancia con la sensibilidad de la sociedad actual.

La tauromaquia, como cualquier manifestación cultural viva, necesita evolucionar sin romper con su esencia. Y ese equilibrio entre respeto por la tradición y capacidad de innovación es, precisamente, el gran desafío que afronta Garzón. Su trayectoria al frente de plazas como Cáceres, Córdoba o Santander habla de un empresario con ideas propias, sensibilidad artística y una visión más abierta en cuanto a cartelería, comunicación y promoción. Ahora, en Sevilla, la exigencia será máxima.

Porque La Maestranza no es una plaza más. Es un templo, un símbolo, un espacio donde cada decisión pesa más que en ningún otro sitio. Garzón recibe una responsabilidad tan compleja como apasionante, que es gestionar un escenario mítico cuyos aficionados demandan excelencia y cuya liturgia obliga a saber escuchar, interpretar y, llegado el caso, corregir.

Pero también recibe la oportunidad única de convertirse en un referente para el resto de plazas, marcar una línea de modernidad compatible con la tradición, demostrar que se puede respetar la esencia sin renunciar a nuevas ideas, nuevas narrativas, nuevas formas de conectar con el público.

Si su gestión logra abrir ventanas, atraer nuevas miradas y romper inercias anquilosadas, La Maestranza podría convertirse en laboratorio de un nuevo modelo empresarial taurino, más dinámico, más transparente y más creativo. Y ese cambio, inevitablemente, irradiaría al conjunto de la temporada española.

El reloj comienza a correr. La afición observa con expectación. Y la llegada de José María Garzón, más que un relevo administrativo, se percibe como un gesto de esperanza, como el posible inicio de una nueva era en la que la tauromaquia, desde Sevilla, respire un futuro más moderno y atractivo.

Carta a Isabel Díaz Ayuso de Pablo Linares, presidente de la Asociación para la Defensa del Valle de los Caídos


'..Por todo ello, le exijo respetuosamente, pero con firmeza, que ordene la inmediata incoación del expediente de Bien de Interés Cultural del Valle de los Caídos antes de que sea demasiado tarde. La Comunidad de Madrid aún puede evitar un daño irreparable al patrimonio de todos los españoles..'

Carta a Isabel Díaz Ayuso de Pablo Linares, presidente de la Asociación para la Defensa del Valle de los Caídos:

Estimada Presidenta Díaz Ayuso:

Me veo en la obligación de dirigirme a usted, en mi condición de presidente de la Asociación Para la Defensa del Valle de los Caídos, para trasladarle mi profunda preocupación, y también mi incomprensión, ante la persistente negativa de la Comunidad de Madrid a incoar el expediente de Bien de Interés Cultural (BIC) del Valle de los Caídos, el mayor conjunto monumental del siglo XX en España. Se trata de una obra de los arquitectos Pedro Muguruza y Diego Méndez, enriquecida por la intervención de artistas de primer orden como Juan de Ávalos, Santiago Padrós, Carlos Ferreira, la familia Lapayese, Damián Villar, Ramón Mateu y José Espinós, cuyo valor artístico e histórico es indiscutible.

Debe recordarse asimismo que entre los casi 34.000 españoles, de ambos bandos contendientes en la triste guerra civil española, inhumados en el Valle de los Caídos se encuentra un número no inferior a los 4.000 asesinados en la retaguardia republicana, muchos de ellos en Madrid. No pocos fueron brutalmente torturados en la antigua Dirección General de Seguridad para luego ser asesinados en lugares como la Pradera de San Isidro, la Dehesa de la Villa o la Casa de Campo, escenarios inseparables de algunos de los crímenes más atroces cometidos en la ciudad. Que el Gobierno pretenda convertir la antigua sede de la DGS en un supuesto “lugar de memoria”, mientras se deja sin protección el lugar donde reposan miles de estas víctimas, resulta profundamente incoherente y una ofensa a su dignidad histórica.

La gravedad aumenta si consideramos que el proceso de resignificación del Valle ya está en marcha, y que se ha hecho público el proyecto vencedor, cuyo planteamiento desvirtúa por completo el carácter reconciliador y funerario para el que fue concebido el monumento, amenazando con transformar de manera irreversible su identidad.

No puedo ocultar mi profundo disgusto ante la evidente falta de valentía institucional que se está mostrando en este asunto. Resulta desconcertante que, ante un desafío patrimonial, histórico y humano de esta magnitud, las instituciones que deberían actuar con firmeza opten por la pasividad y el silencio.

En este contexto, resulta injustificable que el Valle de los Caídos siga sin ningún tipo de protección. La competencia para incoar el expediente BIC corresponde sin duda a la Comunidad de Madrid, según la normativa autonómica de Patrimonio Histórico. No existe limitación jurídica alguna: la única explicación es la falta de voluntad política.

Además, la Comunidad aún está a tiempo. Todavía puede incoar el expediente BIC antes de que el Gobierno central apruebe por Decreto la extinción de la Fundación de la Santa Cruz del Valle de los Caídos, lo que dejaría al conjunto en absoluta vulnerabilidad ante intervenciones irreversibles.

La contradicción es evidente si se observa que su Gobierno sí ha protegido recientemente otros bienes como BIC:

– Casa Sindical de Madrid (BIC desde julio de 2025)

– Casa Árabe

– Antigua Fábrica de CLESA

– Iglesia de Santiago y San Juan Bautista (expediente incoado)

Que estos bienes hayan recibido protección y, sin embargo, el mayor conjunto monumental del siglo XX —y lugar de reposo de decenas de miles de españoles de ambos bandos— permanezca sin amparo, solo puede interpretarse como un abandono incomprensible.

La incoación del BIC no es una cuestión ideológica: es una obligación institucional para proteger un bien patrimonial, artístico, histórico y funerario de enorme magnitud y para evitar que decisiones precipitadas o motivadas políticamente destruyan un legado irrepetible.

Por todo ello, le exijo respetuosamente, pero con firmeza, que ordene la inmediata incoación del expediente de Bien de Interés Cultural del Valle de los Caídos antes de que sea demasiado tarde. La Comunidad de Madrid aún puede evitar un daño irreparable al patrimonio de todos los españoles.

Atentamente,

PABLO LINARES CLEMENTE
Presidente ADVC
Madrid, 3 de Diciembre de 2025

A Curro / por Manuel Viera

 

'..Una mirada que me sumerge en ese universo de la lidia donde imperó un arte transmitido a generaciones que no olvidan. Un arte que produjo enfermos sin cura adictos a una tauromaquia que constituyó un hito en la historia del toreo. Un diálogo con el toro que sirvió para hacer evidente una forma de mostrar sentimientos y emociones..'

A Curro
Por Manuel Viera
Avanzaba a pequeños pasos, como quien se frena cuesta abajo por el camino ancho y llano de una tierra de albero. Cierro los ojos y lo veo, sin saltos en el tiempo, mostrando el argumento nítido de su arte en el ruedo de su Maestranza. Lo he visto hace no tanto pisar con cuidado para no perder pie, y ahora lo veo tan feliz, pero tan frágil, descansado sus pies en la plataforma de una silla de ruedas. Le observé durante el acto de reconocimiento en su ciudad natal y sostuve emocionado mi mirada en la suya. Esa mirada cansada, anegada por el vaho del tiempo vivido, que agrega nostalgias y propicia tantas historias pasadas.

Una mirada que me sumerge en ese universo de la lidia donde imperó un arte transmitido a generaciones que no olvidan. Un arte que produjo enfermos sin cura adictos a una tauromaquia que constituyó un hito en la historia del toreo. Un diálogo con el toro que sirvió para hacer evidente una forma de mostrar sentimientos y emociones.

Desde el mediodía del pasado sábado en Camas, delante de su peña taurina, un busto en bronce inmortaliza su característico gesto de torero. Y en ese viejo maestro de pelo blanco, que la gente de su pueblo le ovacionó puesta en pie en eternos minutos de devoción y agradecimiento, se objetivó el dios del toreo. Mientras tanto, en mi memoria se producían secuencias de un arte único en el que se aunaba lo más descriptivo de la lidia con el valor absoluto. Escenas sobre un idílico ruedo dorado donde se tamizó el evangelio del efímero y bello arte de torear.


La admiración, en forma de monumento, se extendió ahora a su pueblo. El que marcó su evolución de vida y le inspiró sobre la belleza de sus formas. El que valora como nadie la enorme sencillez que lo humaniza. Agradecimiento a tantas historias emocionales dictadas en los ruedos que le llega en justo momento. En el degustar de una vida en el que el tiempo es juez inflexible para calibrar la belleza icónica de una tauromaquia sublime. Para apreciarla hay que remover los recuerdos y, luego, volver a vivirlos. Un brillante ejercicio para seguir disfrutando del gran Curro Romero.
miércoles, 3 de diciembre de 2025

La verdad del bombardeo de Guernica contradice el relato oficial y el mito de los 1.600 muertos / por José Luis Orella


'..El tiempo del bombardeo se llegó a decir que duró de dos horas y media hasta tres horas, y que se descargaron unos 50.000 kg de bombas, que arrasaron la villa y provocaron unos 1.654 muertos, cuando por el modelo reconocido de los aviones, sabemos que únicamente pudieron llevar 1.400 kg de bombas y causaron 126 muertos en el bombardeo..'

La verdad del bombardeo de Guernica contradice el relato oficial y el mito de los 1.600 muertos

La creación del mito procede de los corresponsales británicos adjuntos al ejército republicano. En aquel momento únicamente uno se encontraba en la villa, Noel Monks; los demás estaban fuera y escribieron sus artículos después con testimonios.

José Luis Orella
La villa de Guernica fue bombardeada el 26 de abril de 1937, durante la Guerra Civil Española. El bombardeo no ha pasado desapercibido como otros, quizás más sangrientos, durante la dura contienda, sino que se ha convertido en un símbolo y un mito muy usados a nivel propagandístico.

Si seguimos el informe del Gobierno Vasco titulado Relación de víctimas causadas por la aviación facciosa en sus incursiones del mes de abril de 1937, se habla de centenares de víctimas. Incluso en la actualidad el Gobierno autonómico vasco sigue usando la cifra de 1.654 muertos.

Al ser la localidad vasca la sede histórica del Árbol de Guernica, un roble situado delante de la Casa de Juntas de la villa, el árbol simboliza las libertades consuetudinarias de Vizcaya y de sus habitantes. La Casa de Juntas era donde el rey de Castilla, como señor de Vizcaya, juraba los fueros del señorío.

El relato se ve acompañado por la ausencia de interés militar de la villa, por lo que fue un ataque deliberado contra el pueblo vasco.

¿Qué sucedió? En el teatro de operaciones del norte, el general Mola inició el 31 de marzo de 1937 una ofensiva con las cuatro Brigadas Navarras y fuerzas vascas de los tercios de Nuestra Señora de Begoña, el de Ortiz de Zárate y la 1.ª Bandera de Vizcaya. La ofensiva militar otorgó a partir del 25 de abril de 1937 un nuevo protagonismo militar a la villa de Guernica.

En aquel momento, según el censo de 1930, la población civil era de unos 5.200 habitantes, aunque un millar vivía en los caseríos adyacentes. La villa era el centro de la logística de las unidades republicanas, con tres hospitales de sangre y tres acuartelamientos situados en los conventos y colegios expropiados a los religiosos.

La presencia militar se calculaba en unos tres batallones, con dos mil combatientes. No obstante, la presencia militar podía ser mayor el día del bombardeo por la retirada de un par de batallones del frente que buscaban refugio, huyendo de los nacionales.

Las operaciones bélicas del norte estaban cubiertas en el espacio aéreo por la Legión Cóndor. El general Sperrle, siguiendo instrucciones del embajador alemán ante los nacionales, general Wilhelm von Faupel, mandó a su Estado Mayor programar un bombardeo de Guernica a cargo de tres trimotores italianos Savoia-79, acompañados de un bimotor Dornier 17, seguidos posteriormente por tres escuadrillas de trimotores Junkers 52, unas 18 aeronaves escoltadas por cinco Fiat CR-32.

La acción se inició a las 16:30 h. de la tarde. Lógicamente, no hubo mercado en pleno conflicto bélico, como se citó por los corresponsales británicos.

Los aviones fueron pocos, suficientes para el objetivo logístico que se trataba, de diferentes modelos, italianos y alemanes, y al ser reconocidos se sabe plenamente su capacidad de armamento.

Los tres bombarderos italianos lanzaron 12 bombas de 50 kg. En cuanto a los alemanes, solían llevar o 16 bombas de 50 kg o dos grandes de 250 kg para un objetivo de importancia grande como un puente o un edificio de altura. También se sabe la autonomía de vuelo según el aeropuerto usado, Burgos o Vitoria, el tiempo que pudieron estar sobrevolando Guernica por el gasto de gasolina: finalmente, entre 15 y 20 minutos.

Primera imagen difundida por la prensa internacional sobre el bombardeo de GuernicaDaily Worker / Ministerio de Cultura

El efecto del bombardeo afectó a unos 270 edificios de los 492 que componían el núcleo urbano. Como las casas tenían un componente de madera muy importante, el fuego se trasladó a las contiguas sin realizarse ninguna operación de contrafuego para evitarla, trasladándose los bomberos muchas horas después, cuando más de doscientas viviendas se vieron afectadas y consumidas por el fuego ante la inoperancia de las autoridades locales y militares, siendo después atribuidas al bombardeo.

En cuanto a las víctimas mortales, el recuento es sencillo al poder consultarse las listas que se conservan en el Ayuntamiento de Guernica y en el cementerio local de los 24 enterrados en los días 27, 28 y 29 de abril, los tres posteriores al bombardeo, a los que se suman los de la cercana parroquia de San Pedro de Luno, otros 28 fallecidos en el bombardeo del asilo Calzada, que al desplomarse atrapó a parte de las personas refugiadas en el edificio.

Los recuentos de fallecidos en los caminos, debajo del puente y heridos trasladados al hospital de Basurto nos dan un total de 126 víctimas mortales del bombardeo, 76 de las cuales están identificadas.

La creación del mito

La creación del mito falsario procede de los corresponsales británicos adjuntos al ejército republicano. En aquel momento únicamente uno se encontraba en la villa, Noel Monks; los demás estaban fuera y escribieron sus artículos después con testimonios y aportaciones «literarias» en las que destacó el sudafricano George Lowther Steer.

Los corresponsales británicos fueron George Lowther Steer, corresponsal de The Times; Noel Monks, del Daily Express; Christopher Holme, de la agencia Reuters; y Keith Scott Watson, de los londinenses Star y Daily Herald.

Ellos no fueron testigos del bombardeo, pero sí los responsables de la creación del relato que se ha convertido en el texto oficial del bombardeo de Guernica.

Noticia en el Times sobre el bombardeo de Guernica.
Ministerio de Cultura

Los británicos pretendían visualizar la presencia de la ayuda nazi a los nacionales, «identificando» modelos más modernos a los lentos Junkers 52.

El tiempo del bombardeo se llegó a decir que duró de dos horas y media hasta tres horas, y que se descargaron unos 50.000 kg de bombas, que arrasaron la villa y provocaron unos 1.654 muertos, cuando por el modelo reconocido de los aviones, sabemos que únicamente pudieron llevar 1.400 kg de bombas y causaron 126 muertos en el bombardeo.

Las mentiras de la guerra luego serían expandidas a nivel historiográfico por el estadounidense Herbert R. Southworth, un antiguo colaborador propagandístico de simpatías marxistas que después entró en el mundo académico de la mano de Pierre Vilar, historiador de estricta línea estaliniana y miembro de renombre del Partido Comunista Francés. Su obra falsaria será La destrucción de Guernica. Periodismo, diplomacia, propaganda e historia.

El historiador español que ayudó a desentrañar las falsedades del bombardeo de Guernica fue el general de división Jesús Salas Larrazábal, doctor, ingeniero aeronáutico e historiador.

Fue fundador, en 1981, del Seminario de Historia del Ejército del Aire, y subdirector general en la Dirección General de Armamento y Material del Ministerio de Defensa (DGAM), con el de representante de España en los programas europeos Eurofighter y Helicóptero de Ataque, compatible con su labor de asesor de ingeniería del jefe de Estado Mayor del Aire y del director del programa «Orión» del Estado Mayor de la Defensa.
  • Jose Luis Orella: es director de la Cátedra CEU de Historia, Memoria e Identidad.

martes, 2 de diciembre de 2025

Tiempo de Adviento

 

El Adviento es un tiempo de preparación espiritual de cuatro semanas que precede a la Navidad y cuyo significado principal es esperar y prepararse para la venida de Jesucristo. Su nombre proviene del latín adventus ("venida") y marca el inicio del año litúrgico cristiano, siendo un período de esperanza, conversión, vigilancia y alegría. Durante el Adviento, los fieles reflexionan sobre la primera venida de Cristo (su nacimiento) y su futura segunda venida al final de los tiempos.

¿QUIÉN TIENE UNA FOTO COMO ESTA? / por Manuel Herrero Presa

¡Gloria a ti, amigo Francisco Rivera “Paquirri”!

¿QUIÉN TIENE UNA FOTO COMO ESTA?

Muchos podéis pensar que el titular que he puesto os puede parecer una vanidosa presunción por mi parte, en una época en la que medio mundo se desespera por conseguir un autógrafo o un selfie con un famoso.

Pues no, el titular que he puesto es porque quiero describir la bondad y el cariño de una persona. De la persona que hizo esta foto hace 42 años en el Estadio del Real Betis Balompié el histórico día del 12 a 1 de España contra Malta.

Yo siempre he dicho, y lo tengo como norma, que a la calle hay que salir a dar cariño y a tratar de crear buen ambiente. Es la única forma de poder hacer feliz al mundo que te rodea y egoístamente, aquí sí, ser feliz tú. Porque como decía el padre de Picoco: “La guasa quema más que la candela”. A lo que yo le añado: “Hay que alejarse de ella, que bastantes cosillas tenemos ya como para…”.

Pues bien, esta mañana, a las 9.00, he recibido un WhatsApp con esta foto y un texto que dice: “Buenos días Manuel. Mira lo que me he encontrado buscando otra cosa en los archivos”. Y no dice nada mas. Así de escueto.

Yo no he necesitado ninguna larga explicación, ya que enseguida me ha trasladado mentalmente al hecho y al momento del por qué.

Esta persona, mi amigo, al que ahora coincido con él muy de tarde en tarde, es uno de los históricos y grandes reporteros gráficos de prensa que hay en España. Y como después me ha dicho él, esta mañana ha estado buscando entre miles y miles de fotos de su archivo un reportaje también histórico de una famosísima persona en concreto, de la que, por supuesto y por respeto, no daré su nombre.

¿Vosotros os podéis imaginar la de fotos que habrá visto y cuántas horas se habrá llevado hasta dar con lo que buscaba? Caras, y vengan caras de famosos. Imágenes, y más imágenes. Marbella, Madrid, Sevilla… y venga sitios.

Pero hete aquí, qué se le habrá cruzado entre todas, una, esta, que sin esperarlo le ha abierto el ‘cliché’ de la bondad, y que habrá pensado al verla…: ¡Sorpresa! “Mira que gran recuerdo”. ‘Seguro que a Manolo le gustará’. ‘Pues se la voy a mandar’.”

Y así ha sido. La he recibido como un inesperado regalo. ¡Claro que la foto me ha gustado! ¡Claro que me ha hecho ilusión! ¡Me has hecho recordar un momento muy bonito de mi vida! Pero lo que más me ha llegado al alma es que en medio de toda esa vorágine de fotos y después de tanto trabajo en la búsqueda, te preocupes y pienses en que enviándosela a un amigo le harías feliz. Eso se llama bondad. Eso se llama salir a la calle a dar vida. Eso se llama… LALO ÁLVAREZ, mi amigo en color.

Amigo Lalo, con tu permiso, ahora voy a ronear de esa foto tuya, la que al vernos llegar ese día al Campo no dudaste ni un segundo en hacérnosla. Foto que quedó para la historia.

Como digo más arriba en el título: ¿Quién tiene una foto como esta? ¿Habéis visto la sonrisa de Francisco? ¿Habéis visto la felicidad y la vida que irradiaba? ¿Habéis observado como coge la bandera de España como si fuese a plegarla después de haber pegado un natural... ¡Qué pedazo de Torero! ¡Qué pedazo de tío!

¡Gloria a ti, amigo Francisco Rivera “Paquirri”!

Y a ti, amigo Lalo, te deseo que “sigas dando cariño cuando salgas a la calle”, y que toda la gente famosa a los que les hagas fotos sepan que tras esa cámara hay una persona con un corazón en forma de “colorido carrete”.

P.D.:

Hombre, es normal que tengamos esas caras de alegría. Es que estábamos influenciados por el 12 a 1. Por ESPAÑA, y porque era en el Campo del Betis.

(Por cierto, la cazadora que tengo puesta es la que le compré al italiano en la puerta del Estadio y que está firmada en su forro por todos los jugadores de la Selección incluido Miguel Muñoz)

Manuel Herrero Presa

(Sobre la marcha) ¡Y qué marcha!

El fundón de Chicuelo y un centenario arrinconado / por Josep Guixà


'..Pepe Alameda, que este era su nombre de guerra, sostenía que la primera faena del toreo moderno la instrumentó Manuel Jiménez Moreno, Chicuelo, la tarde madrileña del 24 de mayo de 1928, a un toro de Graciliano Pérez Tabernero llamado Corchaíto..'

El fundón de Chicuelo y un centenario arrinconado

«Esto es lo que tiene más valor de este museo», exclamó mi cicerone Nicolás Sampedro señalando una gastada funda de estoques que descansaba resignadamente en el suelo, sin protección de vitrina alguna, al lado de una papelera metálica. A los turistas que hace un par de meses curioseaban en la sala pequeña del museo de la Monumental, la de los trajes de luces antiguos, el fundón de Chicuelo debía parecerles un simple producto de mercadillo artesanal o un «souvenir» con nombre legendario grabado en relieve sobre cuero vacuno «made in China», pero me preocupó que un visitante menos lego pudiera sustraerlo al descuido, como ya sucedió hace unos años con otras reliquias. «En la garita de la Gran Vía siempre vigilamos que nadie se lleve algún objeto al marcharse», me apaciguó Audina, la gentil señora de taquillas, cuando mostré mi temor porque una pieza única de uno de los apóstoles del toreo moderno estuviese al albur de los amigos de lo ajeno, con la cabeza de un toraco de Pablo Romero lidiado en 1967 por único testigo.

El recoleto y esplendorosamente decadente museo se inauguró en 1966 orientado a los turistas y por ello todos los maniquíes con vestidos de torear de época -que no son originales pero fueron recreados con rigor por el sastre taurino Luis Álvarez- peinan el flequillo de El Cordobés. Si bien la plaza es toda ella un fabuloso museo que esconde grandes sorpresas (en la retrofuturista enfermería, que no está abierta al público, se rodaba estos días la escena de una operación quirúrgica para una película), las dos salas del museo estilo pastiche andaluz siguen siendo un incentivo para los visitantes, sin el cual seguramente no hubieran entrado en la Monumental los tíos castellonenses de Mario Vilau, en una decisión crucial para aquel sobrino preadolescente que les acompañaba. 

La colección se nutrió con objetos atesorados desde siempre por la familia Balañá y con alguna que otra graciosa aportación. La dinastía Chicuelo, me confirma Manuel Jiménez Amador, nieto del maestro de la Alameda de Hércules, hizo donación de la funda de estoques al poco de abrir el museo. Y aunque no es fácil seguir su trazabilidad, dado que carece de firma, la guarnición floral podría indicar una procedencia de tierras mexicanas, donde Chicuelo sentó cátedra en los años veinte.

 

Autentificada la pieza por la estirpe chicuelista, reparo en una fotografía del museo en «El Ruedo» del 16 de diciembre de 1969, en la que Balañá Forts está dando «le tour du propietaire» con unos invitados de la canallesca. El fundón cuelga transversalmente en una pared, sin panel informativo ni expositor que realce su valor iconográfico. Esta minusvaloración del fundón me induce a pensar que el rescate de Chicuelo entre los historiadores es cosa de anteayer, que a lo sumo era reconocido por su inefable gracia sevillana, por el invento patentado de la chicuelina (por mucho que el crítico barcelonés Eduardo Palacio-Valdés sostuviera que la copió a Pacorro) y por la musicalidad del apodo, perpetuado merced a los destellos de arte en los ruedos de sus descendientes y de un usufructuario albaceteño con otro concepto del toreo igualmente respetable (la saga «Chicuelo II»). A su mágico pero inconstante deambular por los ruedos siguió un extraño silencio, como si hubiera pasado un ángel.

Según explica la biografía de Manuel Escalona Franco, «¡Chicuelo! El hombre que cambió el toreo», que ha publicado últimamente El Paseíllo, la editorial del acérrimo chicuelista David González Romero, el maestro de la Alameda empezó a despertar del sueño de los justos hacia 1989. Ese año un crítico hispanomexicano casi desconocido en España -pese a los esfuerzos del editor catalán exiliado en México, Joan Grijalbo, que había publicado algunos de sus breviarios a este lado del charco-, dio a imprenta en Espasa-Calpe su obra cumbre «El hilo del toreo»

Pepe Alameda, que este era su nombre de guerra, sostenía que la primera faena del toreo moderno la instrumentó Manuel Jiménez Moreno, Chicuelo, la tarde madrileña del 24 de mayo de 1928, a un toro de Graciliano Pérez Tabernero llamado Corchaíto. Pese a que Chicuelo ya llevaba mucha mili encima, aquel trasteo habría logrado reunir la ligazón de los pases en redondo de Joselito, la quietud y el temple de Belmonte y la originalidad en los adornos de Rafael el Gallo. El público contabilizó asombrado más de una quincena de pases naturales (así se llamaba también entonces a los derechazos) e incluso cuatro pases en redondo girando los talones y ligándolos como en una mano ganadora de póker. Por lo demás, Pepe Alameda consideraba que el albacea de su legado fue Manolete.

 

La afirmación de que la faena de Corchaíto fue la precursora del toreo actual puede suscitar alguna reserva -por necesidades narrativas, los historiadores de cualquier especialidad se obstinan en dilucidar el momento preciso del «big-bang»-, pero el propio Alameda dotaba de sensatez a su teoría al conceder que «esa faena, su faena ideal o faena-tipo, la realizó en diversas ocasiones; por ejemplo, en La Coruña, en Barcelona, en Figueras». Estos hitos concuerdan con una entrevista a Chicuelo en 1943 y con la monografía chicuelista escrita por el alicantino y barcelonés de adopción Tomás Orts Ramos, más conocido por «Uno al sesgo», en la colección de quiosco «Los ases del toreo». En la temporada 1925, anota el estadístico Orts, «en Figueras, el 4 de mayo, y en Barcelona, el 12 de julio, tuvo dos triunfos tan resonantes que aún hoy hablan los aficionados que los presenciaron, de aquellas dos magníficas corridas».

Pese a que el documentado y revindicativo libro de Manuel Escalona reproduce las placas fotográficas de algún semanario madrileño, el compañero Joan Colomer Camarasa me informa que la salida a hombros de Chicuelo en Figueres, en un festejo mixto en que alternó con Torquito y el rejoneador Alfonso Reyes con reses de Antonio Pérez de San Fernando, no ha dejado rastro en los anales de la tauromaquia gerundense, así que para brindar como se merece por el postergado centenario deberemos centrarnos en la tarde de la Monumental. El cartel era una repetición de Belmonte montada por su exclusivista Pagés, que completó la terna con el hermano del trianero, Pepe, y con Chicuelo como tapado. Los toros, como en la plaza vieja de Madrid tres años después, eran de Graciliano Pérez Tabernero, una divisa santacolomeña que por su fiereza ha sido conectada en un reciente ensayo de Domingo Delgado de la Cámara con el encaste miureño. Los gracilianos colaboraron en el triunfo de los Belmonte, pero ahí acaban las semejanzas ganaderas. Por un baile de corrales, salió en quinto lugar Cantinero, un sobrero de José Bueno de procedencia Albaserrada que empezó quedado y huidizo, luego derribó a tres caballos (matando a uno de ellos) y acabó embistiendo con suavidad a las telas de Chicuelo incluso cuando ya sentía media estocada y el público se disponía a pedir los máximos trofeos. Chicuelo había traído en el fundón lo que había probado con éxito aquel invierno con el pastueño toro mexicano.

 

Al igual que sucedió con el trasteo a Corchaíto, en el que Pepe Alameda señala que los críticos no captaron a primera vista la novedad que encerraba, la mayoría de revisteros barceloneses bascularon entre el apasionamiento ciego y el simple anonadamiento. Así, en el popular rotativo «Las Noticias, alguien que firmaba «El sobrino del tío Mereje» (seguramente el veterano Alfredo Pallardó) arrancó su reseña intentando captar, como mandan los cánones de la retórica, la benevolencia del lector, escudándose en las limitaciones del lenguaje verbal: «Para decir cuanto realizó Chicuelo en el toro quinto, agotaríamos todos los adjetivos encomiásticos y pobre sería aún el léxico para dar un pálido reflejo de la realidad»

El truco de recurrir a un amago de «síndrome de Stendhal» que le paraliza a uno ante una explosión de indecible belleza, fue empleado por Jerónimo Serrano, Azares, que era el cronista más seguido por los aficionados por cuanto su diario, el sensacionalista «El Diluvio», era devorado en las tabernas y barberías de los barrios populares. «Y aquí se detiene la pluma, se paraliza el cerebro, cohíbese el espíritu, al querer dar forma gráfica a lo más grande, más sublime y portentoso que artista alguno haya realizado en el divino arte de torear. Fue algo maravilloso, fantástico, inenarrable. ¿Podré yo, podría nadie describir, reflejar siquiera lo que nuestros ojos, admirados, atontados, vieron; la emoción sentida a impulsos del arte excelso de Chicuelo?». Azares ciertamente no arrojó luz sobre las innovaciones técnicas de la faena, pero la sobredosis literaria encantó al reputado crítico francés «Don Severo» (Marcel Grand), que en la redacción de «La Petite Gironde», en Burdeos, recibía paquetes de prensa española para mantenerse al día y que se tomó la licencia de fusilar por entero la crónica de Azares sin nombrar al autor, simulando a sus lectores que había asistido a la corrida.

El análisis más certero es sin duda el de Ventura Bagüés, el siempre docto «Don Ventura», que en la cabecera radical «El Día gráfico» acertó a resumir la esencia de la obra: «Cuatro o cinco faenas en una sola realizó Chicuelo; hizo cuanto se puede hacer, cuanto es imaginable; agotó todo el repertorio del toreo de muleta; su labor fue en un mismo terreno y la hizo como nadie soñó ver ni ejecutar. (…) Por obra de su genio deja a la nueva generación que venga la estilización artística de las bogas y usanzas modernas dentro de la tradición más pura, en cuanto se refiere al toreo de brazos y a la exposición». 

En este inventario de logros, uno se pregunta si por «cuatro o cinco faenas en una sola» el autor se refiere a la extensión de la faena o a que ésta se estructuró en un puñado de tandas o series de muletazos, como en el toreo moderno. El ferviente chicuelista Enrique García Cellalbo, que firmaba «Carrasclás» en el vespertino «El Noticiero Universal» y que para la pequeña historia fue el padre del ministro del tardofranquismo Enrique García Ramal, disipa nuestras dudas sobre la ligazón al reseñar una labor consistente en «tres o cuatro faenas, a cuál más valiente y más bella, matizadas con prodigiosos naturales, ligados por series [las cursivas son nuestras] hasta número milagroso y seguidos de otros bellísimos pases, unos conocidos y otros creados por la imaginación del artista incomparable».


En definitiva, la prensa generalista de Barcelona levantó acta de la genial faena a Cantinero, pero su recuerdo se fue desdibujando por otras mágicas tardes suyas en la Monumental y, ay, por sus altibajos en las largas temporadas. Cuando cuajó a Corchaíto en Madrid, el mentado «Uno al sesgo» celebró en la edición barcelonesa de «El Liberal» que «éramos muchos los que estábamos seguros de ello. Ese momento tenia que suceder, era fatal. Lo que nos sorprendía es que tardara tanto». Pero el único crítico que, por lo que sabemos, vio ambas faenas y pudo conectarlas mentalmente entre sí, es el fiable José Díaz de Quijano, alias «Don Quijote», otro partidario del sevillano desde su primer año de novillero en Barcelona (1919). En su autobiografía intelectual «Cinco lustros de toreo», dice así sobre la faena a Corchaíto: «Ocho años me ha pasado diciendo que el día que Chicuelo hiciese en Madrid «su» faena, la que yo le había visto hacer en provincias, en Madrid no se hablaría ya nada más que de Chicuelo y Chicuelo sería el ídolo de Madrid. Mucho me ha hecho esperar Manolo, pero ¡qué gran satisfacción se experimenta viendo por fin cumplida una profecía formulada con tal convicción y tanta fe!».

«Don Quijote» había sido testigo tres años antes, el 12 de julio de 1925, del «paroxismo del entusiasmo» que se desató en la Monumental, en los estribos del coche que trasladó al torero y en los aledaños del hotel en las Ramblas. «Y cuentan que en el andén de la estación -remata sus apuntes al día siguiente en el apeadero del Paseo de Gracia-, estando Belmonte rodeado de admiradores, como viese llegar a Chicuelo, le abrió calle, exclamando: «¡Paso, señores, que aquí llega Alguien!»». El fundón de Chicuelo, que nada nos impide soñar que sea el mismo que reposa en un rincón del museo, embarcó con el resto de los equipajes en el expreso de Madrid, llevándose consigo los secretos del toreo moderno.