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Pepe Bienvenida / La suerte suprema

sábado, 21 de julio de 2018

El antiguo imperio de la Casa Chopera

Manolo Chopera y su último gran sueño: la plaza de Illumbe

Ya en los tiempos de don Pablo Martínez Elizondo, la Empresa originaria creció y se diversificó, hasta legar a sus hijos un verdadero imperio taurino, en el que figuraban, junto a dos figura del momento –Paco Camino y El Cordobés--, un gran número de plaza tanto en Europa como en América, así como una ganadería en España –que aún hoy continúa lidiando--  y otra en Colombia –que fue vendida en el año 2000--


No había país en el que no tuvieran actividades
El antiguo imperio de la Casa Chopera

En gran medida el artífice de todo ello fue Manuel Martínez Flamarique, Manolo Chopera (San Sebastián 1927-2002), un licenciado en Ciencias Químicas, que tenía como el hombre de los números a su hermano Jesús, un taurino poco dado al protagonismo, pero que era esencial para la buena marcha de los negocios. Partiendo de lo heredado, entre ambos construyeron un verdadero imperio, al que se podía aplicar la vieja frase histórica: donde ”no se ponía el so!”. 

Tan sólo en Venezuela gestionaba seis plazas: Caracas, Maracay, Valencia, Barquisimeto, Mérida y San Cristóbal, mientras en Colombia gestionaba otras 4: Manizales, Medellín, Cali y Bogotá. A todas ellas hay que sumar el trabajo desarrollado en  Quito (Ecuador), en Lima (Peru) y en distintos cosos mexicanos.

En Francia fueron empresarios de Bayona, Mont de Marsan, Nimes, Eauze, Vic Fezensac, Floirac y Tolousse. En España regentaban todas las plazas del Norte: Burgos, Vitoria, Bilbao, Santander, Tudela y Logroño, a las que unían, entre otras, Almería, Salamanca, Talavera de la Reina y Palencia y, ocasionalmente, Sevilla --asociado con Canorea-- y Zaragoza. 

Pero la consagración le vino cuando en 1981 se le adjudicó la madrileña plaza de Las Ventas, donde en 8 años pasó de ser una inmensa ruina a colocarla en sus números máximos de abonados: pasaron de escasamente 4.000 hasta los 18.000. Para culminar una trayectoria espectacular, en 1998 consiguió su sueño: que San Sebastián tuviera de nuevo una plaza de toros, la de Illumbe, aunque luego los políticos enredaran en lo que siempre fue y sigue siendo un gran proyecto.

Sin embargo, aquel imperio que tanto hizo por la Tauromaquia, se fue resquebrajando. El número de plazas a gestionar comenzó a decaer a partir de la década de los años 90. Se desmoronó la fuerte presencia en Francia y en América, abandonan la gestión de Burgos, luego de Vitoria --que nunca se ha recuperado-- y así hasta llegar en nuestros días a la firma un acuerdo salvador con el monopolio mexicano que comanda Alberto Bailleres, que ha ido comprando porcentajes --en algunos casos mayoritarios-- de las plazas que históricamente estuvieron en la Casa Chopera. Y cuando la nueva alianza hispano-mexicana  trató de abrirse un nuevo horizonte con el concurso de Las Ventas --aquella que Manolo Chopera salvó de la ruina--, apareció Simón Casas y les ganó por goleada el concurso.

En la actualidad, cuando parece que el protagonismo de Oscar y Pablo Chopera ha ido cediendo terreno a la cuarta generación familiar, que personifica Manuel Martínez Azcárate –en la actualidad Secretario del Consejo de Administración de la sociedad formada por su familia con el Grupo de Bailleres--,  el viejo imperio se centra en las plazas de Salamanca, Logroño, Almería y  Palencia, tiene un contrato temporal en la de San Sebastián y llegan a su última etapa de Bilbao. 

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