Ante esta situación es oportuno recordar la frase de Stalin: “Los que votan no deciden nada. Los que cuentan los votos son los que deciden”. Podríamos decir que, “los que gestionan los votos y transmiten resultados también pueden decidir”. Como sabemos, INDRA está totalmente controlada por el PSOE, y una mala tentación cualquiera la puede tener, o ¿no? Por tanto, es obvio que en estas pasadas elecciones, y muy probablemente en otras anteriores haya podido haber pucherazos (es algo que yo no puedo demostrar pero si pensar), más o menos importantes desde el punto de vista de los votos que hayan sumado a la izquierda, o más exactamente al PSOE, y hayan restado a otros partidos, y especialmente a la derecha .
Y también ante esta situación, al menos sospechosa, uno se pregunta, ¿qué tienen que decir, al respecto, PP y VOX?, que con muchas posibilidades hayan sido los más perjudicados, si es que ha habido trampa. Hasta el momento no han dicho nada, quizás porque no pueden probar con datos en la mano que ha habido fraude, aunque lo piensen, igual que lo pensamos nosotros, y toda persona con una inteligencia normal. Por lo menos deberían exigir una explicación pública, clara y creíble de tales “errores humanos”.
Infinidad de veces se ha dicho, y se sigue diciendo, que Sánchez no tiene límites, incluso menos límites que los que tenían Stalin, Lenin y Hitler. En aquellos tiempos, en aquellas circunstancias y con el poder que los tres tuvieron, no sabemos hasta donde hubiese sido capaz de llegar Sánchez, que no tiene ideología alguna (pacta con la derecha, como son el PNV y Junts, con los proetarras de Bildu, con el comunismo más extremo, con quien haga falta), solo le interesa tener el poder, para con el mismo satisfacer su inmensa soberbia y su patológico ego.
Con el poder en sus manos ha violentado todas las instituciones del Estado (ha comprado, con dinero o con altos cargos a todos los poderes, y a los que no se han vendido les está arruinando su vida), a las que utiliza para destruir a sus adversarios políticos (es el caso de la fiscalía General del Estado para atacar a Dª Isabel Diaz Ayuso), ha incumplido todas las leyes, ha hecho y hace que la ley en España sea exclusivamente, “sus caprichos, sus deseos”, “no hay otra ley que la arbitrariedad de Sánchez”.
Ya no hay verdadera democracia, o en todo caso lo único de la democracia que nos queda es las elecciones de vez en cuando, y no sabemos si son limpias.
De esta forma se puede enriquecer él y sus más allegados, y complacer sus infinitos caprichos, todos fuera de la ley, por eso para tener el poder hace lo que haya que hacer; lo más disparatado y punible que se les pueda ocurrir lo haría, para continuar en la Moncloa. Con las urnas intentó hacer trampa a sus propios compañeros, por lo que hacer trampa a sus adversarios políticos, si pudiera, lo haría sin pensárselo dos veces. En cierta ocasión, don Jaime Mayor Oreja dijo en TV que Sánchez no abandonaría el poder fácilmente, antes recurriría a todo, y cuando se dice a todo es a todo pues, como el mundo entero sabe, es un hombre sin principios de ética, sin escrúpulos para nada. Como decíamos, para conservar el poder haría cualquier cosa. Si, cualquier cosa, incluso eso que ustedes están imaginando. Precisamente por eso que usted o ustedes están pensando es por lo que la gente, en cualquier sitio al que vaya, le dicen piropos no muy agradables, y le "recuerdan a su madre”.
Pensamos que la derecha, y concretamente el PP (con la excepción de Dª Isabel Diaz Ayuso) está haciendo frente a su adversario político, el PSOE, o más exactamente el Sanchismo, una oposición demasiado suave y leal, como si estuviese compitiendo con un adversario normal, democrático y honesto, que juega limpio, algo muy alejado de la realidad.
La situación política en España, con Sánchez en la Moncloa, nos lleva, a gran velocidad, hacia el derribo de la monarquía e instauración de un comunismo radical como el de Venezuela o peor, y la consiguiente miseria económica, social y política, al mismo tiempo que el enriquecimiento exagerado de los gobernantes, a lo que habremos contribuido todos, incluido el Rey, de una u otra forma, pero sobre todo los que apoyan al gobierno.
El rey actúa, frecuentemente, de forma incomprensible para la mayoría de los españoles. Sabemos que estamos en una monarquía parlamentaria, y el Rey está sometido a las decisiones del gobierno, pero cada uno en su sitio; El Rey como Jefe del Estado, y el presidente del gobierno como lo que es, sin embargo Sánchez, en multitud de ocasiones menosprecia públicamente al Rey, y este se calla. Está bien que una vez el Rey, por educación y para evitar un conflicto, le pase por alto sus muestras de arrogancia y soberbia, pero tantas veces no debe permitirlo, y sobre todo sabiendo que el pueblo español está con él, y en contra de Sánchez, al cual abuchean cada vez que aparece en público. Un día el Rey le firma la ley de Amnistía (inconstitucional como todos sabemos) a Sánchez, y al día siguiente los compañeros socialistas de Sánchez y sus socios proetarras votan, en el parlamento de Navarra, que “la monarquía española es corrupta sistemáticamente”. Esto es intolerable, no solo para el Rey sino para todos los españoles, a los que Sánchez nos está faltando el respeto, al faltárselo al Jefe del Estado. Por otra parte, el Rey no invita a la recepción, con motivo de sus primeros diez años de reinado, a Feijoo, ganador de las pasadas elecciones europeas, ni tampoco atiende al presidente de Argentina, que le había solicitado ser recibido en su reciente viaje a España, alegando que eso depende del ministerio de Exterior. ¡Majestad!,
queremos saber si estas decisiones las ha tomado por orden de Sánchez o por orden de la reina Letizia que, según se comenta en algunos medios, es quien realmente manda en la Zarzuela, y los españoles queremos que mande el Rey.
En definitiva, majestad, como antes decía, si Ud. permite que Sánchez le falte el respeto, le ningunee una y otra vez, está permitiendo que nos lo falte a todos los españoles. Y ya es hora de decir ¡basta, hasta aquí hemos llegado!
El otro colectivo que hace todo lo que puede para llevar España al desastre son los que apoyan al gobierno, que pueden clasificarse en dos grupos: Por un lado, los que se están lucrando con ello, bien económicamente o bien consiguiendo avanzar en sus objetivos independentistas y por otro, un grupo poco numeroso, los que se creen a Pedro Sánchez (califíquenlos como quieran, yo ya los tengo calificados).
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