"...Hace bien el paripé de querer sin querer de verdad. Vulgares y sucios trapazos con toneladas de voluntad y de vulgaridad. Palmas de tango. Insistencia inocua. Olés de cachondeo en el 7. Palmas de consolación de la sombra. Estocada al julipié caída, un descabello y adiós Madrid. Dada su gran categoría, un petardo..."
Corrida de la Beneficencia
Un aburrido petardo impropio de de la estupenda ganadería y de los grandes toreros que se anunciaron en un mano a mano para olvidar.
J. A. del Moral
Madrid. Plaza de Las Ventas. Miércoles 3 de junio de 2015. Vigésimo séptima de feria y Corrida de la Beneficencia. Tarde calurosa con viento y lleno total.
Cinco toros de Victoriano del Río y un sobrero de Montalvo por la devolución del sexto tras salir lastimado de un puyazo. Bien aunque muy desigualmente presentados. Bueno para la muleta el primero tras mansear de salida. Muy manso y huidizo de salida y noble aunque muy soso en la muleta el segundo. Manejable sin clase el tercero. Manso de salida, manejable sin clase y finalmente rajado en la muleta. Otro manso y muy deslucido el quinto. Manso y muy pronto abajo el vulgar sobrero que hizo sexto.
El Juli (grana y oro): Pinchazo hondo y descabello, división de opiniones. Julipié perdiendo la muleta y huyendo hasta saltar al callejón, leve división. Julipié caído y descabello, silencio.
Miguel Ángel Perera (marino y oro): Pinchazo y media caída algo atravesada, silencio. Estocada trasera y descabello, aviso y silencio.
Presidió el festejo S A R la Infanta Elena. Al aparecer en el Palco Regio y tras ser interpretada la Marcha Real con todo el mundo en pie y en absoluto silencio, fue saludada con una atronadora ovación.
Este mano a mano estelar sobre el papel, llegó devaluado a este final de la feria, no por la cantidad de espectadores que abarrotaron los tendidos, las gradas y las andanadas de Las Ventas, sino por las flojas actuaciones que El Juli y Perera habían tenido en sus anteriores actuaciones isidriles. La situación más preocupante, sin embargo, era la de Perera. Razón por la que el de La Puebla del Prior llegó más obligado a despejar las incógnitas que había despertado.
El Juli, por su parte, llegó henchido de orgullo por su abultadísimo aunque no absolutamente convincente éxito, logrado en su tarde benéfica en solitario de Cáceres con sus toritos de Garcigrande bajo el brazo y TVE a sus exclusivas órdenes. Veremos también si Madrid le baja los humos o se los levanta… Dependiendo del juego de los toros de otra de sus ganaderías de sus excesivamente limitadas preferencias, la de Victoriano del Río, desde aquella tarde ya lejana en la que cuajó la mejor faena de su vida en Madrid. Entonces no hubo discusión sobre la eficacia y las maneras del que era muy joven maestro. Ni siquiera la cicatería presidencial que pretendió paliar la importancia de su triunfo negándole la segunda oreja, consiguió tal pretensión. Ahí quedó la faena para el recuerdo. Lo importante de ayer fue comprobar si El Juli se acordó de lo que hizo intentando reeditarlo. Porque, si no… Claro que, tendría que haber sorteado un toro tan bueno como el de la tarde que comentamos.
Por cierto que, hablando de toros buenos de verdad, en esta feria han salido varios, ganando por abultada mayoría los de ganaderías que muchos desprecian en Madrid. Lo más sobresaliente ha sido por cantidad y calidad la corrida de Juan Pedro Domecq. ¿Pueden imaginar ustedes lo que sucedería si la de Cuadri hubiera dado el mismo juego? La habrían subido a los altares más altos de la Catedral de San Isidro y, al ganadero, bajo palio con plumeros e inciensos perfumados.
Esta feria es tan larga que envejece antes de terminar. Lo digo porque, siguiendo con los mejores toros del ciclo, en mi opinión sigue siendo el más completo en los tres tercios el llamado “Agitador” de Fuente Ymbro que se lidió en la segunda corrida. Sin olvidar el sobrero de “Toros del Torero”, uno excelente de Núñez del Cuvillo, otro maravilloso de Alcurrucén de nombre “Jabatillo” y varios de Juan Pedro Domecq que, repito, trajo la mejor corrida de la feria… por el momento…
Por desgracia, ayer no valieron lo toros ni apenas los toreros. El mano a mano entre las dos grandes figuras resultó un tostón deslucido, aburrido, hasta desesperante. El mal juego del ganado será la excusa. Pero sobre todo El Juli se mostró tan irresoluto como cauteloso. Yo que él descansaría un par de años. Perera estuvo un poco mejor que en sus dos tardes anteriores. Pero no terminó de despejar las incógnitas que todavía tenemos sobre el momento que atraviesa. Vayamos a lo ocurrido con mis acostumbrados detalles.
Con mucha leña por delante y poco por detrás, el primer toro se puso a escarbar parado mientras se iniciaban algunas protestas por el escaso cuajo del burel. Suelto del capote de El Juli que se limitó a llevarlo al caballo. Muy suelto del primer amago de puyazo. No quería coles el toro. Marronazo del picador y segundo puyazo que, en verdad, fue el único que tomó. De un solo palo por cabeza los dos primeros pares. Otro completo y el cuarto de un solo palo. Petardo de los peones. El toro se había ido arriba. Brindis de El Juli a La Infanta. Empezó la faena por bajo con el poderío que le es propio. Y enseguida al natural en su manera, muy por abajo la muleta. Igual los derechazos aunque acelerados y no siempre templados. Más naturales en ronda intensa. El Juli, ya sabemos que no se pone derecho ni aunque le claven un sable. Pero estuvo bien. Muy bien en cuanto al mando. Continuó alternando ambas manos en el mismo son ya entre una leve división de opiniones inevitable predominando los oles y las palmas. El Juli se ha convertido en una fábrica de dar pases muy por abajo todos. Pero de abajo abajo muy forzado. Nunca de arriba abajo derecho, relajado y con naturalidad. Eso, ni soñando. Terminó con adornos escuetos. Pinchazo hondo y tres descabellos.
Más cuajado el castaño segundo. Suelto del capote de Perera. Tan suelto, que se picó a la carambola de oca en oca. Pareció sosegarse en la brega de Perera. Pero costó llevarlo al caballo por constantemente huidizo. Por fin tomó el tercero en forma aunque manseando ostensiblemente. Manso declarado en vara, pues. Y en banderillas. Costó clavarlas. Perera también brindó a La Infanta Elena. Suelto también de la muleta de Miguel Ángel hasta que se hizo con el toro por bajo con la derecha y un largo pase de pecho zurdo. Noble aunque soso el animal. Hondura en los derechazos y mucho temple. Muy largos y bien ligados los naturales. La gente muy fría. El toro sin trasmisión. Y como no había ningún eco, a matar. Ya se había rajado el burel. Pinchazo hondo a un tiempo.
El tercero, castaño, veleto remangao. Fea salida. Parado. trotón. Se frenó antes de que El Juli lanceara por verónicas muy toscas. Y de seguido, suelto. Distraído. Sin fijeza alguna. Solo al caballo y de naja al sentir el hiero. Otro manso declarado. Segundo puyazo defendiéndose. Y un tercero picotazo por su cuenta. El toro hizo lo que le vino en gana. Quite feo de El Juli. Esta vez se pareó un poco mejor. Nada fácil el animal en el segundo tercio. El Juli brindó a David Mora. Bien El Juli en su arranque de faena con la derecha. Doblones y de pecho. Fue casi alcanzado al torear por redondos como ahora hace y encima molestado por el viento. Enrevesados naturales con casi todo en contra. Toro, viento y público. Derechazos de uno en uno y de pecho. Lo mismo al natural. Faena muy trabajosa y medio eficaz pero sin estructurar y de feas maneras salvo en su inicio. Por encima del toro, desde liego. Buena ensalada sin son y sin sal. Se le reconoció el gran esfuerzo en busca del triunfo que no llegó. Julipié soltando la muleta y huyendo hasta saltar la barrera. Mala señal.
Un zambombo cinqueño el cuarto de 660 kilos. Echa las manos por delante al capote de Perera y sale suelto. Muy desigualmente templados los lances de Perera. El toro muy suelto de todos y brega de entretenimiento mientras salían los caballos al ruedo. Huidizo y costoso de llevar al caballo. Se defendió y salió suelto nada mas sentir el hierro en el primero y segundo puyazo, que tomó por su cuenta. En el tercer encuentro manseó con cierto poder. Bonito quite por originales chicuelinas y dos medias de El Juli. Réplica de Perera tras esperar a que cesara el viento y el toro dejara de escarbar. Muy remiso y distraído el animal. Interminable espera y por fin tafalleras enlazadas con gaoneras con un gran temple y valor. Gran ovación del público. Bien los peones en banderillas que saludaron. Fueron las dos únicas ovaciones de la tarde. Perera brindó su faena al público. Altos con la derecha en ambos trayectos sin moverse. Inoportuno desarme. Retomada la muleta, redondos con mucha contundencia. Distancia para una segunda ronda de superior ligazón y enjundia. Bueno el animal en la muleta por ese pitón. No fue por el lado izquierdo y al dar el segundo, se rajó. Pero Miguel Ángel se empezó con la izquierda sin conseguirlo del todo. Cambio de terrenos sin viento. Vuelta a la mano derecha ya con el toro no tan proclive. Circular invertido y, entre unas cosas y otras, la faena a menos y el triunfo que se va. Estocada trasera saliendo perseguido. Rueda de peones, aviso y finis corona lupus…
El quinto en la arena y el mano a mano sin levantar cabeza. Fue un toro grandón con 651 kilos. Castaño mastodóntico. Corrida fea, vive el Cielo. Huidizo. Sin fuerza. Manos muy por delante. Viajes cortos y derrotando por alto. Manso declarado en el caballo. Se dejó pegar a la tercera. Sin celo alguno en el intento frustrado de quitar El Juli. Muy difícil y deslucido y el tercio de banderillas. El Juli comenzó como en sus dos toros anteriores. Doblones, derecha y de pecho fabricados. Naturales sin templar. El toro muy deslucido y don Julián sin resolver que es – era – su gran especialidad. Le he visto mucho mejor con toros peores. Pero El Juli está desde hace bastante tiempo muy conservador. Hace bien el paripé de querer sin querer de verdad. Vulgares y sucios trapazos con toneladas de voluntad y de vulgaridad. Palmas de tango. Insistencia inocua. Olés de cachondeo en el 7. Palmas de consolación de la sombra. Estocada al julipié caída, un descabello y adiós Madrid. Dada su gran categoría, un petardo.
Y sexto. Un negro listón bragado de razonables hechuras. Suelto del capote de Perera hasta sujetarlo de menor a mayor lucimiento. Temple y suavidad en todos los lances. Cumplió sobradamente en el primer puyazo y salió perdiendo las manos. Tomó otro sin dañarlo y la presidencia se negó a cambiarlo hasta que, por arreciar la bronca, accedió. En su lugar soltaron un sobrero de Montalvo. Negro y veleto. Muy serio. Suelto del capote de Perera. Muy suelto. Dos capotazos de Perera que el toro medio aceptó con las manos por delante y otra vez suelto. También del peonaje. Primer puyazo sin estar bien colocado del que también salió suelto. Tarde de mansos aburridos. El toro, parado, tardó en acudir al segundo que tomó manseando conforme a su ya cantada condición. El toro “pasó” hasta de los banderilleros. Desesperaba Perera viendo lo que tenía que afrontar con la muleta. Pero empezó bien porque el animal también pareció mejorar. Pero buena, lo que se dice buena, solo la primera tanda en redondo. Acto seguido el toro empezó a remolonear y cambió la decoración. Muy tardo y desclasado por el lado izquierdo. Perera, paciente, lo siguió intentando con la derecha. No hubo remedio. El toro ya había perdido el celo y lo que Perera pudo hacer no pasó de voluntarioso. El 7 celebró el petardo como suele. Estocada. Y adiós.
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