"...Los toros siguen haciendo honor a Ortega, convirtiendo el ágora política en una inmensa plaza en la que el que no torea, embiste. Sólo así se puede entender que la inefable Carmena haya retirado lapringá que subvencionaba la escuela de Madrid..."
El toreo como dudosa moneda de cambio
A la escuela de Madrid la premian unos; la arrastran otros. La carne roja es el nuevo veneno de lo políticamente correcto mientras se sigue mirando de reojo los vaivenes del viciado panorama político
Los toros siguen haciendo honor a Ortega, convirtiendo el ágora política en una inmensa plaza en la que el que no torea, embiste. Sólo así se puede entender que la inefable Carmena haya retirado lapringá que subvencionaba la escuela de Madrid. Ya hemos hablado de ello. La novedad ha llegado con la concesión del premio nacional de Tauromaquia al mismo centro. Joselito, que ahora ejerce de cónsul de la escuela junto a El Fundi y Bote ha puesto el dedo en la llaga: «quiero pensar que el premio no forma parte de la lucha política, sino porque la institución lo merece y además mucho». Pues eso. Ni más ni menos.
Se habla de un hipotético bachillerato taurino o, más propiamente, de una FP para formar vaqueros, peones de brega y hasta novilleros sin picadores. Convendría definir mejor el empeño, que parece perseguir dar una forma reglada, académica e integrada en el sistema educativo a las enseñanzas que hoy se imparten en las escuelas taurinas. Dejaremos el asunto para otro día aunque cualquier cambio político dejará el asunto en un cajón, como ese fantasioso plan Pentauro que iba a sacarnos las castañas del fuego. El profesor Carrillo lo admitió el otro día en la conferencia inaugural del seminario de la cátedra Sánchez Mejías. El plan está metido en el congelador. Mientras tanto, se habla en voz cada vez más alta de esa fundación taurina de tímidos comienzos que pretende convertirse en el germen de la reacción del gremio. Pesos pesados como El Juli o Ramón Valencia ya han dado su placet más o menos entusiasta al invento aunque habrá que dar tiempo al tiempo para saber en qué queda una iniciativa que debe batallar en tres frentes fundamentales: la comunicación, la defensa jurídica y, no menos importante, convencer a las gentes del toro de que la unión es posible. Podemos seguir repasando la actualidad de los últimos días para toparnos con dos lances sorprendentes que no dejan de llevarnos de la mano al caldo de cultivo en el que se mueve esta sociedad mediocre y ternurista sometida al capricho de intereses ocultos. ¿Qué tiene que ver esa mamarachada de la OMS que condena comer fiambre y carnes rojas con la resolución del Parlamento Europeo para cortar la subvenciones al ganado bravo? Seguramente mucho más de lo que parece ¿Hasta dónde llegan los tentáculos del veganismo? Se busca, usando caminos insospechados, revocar el sacrificio de animales, sea cual sea su destino. Pero en ese empeño demagógico sólo se puede conseguir la desaparición de las razas. Todo conduce al mismo camino, a la mano que mece la cuna…
Los toros siguen haciendo honor a Ortega, convirtiendo el ágora política en una inmensa plaza en la que el que no torea, embiste. Sólo así se puede entender que la inefable Carmena haya retirado lapringá que subvencionaba la escuela de Madrid. Ya hemos hablado de ello. La novedad ha llegado con la concesión del premio nacional de Tauromaquia al mismo centro. Joselito, que ahora ejerce de cónsul de la escuela junto a El Fundi y Bote ha puesto el dedo en la llaga: «quiero pensar que el premio no forma parte de la lucha política, sino porque la institución lo merece y además mucho». Pues eso. Ni más ni menos.
Un repaso apresurado de la actualidad
Se habla de un hipotético bachillerato taurino o, más propiamente, de una FP para formar vaqueros, peones de brega y hasta novilleros sin picadores. Convendría definir mejor el empeño, que parece perseguir dar una forma reglada, académica e integrada en el sistema educativo a las enseñanzas que hoy se imparten en las escuelas taurinas. Dejaremos el asunto para otro día aunque cualquier cambio político dejará el asunto en un cajón, como ese fantasioso plan Pentauro que iba a sacarnos las castañas del fuego. El profesor Carrillo lo admitió el otro día en la conferencia inaugural del seminario de la cátedra Sánchez Mejías. El plan está metido en el congelador. Mientras tanto, se habla en voz cada vez más alta de esa fundación taurina de tímidos comienzos que pretende convertirse en el germen de la reacción del gremio. Pesos pesados como El Juli o Ramón Valencia ya han dado su placet más o menos entusiasta al invento aunque habrá que dar tiempo al tiempo para saber en qué queda una iniciativa que debe batallar en tres frentes fundamentales: la comunicación, la defensa jurídica y, no menos importante, convencer a las gentes del toro de que la unión es posible. Podemos seguir repasando la actualidad de los últimos días para toparnos con dos lances sorprendentes que no dejan de llevarnos de la mano al caldo de cultivo en el que se mueve esta sociedad mediocre y ternurista sometida al capricho de intereses ocultos. ¿Qué tiene que ver esa mamarachada de la OMS que condena comer fiambre y carnes rojas con la resolución del Parlamento Europeo para cortar la subvenciones al ganado bravo? Seguramente mucho más de lo que parece ¿Hasta dónde llegan los tentáculos del veganismo? Se busca, usando caminos insospechados, revocar el sacrificio de animales, sea cual sea su destino. Pero en ese empeño demagógico sólo se puede conseguir la desaparición de las razas. Todo conduce al mismo camino, a la mano que mece la cuna…
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