Hay algo que no logro comprender y es el debate que, acerca del VAR, estamos teniendo en España. Creo que en el resto del planeta esto no es así. No es así en la Bundesliga ni en la Premier. No sucede lo mismo en la Champions o durante el Mundial o cuando se disputa una Eurocopa. Pensábamos que la tecnología llegaba al fútbol para solucionar los problemas y no para generarlos, creíamos que con el VAR desaparecería la polémica y, sin embargo, lo único que ha hecho es avivarla y multiplicarla por dos: antes discutíamos sobre lo que decidía el de abajo, ahora lo hacemos sobre lo que deciden el de abajo y el de arriba. Y no lo entiendo. No lo comprendo. Es como si, por ejemplo en la natación, deporte en el que se decide por milésimas quién gana una carrera, se estuviera poniendo en tela de juicio cada dos por tres el sistema de pulsadores manuales según el cual es el propio nadador el que registra su tiempo al tocarlos.
Esta Liga, como decía, se va a decidir con una foto finish. Con esto quiero decir que hasta la última jornada del campeonato va a haber en juego millones de ilusiones y millones de euros. Y hoy, ahora, en este momento, el prestigio de la competición está en duda. No lo digo yo, no. No lo dice el madridista. No lo dice el periodista de bufanda.
Lo recogen así casi todos los medios deportivos internacionales: en L'Equipe hablan, y cito textualmente, de "l'incroyable penalty sifflé contre le Real Madrid, avec l'utilisation du VAR". En The Sun, como en Kicker, hablan de VAR-drama, mientras que en Corriere dello Sport dicen que "el VAR e il Siviglia frenano la rincorsa del Real Madrid".
El eco mundial de lo acontecido ayer en el estadio Alfredo Di Stéfano se debe a que por Valdebebas pasaba este domingo la Liga española e insisto que de Valdebebas ha salido herido de muerte el prestigio del campeonato.
Yo del VAR me fío, de quien no me fío es de quien maneja el VAR. Yo no me fío de González González, por ejemplo. Yo creo que el señor González González está inhabilitado para arbitrarle un partido al Real Madrid. Este árbitro estuvo en el VAR del Real Madrid, 1 - Alavés, 2 en el que se produjo el famoso agarrón del pelo de Laguardia a Marcelo dentro del área: ¿Es gris el agarrón del pelo? ¿O es blanco? ¿O acaso negro? ¿Qué color tiene un agarrón del pelo dentro del área? González González estuvo en el VAR cuando en el Real Madrid, 0 - Betis, 0 se produjo una mano de Miranda en el área bética muy similar a la de Militao de ayer, pero en esa ocasión decidió no llamar a Estrada Fernández: ¿Por qué en la jornada 32 no y en la jornada 35 sí? ¿Era gris la mano de Miranda? ¿Era blanca? Yo, insisto, me fío de la tecnología, de quienes no me fío un pelo es de aquellos que la manejan. ¿Cómo es posible que aún estemos dándole vueltas al fuera de juego señalizado en el gol de Benzema?
En la imagen que nos han mostrado desde el VAR a Odriozola parece haberle crecido de forma bastante anormal la pierna izquierda, lo necesario para que, efectivamente, el jugador del Real Madrid se encuentre en fuera de juego justo cuando le da el pase a Karim. Y del penalti sobre Casemiro en el minuto 91 ya ni hablamos, por supuesto. Ese no lo vio Lopetegui. Por ese penalti claro no retirará Monchi al equipo del campo, ¿a que no?
Aquí, en EsRadio y en Libertad Digital, también hay diferentes visiones acerca de la mano de Militao. Dani Blanco, por ejemplo, sostiene que la posición del brazo del defensa brasileño no es natural, pero Sergio Valentín, que por cierto es árbitro en su tiempo libre, dice que si te viene de un rechace, como es el caso, no es mano. Por lo demás, y si la posición del brazo de Militao no es natural, tampoco sería natural la mano de Miranda, ¿verdad? Y en la mano de Miranda, y con idéntico VAR, el mismo colegiado decidió no llamar a revisar la jugada pero ayer sí lo hizo. No es gris la jugada, no, es gris la intervención de González González de quien, como ya he dicho, no me fío. No nos engañemos, por encima de todo este asunto sobrevuela un negro nubarrón, el del posicionamiento del Real Madrid en la creación de la SuperLiga.
El viernes, sin ir más lejos, Ceferin volvía a amenazar al equipo blanco, además de hacerlo también al Barcelona y a la Juve. No me puedo quitar de la cabeza las palabras de Tebas, que es un pequeño Ceferin, acerca de la participación de Miguel Ángel Gil en el proyecto fracasado de la SuperLiga: "Tengo constancia de que el Atlético de Madrid se unió a este proyecto el jueves pasado. No ha sido de los clubes que han fomentado esta competición de manera secreta y casi clandestina. En su caso siguen siendo vicepresidentes de la Liga". Tampoco me fío de Tebas. El viernes Ceferin dijo que ya se ocuparía más tarde de los díscolos, que ya están fuera de la Champions. Y no puedo dejar de pensar que, aquí, Tebas ha decidido ocuparse de ellos sin pérdida de tiempo. No puede ser la mejor Liga del mundo aquella en la que la limpieza de la competición corre de boca en boca. Es imposible. Por candor o por ingenuidad, el Real Madrid, que dio la cara para que se la partieran, está ahora mismo mal alineado tanto en Europa como en España.
Y no se esconden. Les da igual. Tienen el control. Y, aquí, tienen el VAR, que ya no es sinónimo de equidad o de justicia sino de pura y dura arbitrariedad. La SuperLiga tiene hoy más sentido que nunca.
No hay comentarios:
Publicar un comentario