Nadie puede imaginarse lo que en Alicante hemos visto. Seis becerrotes sin fuerzas, sin casta, sin alma, sin apenas pitones para que, El Juli y Manzanares se pusieran bonitos. Hay que tener la cara muy dura para torear ese tipo de toros que, insisto, Manzanares, desde el lugar que ocupe en el estrado celestial, se habrá molestado mucho con la parodia con la que ha sido homenajeado. Para colmo, ambos diestros, al finalizar las series se ponían épicos como si hubiera matado la de Murteira Grave. Hay que tener la cara como el cemento de dura para organizar un festejo como el citado en que, apenas se ha cubierto el aforo permitido; es decir, éramos allí unos cuantos idiotas que, sabedores de cómo las gastan estas gentes, todavía, estúpidos de nosotros nos hemos gastado una fortuna para ver semejante bodrio. Juro que, en mi interior, por aquello de que se homenajeaba a un grande de la tauromaquia de Alicante, creía, idiota de mí, que se lidiarían unos toros con un poquito de trapío, con alguna fuerza; vamos que, en el peor de los casos, yo anhelaba un toro acorde con el acontecimiento. Mi gozo en un poco. Soy un imbécil más de los tres mil y pico que allí nos hemos congregado.
Cierto es que, estos sirvengüenzas en el pecado llevarán su penitencia. Nunca más en la vida veremos llena la plaza de toros de Alicante, como el resto de las plazas de España. Ellos, los listos de turno, las máximas figuras del toreo han echado a la gente de las plazas a base de engaños, burlas, triquiñuelas, todo por no tener los más mínimos cojones para enfrentarse a un toro. Como dije ya muchas veces, Manzanares, el pasado dos de mayo en Las Ventas, en un festival y frente a un novillo que se lo quería comer, cuajó la mejor actuación de su vida, sencillamente porque tenía un toro exigente que le pidió el carnet de torero, el que Manzanares mostró con denodado orgullo. Y si pudo aquella tarde venteña, ¿cómo es posible que ya no mate un toro con casta y trapío?
Hoy, insisto, para rememorar la figura de su inolvidable padre, todo ha sido una burla, un escarnio y un desacato contra los imbéciles que hemos pagado la entrada. Eso sí, he visto ya por ahí en algún medio de los que están podridos, es decir, al servicio del poder, que ha sido una corrida memorable; no es que mientan lo toreros que, lo hacen con premeditación y alevosía con ese tipo de toros que lidian; lo triste de la cuestión es que aquí todo el mundo emula a Pedro Sánchez, mentir y mentir porque al parecer suele ser lo mas entable. Es como la vuelta al ruedo del cuarto de la tarde, que se guarde dicho triunfo donde le quepa el señor Justo Hernández porque si esa mierda de toro le dan la vuelta al ruedo, eso certifica que Alicante es una plaza de talanqueras.
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