Cuéllar, el Toro es el Rey
Siempre se dijo que la tauromaquia se sustenta sobre tres pilares toro, torero y público. Si falla alguno el espectáculo se derrumba.
El público en general, si nos referimos de forma global o el aficionado si usamos un término en un estadio más elevado en cuanto a sus conocimientos del espectáculo taurino, ambos partícipes activos del espectáculo. Clientes con derecho a voz y a voto, no en vano deciden el resultado del festejo.
Diferentes son los caminos por los cuales el que se sienta en un tendido para ver una función de toros, es capaz de sentir, de emocionarse. Unos por la vía del arte, otros por la vía de la épica. En definitiva, que aquello que ocurra en el ruedo entre toro y torero llegue al tendido, que todo el mundo esté pendiente.
Los taurinos viejos siempre dicen la sabia frase de que el buen aficionado es al que le caben muchos toreros y ganaderías en la cabeza. Algo fundamental para tener una amplia visión de la tauromaquia.
Pues bien, los que hemos tenido la suerte de estar este fin de semana en la preciosa localidad de Cuéllar, hemos vivido dos funciones llenas de emociones. Los Partido de Resina y los Miura anunciados nada más y nada menos. El Toro es el Rey. Desde hace varias semanas corrían como la pólvora en las redes sociales las fotos de cada uno de los ejemplares que se iban a lidiar en Cuéllar.
Llegó la fecha y a buen seguro que no defraudó la programación, dos grandes entradas, teniendo en cuenta la limitación sanitaria en cuanto al aforo, el 50%. Muchos aficionados de Las Ventas, acostumbrados a calibrar el toro de los domingos venteños, donde se anuncian hierros que no se ven en el resto de ferias de provincia, así como a los toreros acartelados tanto en la de los antiguos Pablo Romero como en la de Miura, a priori una perfecta combinación entre toreros veteranos y toreros emergentes. También coincidí con un grupo de aficionados vitorianos buenos conocedores de las ferias de las Landas francesas, un lujo hablar de toros con ellos.
No es mi intención en estas líneas hacer la crónica del festejo, sirvan sin embargo a modo de reflexión.
Ha quedado patente que este tipo programación de carteles es necesario, en el momento actual, en el que casi todos los carteles de las ferias son Sota, Caballo y Rey, copados por 6-8 toreros y otras tantas ganaderías.
Es un modelo muy afianzado en bastantes plazas francesas, sin embargo, en nuestra querida Patria queda reducida a plazas muy puntuales.
Reinventarse es el camino, dar alicientes y motivos al aficionado para que haga kilómetros y pague una entrada para ver otro tipo de espectáculo, tan válido como necesario.
Señores empresarios, ayuntamientos, comisiones de festejos, aún hay motivos para la esperanza, se le puede dar la vuelta al calcetín, una vuelta de tuerca más al asunto, para que esto retome el vuelo que nunca debió perder.
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