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Pepe Bienvenida / La suerte suprema

viernes, 9 de agosto de 2024

Operación Jauja / por Hughes


'En 2017, el grito espontáneo fue «Puigdemont a prisión», encabronado y justiciero, tan popular como un grito de gol. Sospechoso sería que al pueblo se le fuera a dar satisfacción siete años después. Escarmentados, tampoco nadie sensato lo pediría ya'

Operación Jauja

Hughes
La Gaceta/9 de agosto de 2024
«Esto es kafkiano», decía alguien por la tele. Pobre Kafka, qué culpa tendrá (hay una escala en el periodismo: lo berlanguiano es seguido por lo kafkiano y cuando lo kafkiano alcanza un punto limita con lo dantesco). La operación «pullastre a la cassola» fracasó, acabaron atrapando a la gente en un atasco, pero tampoco se saca nada con el jajaja, cosa agotada ya por los ‘humoristas’ progres. Han hecho odioso el animus iocandi. Por otra parte, la llegada a La Indignación de nuevos contingentes la está dejando impracticable. Los conversos agotan a cualquiera. Fueron llegando los de Ciudadanos, que son siempre muy sentidos, y ahora los peperos y su esfera jurisperita. Uf. Para ellos habló Feijoo: «Una humillación insoportable. Otra más». Hombre, si antes ha habido n-1 «humillaciones insoportables» tan insoportables no serán…

Hubo una traumática en 2017 cuando al gobierno de su partido se le escapó Puigdemont en el maletero como si fuera un navy seal (bueno, o como Antonio Anglés). 

Esos días tocaron el nervio que aun quedaba y se produjo la única reacción política que ha habido en España: Vox, que inmediatamente pasó a ser el repudiado oficial. Con el tiempo, se entiende el mensaje: si das un paso por la unidad de España, serás un ultra, xenófobo, extremista, machista, negacionista…

Llegarón el indulto, la bilateralidad, la amnistía y ahora los moderados deciden componerse el apellido y ser moderados-indignados; sienten ellos que su vaso se colma, que Europa falló (¡pero más! ¡más!), y les sobreviene una indignación como a destiempo, tan cansina como el suceso en sí, un teatrillo en el que Puigdemont quizás tuviera más ganas que nadie de ser detenido.

El sainete le quita protagonismo a Illa, que no proclamó la independencia, pero sí la plurinacionalidad en el marco del federalismo ya presentado en público por Pedro Sánchez. La reacción política por parte del PP llega de «los territorios», «la mesa de presidentes», o sea, el autonomismo tal como quedó a la altura del Covid. No reacciona exactamente la nación, reaccionan las baronías territoriales. Esa es la reacción tolerable.

La indignación, los sofocos, los soponcios de juridicidad, factualidad, institucionalidad, europeidad y demás parecen parte del conjunto escénico y rebajan el significado de las cosas. Dentro de esta Constitución entrópica toda energía se pierde. Sin embargo, seguirán sacando la-que-entre-todos como el padre Karras sacaba la cruz a la posesa y exprimirán una indignacioncita suficiente para «echar a Sánchez», ni un punto más.

En 2024 ya no hay indignación ni humillación, si acaso desmoralización y costumbre. Donde haya vestiduras que se rasgan, allí el actor.

Hubo una reacción política, y solo recibió obstáculos porque ellos eran demasiado liberales, demasiado gerenciales, demasiado finos de tobillo, demasiado tiesos de meñique… Les parecía terrorífico llevarle la contraria a la viogen de Irene Montero.

En 2017, el grito espontáneo fue «Puigdemont a prisión», encabronado y justiciero, tan popular como un grito de gol. Sospechoso sería que al pueblo se le fuera a dar satisfacción siete años después. Escarmentados, tampoco nadie sensato lo pediría ya.

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