No hubo éxito en el servicio telefónico para reservar abonos sobrantes de la Feria de Otoño y eso que el cómodo servicio duró más de un mes. No va bien la renovación de los abonos del San Isidro 2014 cuando ha transcurrido más de la mitad del período que termina el 21. Y es que han machacado tanto a la clientela que lo normal es aburrirse. Despreciar tantos años a los fieles no es buena política.
Sorpresón en Las Ventas
Ricardo Díaz-Manresa
Estamos en pleno período de renovación de abonos, los de los fieles de siempre. Es en Las Ventas y llega el suspense de cuántos seguirán o desertarán. El 21 por la noche sabremos la respuesta que puede ser fundamental para el futuro del toreo porque Madrid es la bandera y el rompeolas.
Durante todo el invierno Taurodelta estuvo hablando de resucitar, ampliar y consolidar la marca San Isidro. Y lo hizo.
También tuvimos sorpresón en Las Ventas. Como medida casi revolucionaria e inesperada, salieron el 20 de febrero vendiendo abonos por teléfono. Se acabaron las colas y vino la modernidad, pero siempre que Taurodelta quiere hacer una cosa buena la empieza mal. Otra vez el desprecio de la Comunidad y Taurodelta a los fieles abonados que les mantienen el negocio. Abre por sorpresa y felizmente los teléfonos para todos, sin pensar, como siempre, en darles, por ejemplo, la primera semana en exclusiva a esos abonados que podían estar interesados en algunos concretos y que no los tienen por no haber querido o podido aguantar largas colas, horas de espera bajo el sol, el calor o el frío después de haberse pegado un madrugón de aúpa. O que sencillamente quisieran cambiar y después no renovar el fijo que tenían. O disponer de alguno más. Nada, otra vez patadas en las espinillas.
Pues bien, con el sorpresón telefónico y dentro de esta comodidad inesperada sólo han vendido 1013, un 36% de los abonos disponibles, un tercio nada más. ¡Ay aquéllos tiempos tan recientes en los que en un par de horas los pacientes formacolas interminables e incomodísimas arramblaban con lo sobrante, con reventas colocados allí varias noches antes! ¿Por qué tanto y tan drástico cambio en tan poco tiempo? ¿Por qué ahora tanta falta de éxito? Porque al cliente que se va engañado e irritado que le echen un galgo… Y lo que empieza mal acaba peor. Después de más de un mes de telefonismo fácil ese es el resultado.
No obstante mi felicitación efusiva para esos 1013 que se libraron de tantos sacrificios, penurias y problemas y de la tortura a que fueron sometidos antes tantos por todas las empresas de la Plaza de Madrid.
Me ha dolido y mucho que me lleguen informaciones de que el abono 2014, en su renovación de siempre, va mal. Quiero que esto no se vaya a pique pero entiendo que machacar tantas veces se va notando poco a poco al principio y mucho al final…
La tristeza, el cansancio, el aburrimiento, y el no sentirse cuidado ni valorado nunca traen estas cosas. El desprecio a la clientela fiel siempre se paga. Dinero aparte y dándose la circunstancia que el San Isidro 2014 es menos moralla que en años anteriores. Cuando ha transcurrido la mitad del período de la renovación de abonos hay preocupación. Encima es la primera vez en muchos años que llegué a la taquilla y no esperé ni un minuto. Que hace falta más tirón lo demuestran los anuncios recordando que hay que renovar hasta el día 21…
¿Cuándo termine el período normal de renovaciones, habrá otra vez teléfono mágico o volvemos a la cutrez de las filas despreciadas? Menos mal que Erice ha declarado que no le gustan nada las colas, que hay que buscar soluciones. Por otra parte, ¿le van a dar a los que pagan siempre “días de mejora del abonado” o lo equipararán en otro acto de desprecio con el que acaba de llegar?
Mientras, Taurodelta ha iniciado otra cosa teóricamente buena –enviar impreso a su casa para que elija los festejos de San Isidro o mejor para que pueda desechar 6 festejos- pero también la ha empezado mal. Hay que rellenar el impreso, llegar a la taquilla, meterlo en el ordenador…Otro pequeño lío poco cómodo. ¡Con lo fácil que habría sido juntar seis corridas fuera de abono más Beneficencia y Prensa y en taquilla directamente, sin papeleos, sin cartas, sin análisis de la feria, sin bolis rellenando recuadros, las compras o no…!
En fin, la marca San Isidro se abre paso ante estas dificultades, incomodidades e incompetencias. Sólo falta que los 31 días de toros sean los 31 días de mayo. San Isidro, mayo taurino de Madrid. Que lo sepan en todo el mundo y que no haya dudas. Vengo diciéndolo desde hace mucho tiempo cuando clamaba por la marca San Isidro. Insistiré porque no hay muchos que escriban de esto y me figuro las razones.
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