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Pepe Bienvenida / La suerte suprema

lunes, 16 de septiembre de 2019

Madrid: Lo Cortés no quita lo valiente / por Antolín Castro


Momento del grave percance de Javier Cortés

Se celebró una corrida concurso en Las Ventas y resultó, naturalmente, una corrida de toros. Además tuvimos que presenciar un severo percance.

Madrid: Lo Cortés no quita lo valiente

Era la primera que organizaba la empresa que regenta Simón Casas y el público de aluvión no sabe ni lo que es eso, lo suyo son las corridas de los toreros. Consecuencia: una muy triste entrada, que dice a las claras que estamos cuesta abajo en cuanto a la afición se refiere. Cierto es que estaban muchos de los aficionados de siempre en el coso venteño, pero si quitamos los chinos de ocasión, nadie más ocupaba los tendidos de la monumental madrileña. Un cuarto de aforo aproximadamente.

Luego fueron apareciendo los toros de las ganaderías de La Quinta, Baltasar Ibán, Marqués de Albaserrada, Murteira Grave, Pedraza de Yeltes y Valdellán (éste sustituido por uno de Rehuelga). Nada que ver con una tarde de relumbrón.

En el cartel toreros encuadrados y curtidos en el grupo de los valientes o, si prefieren y dicho de otro modo, de los desheredados. Ya sabemos que los que cuentan con apoyo y posibles estas ganaderías no las ven ni en la wikipedia. Así que trenzaron el paseíllo Fernando Robleño, Rubén Pinar y Javier Cortés.

La tarde proporcionó muchas cosas aunque ninguna de las que se dan en las tardes redondas que cautivan a los triunfalistas. Es decir, no hubo orejas, ni rabos, ni indultos… pero si momentos de la lidia que no se ven en las tardes del aplauso fácil, toro bobo y toreo plastificado.

Se disfrutó con los tercios de varas, donde todos los toros tomaron las tres varas, otrora reglamentarias siempre, con buena condición en conjunto, a excepción del de Rehuelga, que tomó dos por decisión de Rubén Pinar. Ninguno manseó y rehusó la pelea como se nos tiene acostumbrados. Las lidias fueron cumpliendo paulatinamente con esa necesidad de cuidar ese tercio fundamental, colocando cada vez de más largo a los toros, y de ese tercio se disfrutó en la tarde.

Por supuesto se disfrutó de la presentación de los toros y ya no tanto de su juego que, aunque encastado, no resultó fácil para los espadas. Fue el sobrero de Rehuelga, que hizo sexto bis, el que se pareciese más a una tarde cualquiera. El premiado como mejor fue Matorrito de La Quinta. Premiados también El Legionario como picador y Jesús Romero como mejor lidiador, ambos en la lidia del toro de La Quinta.

'Matorrito' toreado al natural por Robleño

Mala suerte para Robleño en el uso de los aceros con el primero, lo que le llevó a que le sonaran los tres avisos justo en el momento en que doblaba el de La Quinta. Para él fueron los mejores aplausos por su intervención con capote y muleta. Pinar no se entendió finalmente ni con los toros ni con el público, notándose cierta disposición por las partes para no entenderse.

Pero el momento más destacado de la tarde lo proporcionó el percance de Javier Cortés durante la faena de muleta del de Albaserrada, el más complicado de la tarde, recibiendo un pitonazo en la mejilla en sentido ascendente que hace peligrar el globo ocular. Momento duro para un valiente que suele pagar con su sangre cada tarde que pisa Las Ventas.

Lo Cortés no quita lo valiente y él lo es a carta cabal. Su forma de ofrecer pecho y muleta ante un toro incierto dice mucho de su valor y compromiso. Otro valor taurino que ha quedado demostrado en esta tarde tan diferente a otras.

Confiemos que el daño sea lo menos posible y que un torero como él no tenga que pagar tan alto precio como ya han pagado otros. Nuestro aplauso y nuestro ánimo para Javier Cortés.

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