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Pepe Bienvenida / La suerte suprema

lunes, 18 de noviembre de 2019

Hecatombe inmisericorde en España / por Pla Ventura

Estamos en manos de los tipos que vemos en la foto.
 Que no nos pase nada…..que nos pasará todo, que nadie lo dude.

Antes de las elecciones creíamos que la situación que vivíamos no se podía empeorar y, craso error, nos equivocamos todos; se ha empeorado pero hasta los límites de la inconsciencia por parte de los que dicen ser nuestros mandatarios que, cerraran plazas de toros, iglesias, bancos, empresas, fábricas; todo lo que huela a bienestar y progreso, además de la fe, todo se cerrará por decreto ley.

Hecatombe inmisericorde en España

Se preguntaba nuestro director cual sería el futuro de la fiesta de los toros al saber el gobierno que nos espera con dos tipos capaces de destruirlo todo; dos mentirosos apestosos que, para su suerte, al logrado lo que se proponían, tener el país en sus manos para hundirlo en la más vil de las miserias.

Sepas, amigo director, que no hace falta haber estudiado en Oxford para adivinar lo que estos tipos llevarán a cabo, en los toros y en toda España que, esto sí que es grave. De que acabarán con los toros eso no lo duda nadie; mirad Venezuela cómo ha quedado tras la peste bolivariana. No es que no queden aficionados que, todavía los hay; pero nadie tiene un bolívar para poder comprar una entrada a los toros, por consiguiente, dicho espectáculo ha muerto.

Fijémonos como está la cosa que, el comunismo que está muriendo a pasos agigantados en casi todo el mundo, ahora resulta que se implanta en España con el consentimiento y sometimiento de un tal Pedro Sánchez al que, su socio, Pablo Iglesias, le tiene cogido por los cojones. Recordémosle a todo el mundo que, a estas gentuzas, España y sus gentes les importan una puta mierda; para ellos, un perro tiene más valor que un ser humano, de ahí esa ley que quieren sacar para proteger a los animales. Siendo así, imaginemos lo que pasará con los toros que, de una u otra forma ya se las arreglarán para que la gente no vaya; no sé si se atreverán a poner una ley que impida que la gente acuda a los toros, pero si estoy seguro que pondrán todas las trabas del mundo para que no se puedan celebrar espectáculos taurinos. Es más, dentro de cinco minutos, cuando ya estemos en la más vil de las miserias, cuando la gente no tenga para comprar pan, ¿cómo cojones han de ir a los toros?

Esos dos caraduras que se han juntado, los que hablan de progreso, es fácil imaginar que hablan por ellos porque el uno vive en la Moncloa y el otro en un chalet a las afueras de Galapagar. A esa gentuza que dicen amar a España les quisiera yo ver en un piso de cuarenta metros y un sueldo de mil doscientos euros, como millones de españoles. Pero no, los señoritos tienen que vivir al más alto nivel, que nos les falte de nada para que, mediante el cargo, que sigan dilapidando dinero de todos los españoles como ha ocurrido ahora en las elecciones que hemos tenido, las que nadie pidió, las que no hacían falta y que se celebraron para alimentar el ego del chulo de La Moncloa que, el muy mentiroso creía que iba a sacar mayoría absoluta.

Si Dios no lo remedia, que no lo hará, dentro de poco tendremos a dos traidores en el poder; dos tipos que decían odiarse el uno al otro y, ya lo hemos visto, han acabado en la misma cama, cosas del amor ¿verdad? Pensar que estos personajes asquerosos van a implantar el comunismo bolivariano en España, la cosa es para ponernos a temblar. ¿Qué garantías tendremos los españoles ante el hecho de que dos traidores nos rijan los destinos de nuestro país? Decía el retrasado mental de Pedro Sánchez que no metería en su gobierno a Pablo Iglesias porque de hacerlo no podría dormir tranquilo. Eso sí, recordémosle al citado tipo que será ahora cuando los españoles, por su puta culpa nadie podremos dormir. Con la que nos espera veremos quién es el valiente que pueda conciliar el sueño a sabiendas de lo que se nos viene encima.

Como hiciera el repugnante Zapatero, acabarán con todo, pero mientras que el impresentable bobo vallisoletano tardó dos legislaturas, estos lo destruirán todo en memos de un año, tiempo al tiempo. Y queremos que haya toros; pero si no tendremos para pan dentro de menos de un año, soñar con que seguiremos yendo a los toros es una utopía inalcanzable como su nombre indica. Pobres españoles, pobre democracia, pobre Constitución, pobre Monarquía; pobres todos de verdad porque se presagia una legislatura criminal en la que, por bien que vaya todo, todo irá mal porque  no habrá pan.

Eso sí, como ocurre en Venezuela, todos los que tengan el carnet bolivariano, con un poco de suerte, semanalmente se les entregará una bolsa con la comida imprescindible, algo que hacía Hugo Chávez, pero que el Maduro ha dejado de hacer, razón por la que el país andino está en la más absoluta ruina; sí, amigos, ese país al que jamás condenó Pablo Iglesias que, el hijo de la purísima, habla de Maduro como si hablara de Dios. Pensar que Iglesias ha cogido a Pedro Sánchez por los cojones y que el guapo de turno no mandará nada, absolutamente nada; sencillamente porque tendrá que acatar órdenes del bolivariano, por eso lo ha buscado. Recemos, no queda otra opción. Todos tenemos que rezar pero, el que más avemarías tiene que soltar por su boca no es otro que El Rey de España que, si Dios no lo remedia, le queda un telediario junto a nosotros.

Antes de las elecciones creíamos que la situación que vivíamos no se podía empeorar y, craso error, nos equivocamos todos; se ha empeorado pero hasta los límites de la inconsciencia por parte de los que dicen ser nuestros mandatarios que, cerraran plazas de toros, iglesias, bancos, empresas, fábricas; todo lo que huela a bienestar y progreso, además de la fe, todo se cerrará por decreto ley. Eso sí, cuando ya no queden más pobres para atormentar, veremos entonces qué camino emprenden. Recordémosles a estos pájaros que actualmente hay tres millones de personas que no tienen para comer y, seis millones en riesgo de pobreza; es decir, les falta el canto de un duro para pedir en Cáritas. Pero debemos de alegrarnos, tenemos un gobierno bolivariano, algo insospechado pero que, dada la novedad, debemos de cantar aleluya. Pobres miserables que emiten el voto hacia este tipo de gentes que, mintiendo y engañando han llegado al poder. ¿Será entonces que ya no existe cordura en esta España nuestra? Así debe ser porque de otro modo no se entiende.

Cierto es que, pese a todo, queda por negociar la peor parte, con los independentistas que necesitan el voto para lograr la mayoría. Por fin, gracias a esa gestión veremos a Cataluña independiente o destruida como ya lo está; veremos a los golpistas en la calle; veremos a Puigdemont y demás hijos de padres desconocidos en España; lo veremos todo, tiempo al tiempo. Eso sí, luego, que nadie se rasgue las vestiduras. Tenemos lo que nos merecemos porque como el mundo sabe, somos un país de subnormales. Y luego nos quejaremos…….

Estamos en manos de los tipos que vemos en la foto. Que no nos pase nada…..que nos pasará todo, que nadie lo dude.

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