Jean-Charles Olvera - España
Opnión y Toros/12 Mayo 2023
Al terminar el paseíllo, unas ovaciones respondieron a una pancarta del tendido 7 que hacía referencia a la dichosa tarde, exigiendo “Palcos exigentes, No al triunfalismo” y otra de la grada 6 que justamente indicaba que “Madrid se merece más seriedad”.
Añadir que los mulilleros, denunciado a voces como “peseteros”, también oyeron de las suyas cuando entraban para arrastrar los 3 primeros toros, por lo de la tardanza de ayer para alargar la petición de la 2ª oreja de Emilio de Justo. Hoy tuvieron perfil bajo y cumplieron.
Así es que parte de la seriedad regresó en este coso con un lote homogéneo y bien presentado de Juan Pedro Domecq del cual no se oyó ninguna protesta. Pero el conjunto salió con dificultades, destacando los noblotes 1º y 2º, y el 6º, más completo, que sin el viento en contra, hubieran permitido más.
En el primero vimos lo mejor de la tarde
Daniel Luque hizo lo más vistoso de la tarde al 1º, iniciando en tablas del 8 para refugiarse de Eolo en las del 5. Alguna serie por derechazos y una de naturales destacaron, el toro apagándose después con cierta sosería. Una entera desprendida le permitió oír una ovación y saludó al tercio. Poco más de su 2º, un toro que acusaba alguna flojera.
Decepcionó Francisco de Manuel, lejos del nivel que vimos en esta plaza el pasado 12 de octubre. Toreó su lote con precaución, perfilado y ventajista, defendiéndose del viento. En dificultades con los aceros, oyendo avisos (2 y 1) y sendos silencios.
Ángel Téllez tuvo que pasar por la enfermería tras intentar unas gaoneras al abreplaza siendo herido con politraumatismo dorsal lumbar. Cambiaron los turnos y regresó al ruedo con ovación para torear su lote, saliendo como cuarto y sexto.
Se le vio mermado de fuerzas, sin poder y afectado, tanto en su primer toro, apagado y sin clase, como con el cierraplaza, el único que en su arrastre oyó aplausos por las cualidades y un fondo de nobleza que desaprovechó el madrileño.
Tras el viento, cayó el frío sobre la plaza, congelando los ánimos del respetable, recayendo así el ambiente eléctrico de la tarde pasada. Se fue el triunfalismo, pero regresaron la normalidad y la rutina, que tampoco es lo que uno busca al citarse en esta plaza.
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