"..Si se va el capitán del Madrid habrá que buscar sucesor para la celebración taurina de la Champions que vendrá. No les extrañe que lo coja Rüdiger e incluso Mbappé porque la tauromaquia no pone límite ni frontera a los sentimientos.."
Javier Lorenzo
Nacho, que es habitual en las plazas de toros, y un asiduo en Las Ventas, se llevó a Wembley el capote de sus sueños. Un percal con el escudo del Real Madrid que el capital blanco no dudó en sacar en el mítico estadio para festejar la décimo quinta Copa de Europa. El toreo proyectado al mundo entero, con orgullo y sin complejos, con naturalidad al mismo tiempo, para festejar el enésimo triunfo.
Lances al viento, herederos de los que puso en marcha Raúl en aquella ya lejana séptima, que tuvieron continuidad con Ramos y que ahora fueron coreados por el equipo en el que ha encontrado una «cuadrilla» de fieles a los cosos, como el propio Lucas Vázquez y que han llevado a Las Ventas hasta al propio Rüdiger. Ese gigantón que llamó la atención de todos en el callejón de Las Ventas la semana pasada: «Los toreros tienen unos huevos bien grandes», afirmó el central madridista en su primera experiencia taurina.
Entiendo que ni Nacho ni Lucas, que ejercieron de padrinos de la improvisada alternativa taurina del alemán, le pusieron una pistola en el pecho para acudir a disfrutar de Las Ventas, como debe pensar el ministro Urtasun que hacen con los miles de aficionados que disfrutan del arte del toreo para su disgusto. En esta y en otras plazas. No solo el aficionado va voluntariamente sino que además paga de su bolsillo y sus ahorros las entradas para sentarse en los tendidos y emocionarse con la bravura de un toro y el arte de un torero.
Urtasun aboga por prohibir un evento por sus santos… y porque dice que no interesa a nadie. Un espectáculo del que presumen los españoles más allá de nuestras fronteras como marca España, le pese al ministro y le pese al presidente. La tauromaquia es una parte de nuestra historia, nuestra cultura y nuestro arte, de la actividad económica del país y de la identidad de España.
Ese espectáculo de minorías que argumenta lleva ya más de 400.000 espectadores en Las Ventas (entre ellos ya diez carteles de ‘no hay billetes’) en la suma de los últimos 20 días en Madrid, con uno de los mejores sanisidros de los últimos años en cuanto a respuesta de público. El toreo en la pista de despegue. En Madrid y en todas las plazas de la geografía taurina en lo que va de campaña. Cáceres por ejemplo se ha reconquistado. Volvieron los toros este fin de semana con la reapertura de Los Mártires tras cinco años de ausencia. Se recuperó un coso y se agotaron las entradas al reclamo del mano a mano entre Talavante y Emilio de Justo, en una gran fiesta que también debe de haber estomagado a Urtasun al saberlo.
¡Ah, no! que Urtasun a estas noticias y al interés de los españoles le importa un pito, le vuelve la cara y mira a otro lado para contar la historia a su forma; que es la misma que pregonan los tertulianos a sueldo del Gobierno para vocear sus mentiras y hacer creer que son verdad repitiéndolas mil veces.
Todo ello en una semana en la que el joven Marco Pérez volvió a firmar una faena prodigiosa y sigue su marcha ilusionante y triunfal, esta vez en Antequera. La misma semana en la que un joven enamorado le pidió matrimonio a su novia en el tendido de Las Ventas. Juventud en la plaza y en el tendido. Tendidos que se llenan como se llenó el Corpus de toros. En Salamanca no se entiende esta fiesta sin toros. Porque los toros son fiesta, espectáculo y diversión. La tauromaquia es la fiesta del pueblo, de ella vive, late, siente, disfruta. Como disfrutó Nacho a la verónica en Wembley. Si se va el capitán del Madrid habrá que buscar sucesor para la celebración taurina de la Champions que vendrá. No les extrañe que lo coja Rüdiger e incluso Mbappé porque la tauromaquia no pone límite ni frontera a los sentimientos.
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