CARTEL DE TOROS EN SEDA. MADRID 17 JUNIO 1894
CORRIDA EXTRAORDINARIA DE BENEFICENCIA A FAVOR DEL HOSPITAL PROVINCIAL.
8 TOROS DE LA SRA. VIUDA DEL MARQUÉS DE SALTILLO.
MATADORES:
MAZZANTINI, GUERRITA, ANTONIO JIMÉNEZ REVERTE Y ANTONIO FUENTES.
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BENEFICENCIA, ¿PARA QUIÉN?
Madrid, 9 de Junio de 2011
Más loable sería anunciar una corrida de toros extraordinaria aunque no existe obligación para resaltar una más de lo mismo si exceptuamos que las pérdidas se cargan a las arcas de la Comunidad de Madrid. En otros tiempos esta corrida era la más importante del año y sus beneficios, siempre se ganaba una cantidad importante, se destinaban al Sanatorio de Toreros. La empresa de turno organizaba el espectáculo y el Montepío de Toreros recibía el donativo. Todo es historia, todo es quimera y la actual beneficencia es un camelo para regalar entradas a los municipios afines, amigos sin pasar por taquilla y esplendor del Consejo Taurino. Otra patraña añadida. ¡Que tiempos aquellos en que los aficionados esperaban el cartel anunciador de la Corrida de Beneficencia por ser el más interesante de la temporada! Los más aclamados matadores se sentían agraciados al ser llamados para ocupar un puesto. Los ganaderos principales criaban seis ejemplares con la esperanza de ser elegidos. Nadie cobraba un duro, todo para la causa. En está mala época taurina que nos ha tocado en suerte, los toreros cobran igual o más que en la feria de San Isidro. La ganadería la escogen las figuras y seleccionan los toros como se limpian lentejas, uno a uno con mucho cuidado para que no se cuele un “barrabás”, los menos peligrosos sobre ficha técnica de tienta. El resultado está a la vista de todo el público, un desastre. En este incierto climatológicamente día, en todos los tendidos menos uno se observaba la influencia de infiltrados. Incluso en el Palco Real en donde la presidenta se bañaba en clamor político más que taurino. Bien por el silencio durante la interpretación del Himno Nacional. Excelente la asistencia del Príncipe aunque los aficionados sabemos que no le gustan los toros, es por obligación Monárquica de protocolo. Todo dispuesto para un triunfo apoteósico.
Juan Mora estuvo infeliz en las dos faenas de las suyas. En el primero, destartalado y sospechoso, se limitó a esquivar con velocidad y reflejos. En su segundo, hizo … nada, como siempre.
Morante muy por debajo de lo que cuentan que esperan de él sus acérrimos, dos verónicas, media ajustadita … faena de la Puebla.
Julián López “El Juli”, es el torero que consigue dividir al respetable en Madrid. Desde que es máxima figura es recibido con demasiada hostilidad. Es verdad que el trapío de su primero era inferior a los que mataba de becerrista aunque de impresionante “leña” y embestida “majareta”. Para el interés de la fiesta la vehemencia en atacar y aclamar a un torero es de suma importancia. Se enfrentaron los aficionados a causa de "El Gordito", de “Frascuelo el Grande”, de “Manolete” y hasta por Manuel Benítez “El Cordobés”, la polémica es necesaria a falta de competencias en el ruedo. Julián no posee el carisma de Ponce, tampoco la sobería, la cantidad de avisos e incluso las faenas aburridas. Enrique Ponce puede seguir a ese ritmo hasta que cumpla noventa años, nada que ver con “El Juli” que es un matador entregado que a unos nos gusta y a otros no, pero siempre justifica su deseo de agradar ante el toro que le toque en sorteo. Por otra parte, los aficionados taurinos gozan de excelente memoria y la sombra de papá oscurece el arte de Julián Junior y el carácter agrio del apoderado matador que le acompaña tampoco ayuda a confiar en que “El Juli” juegue limpio.
Las dos faenas de Julián fueron bastante buenas, como siempre, de entrega ante la adversidad de los toritos, viejos y “percheros” de pocas arrobas para Madrid. El primero de su lote con sospechosa descordinación en el comportamiento y escaso trapio al que despacho erróneamente al natural, de la colocación de la espada tuvo el toro la culpa en su loca arrancada en quiebro. En su segundo la faena de muleta resultó aún más torera y el público más provocador. No es de recibo que se insulte, se abuchee a pleno pulmón y al unísono cuando un torero y el toro están en el ruedo, la paciencia es taurina y se debe abroncar en los entre actos. Tampoco anduvo muy solvente con la espada.
No sé por que me parece que “El Juli” no ha salido bien parado de sus presencias en Madrid. Quizás la falta de reconocimiento le haga meditar en que necesita oxigenación. No de valor, ni de arte, ni entrega solo tomar cierta distancia para que le echemos de menos. Ha sido el penúltimo en llenar con solo su nombre las plazas de toros. Ha sido otro revolucionario de los honorarios taurino al alza. Ahora, cobrando más que nadie, necesita dos matadores importantes para rematar un cartel. Naturalmente, esto no gusta a las empresas.
El 8 de Junio de 2.011 todo estaba preparado para convertirse en fecha histórica. Madrid necesita conceder otro rabo para ofender a los aficionados sevillanos. Todo dispuesto. Dos candidatos solventes, Morante y “El Juli”. Un presidente ambicioso de entrar en la tauromaquia al otorgar un rabo después de cuarenta años de espera. Unos toros elegidos a medida. Una plaza abarrotada de felices y poco exigentes espectadores pañuelo en ristre. ¿Qué falló?. Sencillamente, ni José Antonio Morante de la Puebla ni Julián López “El Juli” tiene suficiente carisma para merecer tanto honor. El peludo y sabroso apéndice espera al místico, rancio y nuevo rey del toreo José Tomás. Por interés en la taquilla es el que más se lo merece.
Solamente es una opinión a favor de toda una vida sacrificada y admirada dedicada al toro, la de Julián López “El Juli” aunque no lo parezca.
Juan Mora estuvo infeliz en las dos faenas de las suyas. En el primero, destartalado y sospechoso, se limitó a esquivar con velocidad y reflejos. En su segundo, hizo … nada, como siempre.
Morante muy por debajo de lo que cuentan que esperan de él sus acérrimos, dos verónicas, media ajustadita … faena de la Puebla.
Julián López “El Juli”, es el torero que consigue dividir al respetable en Madrid. Desde que es máxima figura es recibido con demasiada hostilidad. Es verdad que el trapío de su primero era inferior a los que mataba de becerrista aunque de impresionante “leña” y embestida “majareta”. Para el interés de la fiesta la vehemencia en atacar y aclamar a un torero es de suma importancia. Se enfrentaron los aficionados a causa de "El Gordito", de “Frascuelo el Grande”, de “Manolete” y hasta por Manuel Benítez “El Cordobés”, la polémica es necesaria a falta de competencias en el ruedo. Julián no posee el carisma de Ponce, tampoco la sobería, la cantidad de avisos e incluso las faenas aburridas. Enrique Ponce puede seguir a ese ritmo hasta que cumpla noventa años, nada que ver con “El Juli” que es un matador entregado que a unos nos gusta y a otros no, pero siempre justifica su deseo de agradar ante el toro que le toque en sorteo. Por otra parte, los aficionados taurinos gozan de excelente memoria y la sombra de papá oscurece el arte de Julián Junior y el carácter agrio del apoderado matador que le acompaña tampoco ayuda a confiar en que “El Juli” juegue limpio.
Las dos faenas de Julián fueron bastante buenas, como siempre, de entrega ante la adversidad de los toritos, viejos y “percheros” de pocas arrobas para Madrid. El primero de su lote con sospechosa descordinación en el comportamiento y escaso trapio al que despacho erróneamente al natural, de la colocación de la espada tuvo el toro la culpa en su loca arrancada en quiebro. En su segundo la faena de muleta resultó aún más torera y el público más provocador. No es de recibo que se insulte, se abuchee a pleno pulmón y al unísono cuando un torero y el toro están en el ruedo, la paciencia es taurina y se debe abroncar en los entre actos. Tampoco anduvo muy solvente con la espada.
No sé por que me parece que “El Juli” no ha salido bien parado de sus presencias en Madrid. Quizás la falta de reconocimiento le haga meditar en que necesita oxigenación. No de valor, ni de arte, ni entrega solo tomar cierta distancia para que le echemos de menos. Ha sido el penúltimo en llenar con solo su nombre las plazas de toros. Ha sido otro revolucionario de los honorarios taurino al alza. Ahora, cobrando más que nadie, necesita dos matadores importantes para rematar un cartel. Naturalmente, esto no gusta a las empresas.
El 8 de Junio de 2.011 todo estaba preparado para convertirse en fecha histórica. Madrid necesita conceder otro rabo para ofender a los aficionados sevillanos. Todo dispuesto. Dos candidatos solventes, Morante y “El Juli”. Un presidente ambicioso de entrar en la tauromaquia al otorgar un rabo después de cuarenta años de espera. Unos toros elegidos a medida. Una plaza abarrotada de felices y poco exigentes espectadores pañuelo en ristre. ¿Qué falló?. Sencillamente, ni José Antonio Morante de la Puebla ni Julián López “El Juli” tiene suficiente carisma para merecer tanto honor. El peludo y sabroso apéndice espera al místico, rancio y nuevo rey del toreo José Tomás. Por interés en la taquilla es el que más se lo merece.
Solamente es una opinión a favor de toda una vida sacrificada y admirada dedicada al toro, la de Julián López “El Juli” aunque no lo parezca.
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