Feria de Aguscalientes
México, limón y sal
Paco March
La temporada española se mexicaniza. O, al menos, así se deduce por la cantidad de diestros mexicanos, algunos de ellos ya retirados, y todo un séquito de empresarios, ganaderos y apoderados con ellos.
La historia taurina española-mexicana , el constante flujo y reflujo, idas y vueltas, encuentros y desencuentros, vivía en los últimos años una balanza claramente desequilibrada hacia el lado español, pues eran toreros españoles quienes acudían a la temporada mexicana sin la debida (más bien nula) correspondencia, salvo esporádicos casos, el último de ellos Arturo Macías.
Además, y de eso hace ya más tiempo, México ha servido para que toreros españoles sin expectativas de abrirse camino en su tierra encontraran allí refugio e incluso trampolín al regresar. De ello, Antonio Barrera sería paradigma en los últimos años, sin olvidar, claro, a José Tomás. Y, cómo no, a ese Pablo Hermoso de Mendoza que prácticamente divide su año en dos entre uno y otro país.
No es este lugar ni se pretende (basta acudir al imprescindible México, diez veces llanto del catalán Fernando Vinyes) para hacer repaso de nombres e hitos que fortalecieron ese binomio, las rivalidades toreras (Manolete-Arruza en el corazón), mexicanos ilustres, sagas imperecederas (Silveti, Capetillo, Armillita...), diestros como Procuna, Lorenzo Garza, David Liceaga, Cavazos, el mismo Zotoluco y tantos otros que trajeron hasta aquí formas (y lances de capa o muleta), conceptos y fondo de otra modo de entender el toreo, sin perder ni un ápice de eso que llamamos pureza, vaya usted a saber por qué.
Por su parte, la patria de Zapata, Pancho Villa y ese presidente Cárdenas que abrió sus brazos a la diáspora de exilio español, acogía como propios a toreros españoles de todas las épocas, entronizándolos incluso por encima de sus compatriotas, los hacía consentidos, al tiempo que depuraba su estilo, adaptado a la características de la cabaña brava mexicana, de templada y larga embestida.
La deuda de sangre contraída por José Tomás la crucial tarde hidrocálida parece, aunque sea de forma tangencial, que fuera el factor ultimo y necesario (uno es un romántico y prefiere no considerar otros, mucho más prosaicos y, por ello, lejos de los designios del alma) para reestablecer puentes.
Y en eso estamos. La recién finalizada feria isidril ha significado una pasarela de todo un amplio muestrario (y otros que quedan en la recámara, como Fernando Ochoa o J. Pablo Sánchez) de novilleros y matadores mexicanos que en mayor o menor medida despiertan esperanza e interés. Silveti y, sobre todo, Flores de entre los novilleros y Saldívar (premiado con su inclusión en la reaparición de JT), Téllez y Garibay como matadores, no sólo justificaron su viaje sino que han puesto bases para que este no tenga ya cerrada la fecha de retorno.
Bienvenidos sean, mientras entonamos con Julieta Venegas: (México) yo te quiero con limón y sal/ no hace falta cambiarte nada/yo te quiere si vienes o si vas.
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Burladero.com
Estimado señor Lamarca,
ResponderEliminarAntes de hablar de un país, taurinamente o no, es mejor conocer el tema.
No es posible mencionar en la misma frase a los Capetillo, a los Silveti y a los Armilla. Tampoco puede usted meter al patético Téllez en el costal de los mexicanos que justificaron su viaje a España, pues parece que intenta ocultar el petardo colosal que protagonizó en Sevilla. Si algo supiese usted de de historia de México, se guardaría mucho de reducirla a pillos y analfabetas como Villa, Zapata y Cárdenas.
Y si tuviera usted un ápice de gusto musical, jamás pensaría que la "cantante" Julieta Venegas vale un duro.
Dicho sea todo lo anterior con el debido respeto.
Estimado Sr. anónimo: Mucho le agradezco su interés por el blog y las observaciones que ofrece sobre el artículo de Paco March y al que daré traslado de su comentario para su conocimiento.
ResponderEliminarAtentamente, Juan Lamarca
¿Por qué no es posible mencionar en la misma frase a esas tres dinastías?¿por qué obviar a Téllez de entre los que han llegado? ¿por qué pillos y analfabetas(sic) Villa, Zapata y Cárdenas?¿ por qué no vale un duro Julieta Venegas? tres por qués y una respuesta: porque Anónimo lo dice. Ah!bueno
ResponderEliminarPaco March
error: son cuatro por qués. La respuesta, la misma
ResponderEliminarPaco March