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Pepe Bienvenida / La suerte suprema

lunes, 14 de octubre de 2013

Los Toros en la encrucijada. Cuanto peor mejor / Por Pedro Javier Cáceres


¡Basta ya! del “todos contra todo y contra todos”

Los Toros en la encrucijada. Cuanto peor mejor

Por Pedro Javier Cáceres 
Crítico taurino y periodista / 13 de octubre de 2013
Fin de temporada. Hoy, domingo por la mañana, a penas quedan dos cositas en Zaragoza- desgraciadamente un verso suelto- y el cerrojazo testimonial de Jaén.

La evaluación global es de pesimismo sobre el futuro, rayana en el catastrofismo. Es la lectura que se hace del día a día: la micro tauromaquia; como en el País la microeconomía.

Sin embargo se detectan “brotes verdes” en la macro-tauromaquia como, dicen, en España en la macroeconomía.

Las cosas, el humano es así, casi siempre, tienen que ponerse al límite para tomar conciencia, despertar y vivir.

La ocasión es propicia para salir del hoyo. De pedir desesperadamente el “rescate” a coger impulso regenerativo apoyados en el suelo tocado en toda su profundidad posible. Efecto palanca o rebote (“Dadme un punto de apoyo y moveré el mundo”. Arquímedes).

Para ello se requiere premura sin atropellos, generosidad en la unión, ausencia de personalismos, egoísmos, rencillas, escaramuzas y guerras de guerrillas; responsabilidad y compromiso… de todos.

¡Basta ya! del “todos contra todo y contra todos”.

Es por ello que los pobrísimos —según idea general, que no comparto- balances artístico y de asistencia, a fuer de necesarios, no sean los árboles que impidan ver un bosque de futuro: sinuoso y complicado sí, pero no imposible.

Consecuentemente este análisis de fin de ejercicio a mí se me antoja, ahora, secundario. Baza mayor quita menor sin renunciar a hacerlo en su momento. Del tirón o por fascículos. El invierno es muy largo.

Echó el cierre hace días Valencia y ayer, fecha apropiada, lo hicieron Sevilla y Madrid, que de menor a mayor y cribando las importantes diferencias son las únicas plazas de temporada.

Circunstancia que — pese a criterios en contrario- son tan vitales como necesarias para el desarrollo sostenible de la Fiesta.

Organización: primeras conclusiones

Quizá si hubiera un órgano vertebrador en este melonar sin amo se convendría que la experiencia dicta que Valencia y Sevilla son escenarios propicios para la promoción novilleril, status eficazmente en vigor con presencia de rutilantes promesas, mientras Madrid debería cambiar el chip caótico de su pliego de condiciones complementándolo con imaginación empresarial para sin obviar las novilladas reducir su número (ninguno de los novilleros punteros -que suenan e ilusionan- han querido aparecer por la Capital, con sus razones o sin ellas, devaluando así la calidad de los carteles) en beneficio de mayor número de corridas de toros.

Una remodelación sin traumas, sin pervertir la legalidad del pliego en vigor —ya suficientemente mediocre— ni por supuesto suprimir sus certámenes novilleriles en Las Ventas, sin demagogias de “encastes minoritarios”, y por la periferia los festejos sin caballos con su final de “lujo”.

La Feria de Otoño de Madrid, confeccionada con perfil meritorio —taurinamente hablando- pero medio bajo para su reclamo popular por ausencia total de figuras, ha evidenciado la salud taurina de que goza Madrid como garante de la supervivencia de la Fiesta en todos sus escalones y escalafones.

Desatascar y purgar la enorme lista de matadores, un auténtico cuello de botella, oxigenaría piramidalmente los ascensos respectivos.

Cambio de tendencia

Lejos ya las citas clásicas de inauguración de temporada, Domingo de Ramos y Resurrección, más el 2 de Mayo, instalados en el “motorista” y “escolta” de dicha Feria de Otoño, el 15 de Agosto y 12 de Octubre han dejado ver en su letra pequeña
un cambio de tendencia donde la evolución sin revolución es posible, mientras que el estancamiento nos conduce a seguir en regresión muy peligrosa.

Hay toros. Con la crisis y la pausada y pautada modificación de criterios, bajo el raciocinio y la racionalización, sobre el toro de Madrid ha aflorado la certidumbre que hay toros de ganaderías de feria para dar la temporada sin recurrir al desecho de hierros descatalogados y cuya cotización, en estos momentos, no es mucho mayor.

Hay toreros, que si bien no son, inicialmente, reclamo en taquilla, sí una vez pisada la arena venteña, no defraudan y dejan tarjeta para volver a ser llamados y convocar cada vez más.

Con la crisis —la económica, social, de valores y principalmente la taurina que compendia todo-, la reducción drástica de festejos, las ferias del 1º circuito copadas por la élite con un guiño al segmento de los “gladiadores” y las del 2º como expansión de las figuras y poco más por estar al límite de pobreza de festejos…

… Madrid, ¡ya!, no sólo es necesaria para esa clase de toreros posibles, pero desconocidos, sino para el penúltimo enganche de quienes tuvieron y no retuvieron —pero poso siempre queda- y para esa superpoblada 2º división, con perdón, que , incluso anida jóvenes promesas y nombres ilustres, que rechazando Madrid en temporada se hacinan, fuera de las ferias, por entrar en no más de una veintena de festejos por temporada, por pueblos y gaches, toreando para la cuadrilla, sin beneficio alguno y menor lustre o promoción engordando para morir, más tarde o temprano.

Esta temporada, más que nunca —en los últimos 20 años- y pese a la contumaz reticencia del “sistema” se vislumbra un reverdecer del dicho “Madrid da y quita”, si bien siempre dará más o quitará menos según las circunstancias del torero y sus circunstancias en cuestión.

La Feria de Otoño se ha nutrido de toreros emergentes que van cogiendo ambiente gracias a Madrid: Joselito Adame. El salto cualitativo a la “cumbre” de Fandiño y la reivindicación de El Cid, como necesario, cara al 2014 y Ferrera.

Agosto (el 15 y sus colaterales) y el 12 de Octubre han dejado en la parrilla de salida a Juan del Álamo, en stand-by (por volver a verles) a jóvenes como López Simón y toreros válidos en el ostracismo como Lamelas. ¿Por qué no Javier Solís e Iván García son recuperables?

Ureña tuvo su rampa de lanzamiento el 25-A, para el 12-O ratificar que es alternativa como sus compañeros Bolívar y Sergio Flores (cada uno en su registro).

La corrida de ayer fue interesantísima y llevó más público del previsto.

Tan sólo, faltaron luces o recursos, lógico por estar en desuso, de antaño (el viejo Balaña en Barcelona), para que la empresa anunciara el mismo cartel de toros y toreros para una de las tres tardes de inicio, o 2 de mayo, y su repetición en ferias de primavera (S. Isidro o Aniversario).

Hubiera supuesto un aliciente -en caliente- para el público asistente, una llamada que pusiera en valor dicha fecha, un acicate para los toreros con el colchón de seguridad que lo hecho vale (y no para otra oportunidad sino dos) y de paso curase en salud de tener que dar explicaciones nuevas, transcurrido el tiempo, a los recelosos abonados del porqué de dicho cartel, por otra parte rentabilísimo dentro del abono.

Hay público y del público sale el aficionado.

Que hay interés por las corridas lo han demostrado la pasada Feria de Otoño en Madrid que pese a la novillada con derecho a devolución, y el diseño de feria ya comentado ha arrojado cerca de un 90% de ocupación.

Los finales de temporada en Valencia, Sevilla y Madrid por diferentes registros y cada uno con su casuística han demostrado que “los toros” interesan. Aún fuera de ferias.

En Valencia se ha evidenciado que en ciertas fechas coyunturales cualquier remedio de sustitución íntegra con señas de identidad propias por mucho que al principio el cartel de los seis valencianos rechinara, es, al menos, igual de mucho o poco atractivo. Aforo adecuado para el Día de la Comunidad con cartel de circunstancias pero identitario. Se hizo de la necesidad virtud y se cumplió el trámite sin los descalabros anunciados.

Precios: la clave

Ayer se vendieron cerca de 7.000 entradas en Madrid y casi se llena la Maestranza. Cada una con sus diferenciaciones pero con un hecho novedoso en ambas.

Posiblemente el principio de la “revolución” por la evidencia.

En Sevilla, cierto que el festival era de lujo, pero al fin y al cabo un festival, las entradas estaban un 50% más baratas.

En Madrid hubo otro 50% de reducción en el importe del boleto para aquellos abonados que renovaron por otoño y adquirieron conjuntamente la entrada del 12-O.

Puesta en práctica, ojalá no solo sea un ensayo y sí una opción de futuro inmediato, de las teorías que, servidor, viene manejando desde hace tiempo.

Sevilla, como la mayoría de las plazas, el 95% tiene un problema de precios. Ayer lo dejó patente. Manos a la obra, dentro de lo posible, y concienciación, principalmente a la Propiedad.

Con esos precios, aún caros (45 euros un tendido de sombra), es fácil que el mano a mano de Nazaré —Fortes y el cartel Cid, Castella, Perera no hubieran provocado la desolación contrastada.

Está claro que todas las corridas no pueden valer igual, salvo para el abonado con un precio base medio que le fidelice y le compense todo el ciclo en vez de elegir uno, dos o tres festejos de élite y les compense la reventa.

Madrid es otra historia pero que al final converge en la misma situación de inasequibilidad económica por parte del cliente.

Verdad es que el precio de las entradas, festejo a festejo, es de lo más acomodado, lo que no palia el desequilibrio entre carteles y termina siendo abono costoso por el número de festejos.

De ahí que el ensayo de esta feria de otoño con la corrida del 12-O puede ser un punto de partida en línea con las tesis que, servidor —otra vez el personalismo, perdón- viene propagando desde hace tiempo. Sencillo.

Fidelizar al abonado. Diversidad, promociones y bonificaciones

Un abono de costo según pliego con una serie de descuentos base, en el mismo, de un porcentaje estimable por el número de festejos de menor calado marcando las diferencias de precio sin transgredir el pliego, puesto que para las entradas sueltas regiría el mismo hasta en uno nuevo poder subir el de los festejos de élite según oferta y demanda.

Una serie de complementos al abono base con descuentos desde ese 50% aplicado ayer, hasta, gradualmente, al 25% según que el abono fuera de toda la temporada, otro que abarcara todas las corridas de toros, u otro que fuera abono de ciclos y

festejos clásicos como los citados más arriba (Inauguración, Ramos, Resurrección, 2 de Mayo, 15 de Agosto y 12 de octubre).

Incluso dentro del largo, y por ello gravoso, San Isidro, sacar, para aquellos que no sean abonados paquetes de festejos con ventajas de precio como incentivo para la asistencia puntual y un cebo finalista para hacer abonados de facto.

Una forma de fidelizar a los ya existentes y detener la sangría que se ha producido en los últimos años.

Por cierto, una disminución que ha alertado sobremanera. Cuando, aun sin ser agradable para el empresario, está marcando un nuevo ciclo sociológico en le comportamiento de la Plaza que será beneficioso cara al futuro mientras responda como hasta ahora la venta diaria puntual según se deduce de los cargos en taquilla.

Baja el abonado pero sube el espectador, por ahora ocasional, que se acerca a Las Ventas, cualquier día, sin el yugo de saberse rehén de la reventa como hasta hace poco.

Las Ventas en busca de su identidad. Rigor, sí; intransigencia no.

Esa transfusión de sangre nueva, la mayoría joven, joven sin fronteras de edad, con ganas de ver toros y toreros sin vicios ni prejuicios sustituyendo, en tandas renovables día a día, y sobre todo en la sombra: a tanto aficionado de diseño y figuración ante la sociedad, a tanto rico acaparador de abonos como objeto de regalo indiscriminado, y a tanto aburrido que se obligaba a ir a los toros con la hipocondría correspondiente está haciendo de Las Ventas una plaza menos intransigente dentro de su rigor característico que le está dando un aire menos inhóspito, follonero e irrespirable para mayor confianza de los protagonistas y sosiego en el aficionado y espectador tranquilo.

Esa deserción de cerca de 3.000 abonos en poco tiempo no solo ha supuesto lo expuesto sino que ha propiciado a muchos (obligados a los tendidos de sol y zonas altas, tras obtener el título que da haber estado, pacientes y a veces asqueados, en el territorio comanche de la permanente protesta).

Poder mejorar en calidad su localidad, hace aporta a estos aficionados, en la nueva ubicación, su experiencia en positivo y, de paso, definir con mucha más pureza y menos generalista al sector insurgente.

Una “peña” que a fuer de desesperante, es tremendamente necesaria. Principalmente por su fidelidad a su afición y a su plaza.
Es el único sector que se puebla durante toda la temporada fuera de abono, haga sol o llueva, corrida o novillada, perfil medio, bajo o indecente.

Luego, cierto es, que tienen sus cosas, de las que personalmente he criticado con firmeza, nunca con autosuficiencia, por no estar de acuerdo.
Pero además de su fidelidad citada hay momentos que pese a sus manidos tópicos escleróticos son el punto de equilibrio ante flaquezas de empresa, autoridad y el “coco” pregonado que supone un plus de entrega en la mayoría de toreros, incluidas las figuras, hasta el punto de tenerle comida la moral a alguno, cosa que tiene lecturas encontradas como bornes de batería.

E importante.

1.- El 12-0 ha hecho perder el miedo a programar en cualquier otro día que no sea domingo (se pretendió dar el festejo hoy) y que sin chinos y japoneses la corrida es posible.

Por ello sería conveniente una revisión de fechas e incluso horarios como ha hecho el futbol dentro de su galimatías y al parecer, salvo excepciones no ha ido tan mal. Como por ejemplo los partidos a las 12 del mediodía.

Hay que adecuarse a los tiempos, usos, modos y costumbres de los ciudadanos que están cambiando continuamente.

2.- Como suplemento a todo lo expuesto no debemos orillar que parte del “éxito” (entre comillas) de esta Feria de Otoño, y en su medida de la corrida de ayer se debe a la benigna meteorología.

Un dato que es aviso a navegantes para aquellos recalcitrantes que totalitariamente, sin debate, se obstinan a la modernización de los cosos, en particular Las Ventas.

Aludo, sin querer crear polémica, a la cubierta.

Entre otras cosas para renovar el encabezado de los carteles de aquello “con permiso de la autoridad” y suprimir lo de “si el tiempo no lo impide”.

Esta vez ha habido suerte. Pero conviene no olvidar que la fortuna es Diosa, y como tal caprichosa.
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