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Pepe Bienvenida / La suerte suprema

lunes, 25 de septiembre de 2017

2ª de San Miguel en Sevilla. Mejora Talavante, bien sin conectar Roca Rey y gravemente herido Rafael Serna / por J.A. del Moral



Tres toros tres, dos de ellos los mejores de la corrida de los Matilla con sus tres hierros, tuvo que matar Alejandro Talavante en su segunda tarde de esta miniferia. El extremeño, aunque solamente cortó una oreja, salió mejorado del difícil compromiso porque no pocos pensaron que dos tardes le iban a pesar demasiado. La verdad fue que Alejandro hizo un soberano esfuerzo para salvar la cara y su prestigio. Mejor así. Andrés Roca Rey no le fue a la zaga pese a corresponderle el peor lote del envío salmantino. También se esforzó en busca del triunfo que no llegó porque su quehacer careció de eco en los tendidos. Ni música ni un solo olé. Le pesó demasiado su precoz fama. El alternativado Rafael Serna resultó gravemente herido al entrar a matar como un jabato al primer toro de la tarde, precisamente el de su doctorado. Sentimos su fatal mala suerte.




Mejora Talavante, bien sin conectar Roca Rey
 y gravemente herido Rafael Serna

J.A. del Moral · 25/09/2017
Sevilla. Plaza de la Real Maestranza. Domingo 24 de septiembre de 2017. Segunda de feria y fin de la temporada. Tarde calurosa con casi lleno.

Seis toros con los tres hierros de la casa Matilla, Hermanos García Jimenez, Olga Jiménez y Peña de Francia. Muy bien presentados y de juego desigual. Noble sin clase el primero. Excelente por el lado izquierdo el segundo tras mansear en el primer tercio. Noble aunque muy a menos en brío el tercero. Muy potable el cuarto. Protestón por arriba el quinto. Y muy noble por el lado derecho el sexto.


Alejandro Talavante (almirante y oro): Cuatro pinchazos, otro hondo que escupe, sexto pinchazo y estocada trasera, palmas con saludos. Estocada muy entregado saliendo revolcado, oreja y ligera petición de otra. Estocada, palmas de despedida.
Andres Roca Rey (celeste y oro): Pinchazo y estoconazo de rápidos efectos. ovación con saludos. Pinchazo hondo sin soltar y estoconazo perdiendo la muleta, ovación con saludos.
Tomó la alternativa Rafael Serna (blanco y oro): Estocada de entrega saliendo corneado en la axila. 

Parte facultativo: Rafael Serna sufre «una cornada de 12 centímetros en la axila derecha, con arrancamiento de rama de la vena axilar, contundiendo el plexo y la arteria bronquiales. Pronóstico grave».

En banderillas destacó Juan José Trujillo.



Esta vez, lo dramático de la tarde corrió a cargo del alternativado Rafael Serna y de su padrino Alejandro Talavante. Ambos, cogidos al entrar a matar a sangre y fuego. Ambos arrancando sus actuaciones con largas de rodillas a porta gayola, siempre muy arriesgada suerte que en la Maestranza resulta más angustiosa que en las demás plazas por la gran anchura del pasillo que conduce a la puerta de chiqueros. Pero no fueron los momentos de mayor y también de voluntario riesgo que los dos toreros arrostraron con inequívoca disposición en pos de triunfar. Fue por entregarse al entrar a matar. Rafael Serna al toro de su doctorado con fatales consecuencias que le impidieron enfrentarse a su segundo oponente. Alejandro Talavante para amarrar el muy comprometido éxito en su segunda actuación de esta miniferia convertido en principal protagonista vía sustitución de José María Manzanares, por cierto presente en el callejón ya sin el collarín que ha llevado puesto tras su difícil intervención quirúrgica y raudo en saltar al ruedo para intentar salvar a su compañero y amigo. Por fortuna, Talavante no resultó herido aunque sí perjudicado porque acacaba de bordarlo al natural tantas veces motivo del general entusiasmo de los espectadores porque, como hemos dicho muchas veces, la mano izquierda de Alejandro es de purísimo oro de la mayor ley. Con el derroche que Talavante toreó ayer por naturales, al oro de su mano, añadió carísimos diamantes, lo que nos reconcilió totalmente con el extremeño, al fin y al cabo triunfador de este para él muy difícil compromiso. Lo celebramos por todo lo alto aunque lamentemos también que la espada le privó ayer de lograr un triunfo más consistente en resultados y, quien sabe, si ratificado con una posible salida a hombros por la Puerta de Príncipe.


El peor lote del variado envío salmantino de los Matilla le correspondió a Roca Rey, a quien últimamente le está pesando creo que prematuramente el peso de la purpura no por su culpa aunque en mi opinión acumula demasiados y consecutivos festejos, lo que inevitablemente le está desgastando físicamente. Pero lo peor no es eso. Lo peor es que el público, al menos el de La Maestranza, le mira con lupa y ya no se entrega al limeño como antes. Claro que el “antes” de Roca Rey acaba de acontecer en un brevísimo espacio de tiempo. Tanto fue el impacto que tuvo en su primera campaña europea como matador de toros, que pareciera haber actuado en bastantes más temporadas previas a la actual.

Pero Andrés es mucho Andrés y pienso que con el tiempo conseguirá estabilizar su devenir en mejor situación que este año y en no pocas plazas, creo que debe suponer un suplicio para el privilegiado alevín del toreo actual. Oigan, es que lleva un cuarto de hora en esto. ¿O no? Ayer en Sevilla, la verdad fue que apenas le hicieron caso durante sus prolijas y creo que excesivamente largas faenas de muleta sin que la música ni los olés arrancaran. Y eso, amigos, es muy duro de soportar. Ayer trabajó muchísimo muleteando por abajo en su intención de someter la aspereza de sus enemigos aunque sufriendo no pocos enganchones. Y ya se sabe lo que los toros desarrollan y empeoran cada vez que enganchan los engaños. Es de ley obligada en el toreo que el temple está por encima de cualquier otra virtud.


Ya quedó apuntado y descrito el grave percance que sufrió Rafael Serna. Ojala se recupere pronto y Dios dirá qué pasará en la próxima temporada que para él será un “volver a empezar”…

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