Multitudinario acto en el Auditorio Víctor Villegas de la ciudad.
Una sala abarrotada del Auditorio Víctor Villegas de Murcia fue testigo del extraordinario pregón pronunciado anoche por Enrique Ponce como prólogo de lujo a la Feria Taurina de Murcia. El maestro del toreo demostró serlo también de la palabra con un discurso elaborado, sentido y profundo que cautivó a la audiencia.
J. A. del Moral -Murcia 07/09/2017
El pregón contó con la asistencia del Presidente de la Región de Murcia, Fernando López Miras, y del alcalde de la ciudad, José Ballesta, entre otras autoridades, además de numerosas personalidades del mundo del toro, encabezadas por el torero Pepín Liria y el empresario Ángel Bernal. El periodista José Enrique Moreno fue el encargado de presentar al pregonero.
El pregón comenzó con palabras que llaman al compromiso de los toreros con la Fiesta: “Es obligación de todos los que decimos amar la Fiesta y detentamos alguna responsabilidad en el entramado taurino, por nuestra jerarquía y ascendencia, estar dispuestos a expresar lo que sentimos, exhibirnos de cara a la opinión pública para generar opinión, arropar al aficionado en un ambiente, en ocasiones, no muy comprensivo para él y dar fe de vida del toreo como actividad vital. Tenemos que ser capaces, todos, pero sobre todo los toreros, de revertir en la Fiesta lo que la Fiesta nos da, en definitiva estar al servicio de la Fiesta y de los aficionados y no solamente para servirse de ella”.
Ponce tuvo palabras de elogio para Club Taurino de Murcia, organizador del evento, “Hablar para el Club Taurino de Murcia es como hablar con parte de la historia del toreo”, dijo, haciendo referencia también a su próximo 130 aniversario.
Metido en materia, Ponce hizo referencia a un concepto muy en boga, la post verdad, que definió como la verdad auténtica que subsiste siempre después de los distintos análisis y ataques que sufre una temática determinada. “La post verdad dice que en pleno siglo XXI, y con todo el ninguneo de los poderes públicos y los ataques de los sectores demagógicos del sistema, en San Isidro acudieron casi 600.000 personas; dice que, después de toda la dejación que están haciendo los representantes del pueblo de lo que es el aspecto cultural mas importante de la marca España, la Fiesta es el mayor aspecto identificativo de España para el resto del mundo; dice que la fiesta se va regulando y adecuando la celebración de festejos a una nueva realidad, pero con fuerza y con una salud de hierro porque estamos enfocando La Tauromaquia en un aspecto emocional y de valores rotundos que la sociedad está muy necesitada de ellos, que no se nos olvide nunca: La Tauromaquia es verdad porque es movimiento de vida”, expuso.
Murcia
Más tarde se centró en la idiosincrasia de Murcia, de la que, dijo, “es la coherencia adaptada a los tiempos, vive bajo el respeto a su cultura, a su pasado y con la mirada puesta en el futuro, que, irremediablemente, tendrá que aceptar las condiciones de un pueblo que está seguro de sí mismo, un pueblo que es dueño de su destino y que ningún demagogo de la cultureta pseudoprogresista va a hacer que se altere”.
Hizo un repaso a las principales localidades taurinas de la región murciana, parándose en algunas de ellas, pero enseguida se centró en su vínculo taurino con la plaza de Murcia capital: “Es una plaza especial para mí, para mi carrera, desde que debutara de novillero en el año 1988, con todas las ilusiones intactas y todos los sueños por conseguir, hasta estas últimas temporadas, casi treinta años después, en las que he ofrecido mi tauromaquia mas acrisolada, mi templanza desde la excelencia perseguida”.
Esto le dio pie a una nueva reflexión: “Los sueños, aquellos mismos sueños que tenía entonces, me acompañan todavía, siempre un palmo por delante de mí. Porque un artista tiene que saber donde está el sueño que desea alcanzar, pero nunca atraparlo para no estrangularlo, si esto sucede se corre el riesgo de caer en posturas conformistas que te llevan directamente a una playa de vías muertas y vagones en desuso: Es la ilusión mantenida lo que me hace continuar en la pelea por seguir a mis sueños. Aquellos que un día, siendo niño, salí a buscar con mi abuelo Leandro. Humildemente podría decir que, gracias a Dios, he alcanzado casi todas las metas que un torero se pueda poner e incluso imaginar, pero nunca he adelantado a mis sueños, si a acaso he viajado con ellos. Los sueños son las ilusiones, mientras estas sigan con tanta vigencia en mí seguiré intentando alcanzarlos”.
Ponce aseguró haberse sentido un torero de Murcia y repasó hitos logrados en esta plaza, sobre todo los cuatro indultos conseguidos: “Bienvenido, Halcón, Desordenado, Filósofo, son nombres que van cosidos a mi historia, a mi vida, fueron toros que me permitieron expresarme, con distintos registros, pero siempre con profundidad y entrega, toros que se ganaron su derecho a seguir viviendo por ser ejemplos de bravura, de comportamiento en la lucha hasta entregar la vida, una vida que ganaron para perpetuar su especie de toros bravos. Cuatro toros bravos indultados que Murcia supo ver gracias a ese sentimiento, esa sensibilidad especial, que tiene esta afición para detectar que, aquellos, eran toros merecedores del indulto”.
Esta referencia provocó una reflexión sobre el toro y su evolución: “Es el hombre el que hace evolucionar al toro en su forma de embestir. De manera que lo que empieza siendo un ataque defensivo, asilvestrado, furioso, si quieren ustedes fiero, el hombre acaba diseñando una embestida que se convierte en bravura, es decir, en entrega hasta la muerte. Porque, hoy en día, hasta un becerro recién parido, es capaz de acometer a la máquina del tren”.
Ser torero
El pregón tuvo momentos de absoluta profundidad, como cuando Ponce definió su concepto de su profesión: “Ser torero, ante todo, es una actitud, una forma de entender la vida y enfrentarse a la muerte. Nos enfrenta con nuestro universo, con nuestro destino, con nuestros miedos e incertidumbres. Nada fácil de llevar a cabo. Es tan real como estridente, duro para el enfrentamiento de una persona consigo mismo, con su yo mas íntimo. Ser torero es tener que aprender a convivir en una eterna dualidad: La de ejercer de ser humano y a la hora de ponernos nuestra otra piel, la de ser un torero”.
Y también abordó la parte más dura de la profesión: “La sangre es parte de la vida y su exhibición es impactante, claro que sí, porque es la vida lo que se escapa por la rotura abrupta, la sangre es el tributo que pagamos los que nos enfrentamos a los toros, la sangre del toro es la declaración externa de la bravura; esa condición que le hace embestir hasta entregar su vida y provoca al hombre para exponerse ante el toro de una forma total. Los aficionados sí vemos la sangre, la diferencia es que lo entendemos como un medio para llegar al sumun de una actitud en la pelea y no como un fin en sí mismo, porque como dijo Federico García Lorca: El duende vive en las últimas habitaciones de la sangre”.
Volviendo a Murcia, hizo una definición precisa: “Murcia es la entrega al toreo desde la exigencia equilibrada, Murcia disfruta de todos los ángulos del toreo; es capaz de entregarse a la tauromaquia arrebatada como al toreo de sensibilidad mas exquisito. Murcia está libre de complejos y su libertad la expresa sin prejuicios para disfrutar en su del toreo en su totalidad.
Y desde esta premisa hizo un repaso por los toreros de la tierra, mencionando a Miguel Mateo “Miguelín”, Ortega Cano, Pepín Jiménez, Rafaelillo y Paco Ureña, y dedicando unas cariñosas palabras a Pepín Liria, “un torero al que las circunstancias le llevaron a torear corridas muy duras, pero él siempre tuvo alma de artista con un amor propio y una raza de torero fuera de lo común. En Murcia tuve la suerte y el honor de competir a cara de perro con Pepín y les puedo asegurar que nunca se dejó vencer, ni por los toreros ni por las circunstancias”.
Optimismo
En el último tramo del pregón, Ponce abordó la temática de la defensa de la Fiesta: “Durante todo este año -dijo-, en las distintas intervenciones públicas que he realizado, he querido lanzar un mensaje de optimismo, pero a la vez de lucha, de constancia y de sacrificio para lograr las metas que los aficionados a los toros necesitamos conseguir si queremos continuar con nuestra forma de vida, con nuestra afición. Ya se que no es fácil, que estamos recibiendo agresiones de todo tipo constantemente, pero no os quepa duda tenemos que utilizar la fuerza de la razón, la inteligencia para acabar por encima de estos grupos subvencionados y cada vez mas organizados”.
Y fue claro a este respecto: “Con La Tauromaquia no se negocia en ningún sentido, para ello, nosotros, debemos de robustecerla, llenarla de contenido emocional, no debemos de permitir que nos vacíen el contenido emocional. Si a cualquier aspecto o actividad de la vida lo desnudas de emociones no queda nada mas que gestos y actitudes sin sentido y sin criterio. Estas gentes de humanismos muy cuestionables pretenden desnudar nuestro mundo de emociones, pero no vamos a dejar que esto suceda, tenemos que ganar la batalla de la ética y de la moral en la calle, es fundamental”.
La ética
Precisamente en la ética basó buena parte de esta necesaria lucha contra la intransigencia: “La ética es la base de todo para que la voluntad humana se ponga en el camino de acometer cualquier forma de relación entre las personas y sus entornos, porque en ella esta la credibilidad. Por lo tanto el concepto ético lo tenemos que tener muy presente en todos nuestros comportamientos en el entorno taurino, debemos de ser honestos con lo que queremos ser y defender, creer firmemente en que lo que sentimos está bañado por la ética y la moral, debemos hablar de toros abiertamente, en cualquier sitio o lugar, pero además debemos de hacerlo en positivo, enseñando al mundo los valores éticos que posee la tauromaquia, que por eso decimos que es CAMINO DE VIDA”.
Por último, el maestro invitó a todos los aficionados a lanzar un mensaje: “No perdáis la oportunidad de hacer ver a aquellas personas que se van apartando de la senda del toreo, por el motivo que sea, que La Fiesta es apasionante, que es bella porque todo lo que la rodea se impregna de elegancia de formas y de elegancia moral, que la corrida es la escenificación mas próxima que existe a la propia vida, que por eso es dura y realista y se sufre y se padece y se vive en un estatus de provisionalidad constante porque la vida y la muerte están presentes”.
A lo que añadió: “La muerte en el toreo es el espejo de la vida misma, en el toreo no se asesina, en el toreo se reproduce el ciclo vital más lógico para mostrar al mundo que el ser humano es capaz de entregarse por amor a una liturgia atávica que es capaz de trasmitir emociones bellas. Asesinos son los que mutilan y tratan de extirpar la cultura de los pueblos y para ello no dudan en utilizar la violencia. Asesinos son ellos, aquellos de la empatía desequilibrada, enfermiza.
Y concluyó: “Os pido que anunciéis el toreo como una verdad incuestionable, la única representación en la que lo que sucede en el escenario es verdad: La vida y la muerte”.
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