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Pepe Bienvenida / La suerte suprema

sábado, 5 de septiembre de 2020

Desolación / por Pla Ventura:

Y dentro de todos los males, como dije alguna vez, todavía nos hemos “salvado” gracias a los pueblos en que, sus empresarios humildes han sido capaces de apostar a sabiendas de que iban a perder. ¿Cabe mérito mayor? Es innegable.

Desolación

Pla Ventura
Toros de Lidia / 4 septiembre, 2020
Esta temporada nefasta la que recordaremos siempre por esa cuestión de la pandemia que nos asoló a primeros de año, la que queremos que pase pronto, que quiera Dios volvamos a la auténtica normalidad y, en el año próximo que sigamos cosechando triunfos por aquello de que la temporada venidera anhelamos que sea normal, fructífera, sincera; como ha ocurrido toda la vida pero que, este año de desdichas al más alto nivel se nos ha ido todo al garete.

Y dentro de todos los males, como dije alguna vez, todavía nos hemos “salvado” gracias a los pueblos en que, sus empresarios humildes han sido capaces de apostar a sabiendas de que iban a perder. ¿Cabe mérito mayor? Es innegable. De lo perdido saca lo que puedas, dice un dicho popular y, es muy cierto. Cuando creíamos que todo estaba perdido, como explico, hemos sacado las vivencias de muchos pueblos que han dado toros que, en honor a la verdad, hasta nos hemos emocionado hasta la locura, sencillamente porque en los pueblos citados, sin figuras de por medio, hasta hemos disfrutado de la presencia del toro de verdad que, por momentos, incluso en las novilladas han aparecido por chiqueros auténticos toros, que se lo pregunten a Leandro Gutiérrez en su actuación en Añover de Tajo.

Es cierto que, en los últimos meses, desde que se empezaron a programar festejos de aquella manera tan sui géneris que, por otro lado, era todo un halo de esperanza, mira por donde llega la corrida de El Puerto de Santa María para que, tras aquel espectáculo que cumplía todas las normas habidas y por haber, muchos empresarios empezaron a rajar en torno a dicho festejo aludiendo una serie de engaños estúpidos que, como se demostró eran eso, bulos falsos porque como dice el dicho, si quieres un enemigo búscalo dentro de tu profesión y, así ocurrió.

¿Qué pasó más tarde? Sencillamente que, ante las malditas habladurías de lavadero, la Junta de Andalucía se acojonó y dictó otras normas más estrictas para que, por fin, ya no pudieran darse toros en Andalucía. Pero fue todo en un abrir y cerrar de ojos puesto que, seguro estoy, en la Junta de Andalucía actuaron por pura inercia sin pararse a pensar si lo de El Puerto era verdad o mentira. Hablan mucho, pensaron los dirigentes. Siendo así no se le ocurrió otra medida más bestial que reducir todavía más el aforo. Y se quedaron tan anchos. ¿Consecuencias? Fatales puesto que, por culpa de los bulos lanzados, entre otros, por el señorito Rivera Ordóñez, los políticos andaluces creyeron las palabras del señorito y obviaron la actitud honrada de unos hombres que habían acatado la ley en toda regla.

O sea que, al margen de la pandemia, tenemos que luchar contra las decisiones de los políticos que, como se demuestra son nefastas por completo; y eso que muchos dicen defender la fiesta de los toros, lo que se demuestra que es una mentira absoluta.

¿Cuántos infectados salieron de la corrida de El Puerto? ¡Ni uno! Al igual que en el resto de los festejos celebrados en Andalucía pero, como explico, los políticos creyeron antes a las viejas del visillo que todo lo saben, antes que a los profesionales que se estaban jugando su dinero honrado.

La peor tragedia que nos ha pasado no ha sido solo la pandemia; lo peor de todo es ilusionar a los empresarios y toreros para que organizaran festejos acorde con los límites de aforo establecidos y que, una vez todo organizado, incluso con los toros en los corrales, se suspendieran muchos festejos. Eso es una canallada con todas las de la ley que, por supuesto, no tiene la culpa la pandemia. Tras todo lo acontecido, estarán contentos los políticos, los antitaurinos y toda la gentuza que nos invade en todos los órdenes puesto que, lo que pretendían, lo están logrando, que se acabe para siempre la fiesta de los toros.

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