Luis Suárez con el Barcelona | EFE
Eso es lo que, salvando por supuesto todas las distancias, están tratando de hacer ahora con Luis Suárez, borrarlo de la historia del Barcelona. Ya no es sólo que Koeman le comunicara por teléfono que no contaba con él, no, esa circunstancia casi es una broma, es que ahora el oficialismo se ha puesto manos a la obra para hacer desaparecer a Suárez.
Y ahora hay que hundir a Suárez para salvar a Messi:
si no existieran habría que inventarlos
Stalin no sólo eliminaba físicamente a sus rivales sino que también los borraba de la historia. A Isaac Zelenski, por ejemplo, ex jefe del Partido bolchevique en Uzbekistán, no sólo le fusilaron en 1938, y eso a pesar de su inquebrantable lealtad hacia Koba, sino que Alexánder Ródchenko, que era el artista en cuestión, se vio obligado a eliminarlo de una de sus fotos y lo tuvo que cubrir con pintura negra. A veces los retoques no consistían en quitar sino en añadir. Por ejemplo, en una manifestación de 1917 se veía una tienda en la que podía leerse "Relojes. Oro y plata" y el texto de una de las banderas era ilegible; aquello fue considerado poco revolucionario así que los bolcheviques añadieron en vez de quitar: el cartel de la tienda pasó a decir "Tomarás lo que es tuyo a través de la lucha" y la bandera pasó a rezar "¡Abajo la monarquía!" Algunas figuras políticas, como Lev Trotski, estaban condenadas desde el primer momento a desaparecer física y espiritualmente; un ejemplo clásico es una foto de 1920 en la que Trotski está de pie cerca de Lenin; en la posterior versión retocada sigue Lenin pero Trotski ya no está.
Eso es lo que, salvando por supuesto todas las distancias, están tratando de hacer ahora con Luis Suárez, borrarlo de la historia del Barcelona. Ya no es sólo que Koeman le comunicara por teléfono que no contaba con él, no, esa circunstancia casi es una broma, es que ahora el oficialismo se ha puesto manos a la obra para hacer desaparecer a Suárez. Como Trotski para Stalin, Suárez no ha existido para los culés, nunca vino del Liverpool, su fichaje se frustró en el último minuto, era demasiado caro, permaneció en la Premier, jamás vistió la camiseta azulgrana y, por supuesto, nunca conoció a Messi ni fue amigo suyo ni formó con el argentino ninguna sociedad ni dentro ni fuera del terreno de juego.
¿Suárez? ¿Luis Suárez? ¿Quién es Luis Suárez? ¡Ah, sí, Luis Suárez Miramontes, el coruñés que ganó el Balón de Oro! ¡Qué bueno era!...
Porque el culpable de que Leo Messi decidiera irse del Barcelona fue Luis Suárez, claro. El señor X que se encuentra detrás de la decisión de Messi de despedirse de su club de toda la vida por burofax es Luis Suárez. Quien instigó y manipuló a Messi para que se tirara cinco días sin decir si se quedaba o si se iba, manteniendo en vilo a la afición después de haberle pegado una patada al club en la boca, ha sido Luis Suárez. El Fouché de toda esta historia es Luis Suárez, el verdadero muñidor de una decisión de Leo Messi en la que, curiosamente, no ha tenido nada que ver Leo Messi. Porque, o al menos eso es lo que interpretan en Barcelona, para salvar a Messi hay que hundir a Suárez.
El otro día leí por ahí que hay una teoría que dice que Beethoven era negro. Sordo, sí, eso no ha cambiado, y ahora también negro. Pero es más sencillo reescribir la historia acerca de alguien que lleva muerto casi dos siglos que sobre alguien o sobre algo que está ocurriendo hoy, ahora mismo. Porque, y aunque haya quien no se lo crea, Luis Suárez fichó por el Barcelona en 2014, llegó del Liverpool y costó 80 millones de euros. Suárez es, de hecho, el tercer máximo goleador culé de la historia superando, entre otros, al señor Ladislao Kubala. Suárez llegó a la ciudad condal, hizo muy buenas migas con Messi, se alabó por parte del periobarcelonismo la sociedad limitada que formaban tanto dentro como fuera del campo y se resaltó que él y el argentino y sus respectivas mujeres constituyeran una familia más allá de los terrenos de juego. Es más, cuando, como le ha pasado a Griezmann, a algún futbolista le sucedía que no podía entrar en el círculo privado de Messi y Suárez, los mismos que hoy están tratando de borrar la memoria del goleador decían que la culpa era del nuevo, que el nuevo no se integraba.
La asignatura es de primero de Manipulación: para salvar al que, aunque a regañadientes, se queda, hay que hundir al que se van a marchar. Los Messi no enviaron ningún burofax, fueron los Suárez. Tuvo la culpa Luis, que manipuló a San Lionel, bueno y mártir. El diablillo uruguayo hizo de las suyas y pervirtió a ese espíritu puro, ese querubín de Rosario, que simplemente se dejó llevar. Ahora el Fútbol Club Barcelona se ha dado cuenta de que a Messi hay que apartarle de las malas compañías. Hoy el periobarcelonismo ha reflexionado y ha llegado a la conclusión de que el culpable de todo... ha sido Luis Suárez, a quien más pronto que tarde se borrará de las fotos recientes del club. "¿Suárez? ¿Quién es Suárez? El caso es que me suena mucho. ¿No es el del Ajax que luego se fue al Liverpool? No me gusta, no es ADN culé, una vez incluso mordió a un rival. Aquí no habría encajado. Y ahora perdonadme que tengo que ir a escuchar la Quinta Sinfonía del compositor negro Ludwig van Beethoven". Lo que hay que ver. Lo que hay que oír. Lo que hay que leer. Si no existieran, habría que inventarlos.
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