Sebastián Castella con el 4°. Fotograma: Mundotoro TV
Con lleno total, el francés abre la Puerta Grande tras desorejar el toro de la tarde. Manzanares ovacionado. La invalidez y la sosería signaron la corrida...
“El toreo, no el triunfo”
Jorge Arturo Díaz Reyes
CrónicaToro/Cali, 19 V 2023
De aquel solitario 7 de enero en Manizales al multitudinario 19 de mayo madrileño, pasando por Sevilla, el retorno al toreo de Sebastián Castella venía lánguido, desapercibido, desilusionante. “Solo yo se lo duro que ha sido” confesó entrecortado en el callejón, ante las cámaras, tras dar la ruidosa vuelta al ruedo con las orejas de “Rociero”. “He vuelto en busca del toreo, no del triunfo”, agregó. Su verdadero regreso fue hoy.
La tarde había pasado su ecuador, arrastrada por la falta de fuerza que inhabilitó a los tres primeros jandillas para transportar su casta, o tan solo para mantenerla en pie. Si el rey de la fiesta no se tiene, si no está pleno de poder, si se pone de rodillas a cada trance, tenga lo tenga, sea de quien sea, venga de donde venga, no vale, infama fiesta. Nada de que ¡lástima con esa clase! Nada de que pobrecito, con lo bonito que es. Nada de mentiras piadosas. Su integridad total es la verdad del culto. Lo demás son herejías. Así venía la corrida, cierto, astifina, cuatreña, bien presentada, pero incapaz.
Entonces, “Rociero”, número 87, negro, veleto, puntudo, aleonado de silueta, galopó y no le dio tregua al capote. Pronto y codicioso al caballo, no encontró tampoco la pelea que buscaba porque solo recibió dos picotazos hipodérmicos de Agustín Romero. En cambio, Viotti y Blázquez con los palos y Chacón con la capa sí le hicieron los honores fajándose con él en gran tercio.
Ventaba duro y frío. Brindis al público. Un albur, como estaban las cosas. Cinco estatuarios azotados, dos de costado, una trinchera y un desdén, aguantando el envión de aire y pitones. Cuando la ovación se encrespaba, las patas blandearon y una duda flotó. Cinco por la derecha y el por alto, con el toro a todo tren. Y de nuevo claudicación. ¡Vamos!
Con la faena en el filo de la navaja, una gran tanda diestra, la mejor hasta ese momento y el jandilla y el torero p'arriba. Otras más, en tiempo raudo porque la codicia y velocidad de la embestida no había sido aun atenuadas por el temple. Pero la de cinco naturales y el forzado largo que siguió fue recitada, lenta y trazada. Todos de acuerdo, Sebastián recreado, íntimo, transido, parecía reencontrarse a sí mismo y la gente con él, a ole pelado. Un cambio por la espalda, roquero. Toreo de cercanías, de pies juntos y p'allá y p'acá, quieto. Manoletinas dignas, una estocada en la cruz, pelín tendida y las dos orejas que don Eutimio Carracedo Pastor muy conocido por su alegre pañuelo, premió por partida triple. Dos orejas y la Puerta Grande que para Sebastián era la quinta y la primera de su regreso. Había estado decoroso con el inservible primero y le ovacionaron. Pero su regreso, su verdadero regreso se marca con esta faena en Las Ventas..., y como estaba la plaza. Todos los vieron.
Manzanares, abundó de muleta con el segundo de minusválida bravura, le mató con una estocada caída, y los que le pitaron el saludo que no fueron los más, quizá tomaban en cuenta que él es mucho más que eso y que sin toro nada vale. Al quinto le bordó cinnco verónicas y una revolera tan lentas y mecidas que fueron lo más bonito del festejo. Luego el animal renunció y lo único que pudo hacer fue pegarle una gran estocada, de las suyas a volapié (porque las recibiendo, que son otra cosa, ya están en la historia).
Pablo Aguado, pasó por el ruedo como un rayo de luz a través de un cristal, sin romperlo ni mancharlo. La gente le tuvo paciencia, mucha. Incluso cuando se salió de la suerte en cuatro pinchazos fuera de sitio y avisado descabelló dos veces al sexto sin estoquearlo. Ya sus fans contarán largamente los "pellizcos" que sintieron o imaginaron.
FICHA DEL FESTEJO
Madrid. Viernes 19 de mayo de 2023. Plaza de Las Ventas. 9ª de San Isidro. Sol, nubes y frío. Lleno de “No hay billetes”. Seis toros de Jandilla, bien presentados, flojos y encastados.
Sebastián Castella, silencio y dos orejas tras aviso.
José María Manzanares, saludo protestado y silencio
Pablo Aguado, silencio y silencio tras aviso
Incidencias: Al finalizar la corrida Sebastián Castella salió por la puerta Grande.
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