'..El torero lleva años arrastrando problemas psicológicos que le han causado verdaderos quebraderos de cabeza. En cada tarde de toros, su rostro no refleja la alegría que cabría esperar de alguien que vive su pasión. Al contrario, su mirada transmite una lucha interna constante..'
Morante de la Puebla: Un torero desnudo
ante el espejo de la salud mental
Sergio Hueso
Morante de la Puebla, el torero más artista del panorama taurino actual, ha sido quien, como no podía ser de otra manera, ha puesto sobre la mesa un tema tabú en el mundo del toro: la importancia de la salud mental. Tras una entrevista magistral realizada por Jesús Bayort para ABC, el diestro se mostró más vulnerable que nunca, despojándose de máscaras y prejuicios para hablar sin tapujos de su lucha interna. Un trabajo periodístico que no solo merece una ovación, sino que también sirve como un puñetazo en la mesa del periodismo taurino, invitando a la reflexión.
En una sociedad que aún teme hablar abiertamente de los problemas psíquicos, Morante ha roto el silencio. La mente, tan vital como el propio cuerpo, sigue siendo un terreno lleno de estigmas. Muchos callan por miedo al qué dirán, al temor de ser juzgados o tachados de "locos". Sin embargo, cuando la cabeza falla, todo se resquebraja. Estar bien con uno mismo es el cimiento de la felicidad, y Morante ha admitido que no lo está. Su valentía al compartir su verdad es un acto de honestidad que pocos en su posición se atreverían a hacer.
El torero lleva años arrastrando problemas psicológicos que le han causado verdaderos quebraderos de cabeza. En cada tarde de toros, su rostro no refleja la alegría que cabría esperar de alguien que vive su pasión. Al contrario, su mirada transmite una lucha interna constante. Sin embargo, su compromiso con el toreo es inquebrantable. El amor que Morante siente por la tauromaquia es tan profundo que lo ha llevado a sacrificarse de maneras que pocos podrían comprender. Medicaciones fuertes, tratamientos agresivos e incluso terapias de electroshock han sido parte de su camino para mantenerse en pie. Estos tratamientos han sido tan intensos que, en ocasiones, le han hecho perder la memoria, al punto de no recordar faenas históricas que él mismo ha creado con su muleta.
En la entrevista con Bayort, Morante confesó que, tras una sesión de electroshock, ni siquiera fue capaz de reconocer a su amigo y apoderado, Pedro Jorge Marqués. Este testimonio es un reflejo de la dureza de los tratamientos a los que se somete para poder seguir vistiéndose de luces y cumplir con las exigencias del escalafón taurino.
Lamentablemente, los seres humanos somos a veces la especie más cruel. Juzgamos sin conocer, criticamos sin entender. Morante ha sido blanco de comentarios despectivos sobre su físico, acusado de estar "fuera de forma" para ser torero. Sin embargo, la realidad es muy distinta. Las medicaciones que toma para tratar sus problemas de salud mental le provocan retención de líquidos, lo que explica su aspecto inflamado en ciertas temporadas. Detrás de esas críticas superficiales hay una historia de sacrificio y dolor que pocos se han tomado el tiempo de comprender.
Morante de la Puebla merece cariño y respeto. Ha dado tanto al toreo que ahora es momento de devolverle algo de esa entrega. Necesita ser tratado con delicadeza, liberado de presiones y exigencias desmedidas. No se le puede pedir que salve ferias o levante taquillas a costa de su bienestar.
José Antonio debe torear cuando y donde él lo sienta, sin imposiciones. Ojalá esta vez seamos capaces de medir nuestras demandas y no agotar a uno de los pilares fundamentales del toreo actual. Morante no es solo un torero; es un artista, un luchador y, sobre todo, un ser humano que nos ha recordado que incluso los más grandes tienen batallas que librar en silencio.
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