'..El diestro revela que ha sido diagnosticado con un trastorno disociativo y un cuadro depresivo, condiciones que le llevaron a un estado de vulnerabilidad extrema, hasta el punto de considerar la muerte como una vía de alivio, aunque su responsabilidad hacia su familia le siguen impulsando a apartar esos pensamientos..'
Morante en la encrucijada
Carlos Bueno
Claro, rotundo, sincero, a corazón abierto… En una entrevista concedida a ABC, Morante habla de su enfermedad de forma impactante, sin medias tintas, con la verdad por delante, como torea. Hay respuestas que duele asimilarlas, que provocan que el lector se cuestione si era necesario enfocar las preguntas en esa dirección. Sin duda, el texto pone de manifiesto la importancia de visibilizar los problemas de salud mental y muestra la lucha del genio de La Puebla por recuperarse a través de su pasión, el toreo.
Jesús Bayort acaba de firmar en el diario ABC una profunda entrevista en dos entregas a Morante de la Puebla, genio irrepetible dentro y fuera de los ruedos. Quizá su marcada personalidad como torero viene potenciada por los trastornos con los que convive desde que tenía 22 años, como admite en la conversación. Y de ello habla de forma intensa y sin tapujos sincerándose sobre los profundos desafíos de salud mental que ha enfrentado y que se han agravado recientemente.
El diestro revela que ha sido diagnosticado con un trastorno disociativo y un cuadro depresivo, condiciones que le llevaron a un estado de vulnerabilidad extrema, hasta el punto de considerar la muerte como una vía de alivio, aunque su responsabilidad hacia su familia le siguen impulsando a apartar esos pensamientos.
Leer el texto me impactó. En principio fui incapaz de discernir si era necesario darle ese enfoque a la conversación con un matador que a punto está de reaparecer después de más de seis meses retirado por sus problemas psicológicos. De hecho continúo sin saberlo. Entiendo que esta reveladora entrevista no sólo destaca la lucha interna de un personaje, sino que también pone de manifiesto la importancia de visibilizar y abordar los problemas de salud mental en ámbitos tan exigentes como el de la tauromaquia. Y si contarlo puede servirle de bálsamo al propio afectado, me consuela.
Según sus propias declaraciones, la pasada temporada José Antonio Morante experimentó una absoluta desmotivación, una total aflicción y una desconexión tal que la tristeza y el llanto eran habituales siempre que no se encontraba toreando. Para tratar su condición tuvo que parar y recurrir a terapias de electroshock, lo que derivó en lagunas en su memoria que le han llevado a olvidar momentos cumbre de su carrera, como la faena en la Maestranza que le valió la concesión de un rabo, un honor reservado a muy pocos elegidos en la historia del toreo. Actualmente, reside en Portugal bajo el cuidado de la familia de su apoderado y sigue un estricto régimen de medicamentos y consultas psiquiátricas.
Pero, a pesar de la gravedad de su situación, el de La Puebla muestra una determinación inquebrantable por regresar a los ruedos. Ha firmado siete corridas en plazas de máxima categoría como Madrid y Sevilla, y expresa que su motivación principal para recuperarse es el toreo, una pasión que le impulsa a superar sus dificultades personales.
La entrevista en ABC es un testimonio honesto y conmovedor de un torero que vive su profesión con intensidad y profundidad. Sus palabras reflejan la complejidad de su personalidad y también su compromiso con el arte. Lo ha pasado mal y lo sigue pasando mal. Pero qué grande es el toreo que le sirve de acicate y motivación al genio de La Puebla. Qué grande es Morante aún estando en una encrucijada.
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