Valencia, 19 Enero 2017.- El Casino de Agricultura de Valencia inauguró ayer el que ya es quinto curso de su Foro Taurino. En esta ocasión, se celebró una mesa redonda con el título “La presidencia de los festejos taurinos”. En la misma tomaron parte los presidentes de la plaza de toros de Valencia Amado Martínez, Jesús Merenciano y Luis Maicas.
Durante cerca de hora y media, los tres ponentes revelaron las interioridades y peculiaridades de lo que supone ejercer la función de presidir los festejos taurinos. Un desempeño, según aseguró Amado Martínez: “para el que se requiere tener, sobre todo, afición. Sin ella sería imposible estar allí arriba, Es una faceta más de nuestra labor profesional, y requiere una preparación previa. Todos hemos ejercido de delegados gubernativos antes y así nos vamos formando. Luego hay cursos de formación todos los años.”
A lo largo de la mesa redonda se puso de manifiesto su función comienza el día antes de la celebración del festejo, con la llegada de los toros a la plaza y el reconocimiento de los astados, sus defensas, trapío y utilidad para la lidia teniendo en cuenta las características zootécnicas de la ganadería junto con los veterinarios. “Hay un papeleo enorme en cuanto a actas. La mañana del festejo se miden y calibran puyas, banderillas, rejones, caballos de picar, petos. Y viene el segundo reconocimiento de los toros, su aprobación, y luego el sorteo y el enchiqueramiento”, prosiguió Martínez.
Según afirmó Jesús Merenciano, “es la parte más complicada de nuestra labor, e incluso la más ingrata. En ocasiones existen muchas presiones de ganaderos apoderados, empresarios, y hay que aguantar el tirón. Nuestra función es la de velar por el interés de los aficionados, buscando la integridad del toro que se va a lidiar y la pureza del espectáculo. No estamos para fastidiar a nadie, al contrarioAunque a veces se nos pone en situaciones límitePor eso, es conveniente que alguien con autoridad pueda sentarse en el palco, porque también hay que mantener y respetar el orden público. Aunque hay aficionados que desempeñan esta labor perfectamente, como el caso de Bilbao. Perseguimos que se lidie un toro con el suficiente trapío e integridad. Y que conste que trapío no es el peso de la tablilla.”
Por la tarde viene la dirección del festejo, en el que los temas estrella para el gran público son la devolución de los toros y la concesión de trofeos. Para Luis Maicas: “hay muchas más cosas, como tratar de que el desarrollo de la lidia cumpla los cauces adecuados, evitando abusos por parte de lidiadores y profesionales. Tenemos que dirigir un espectáculo y tratar de agilizarlo en la medida de lo posible, para que no sea excesivamente premioso. Asimismo tenemos que tomar decisiones importantes en décimas de segundo y a veces no es fácil, ya que durante los previos al festejo y en el desarrollo del festejo hay muchos intereses en juego, que hay que tratar de armonizar”.
A veces los presidentes se equivocan, reconoció Merenciano. “Y tanto, somos personas, y en seguida nos damos cuenta. Nada más bajar del palco nos ponemos a analizar el festejo con nuestros compañeros, los asesores. Y a veces vemos que no hemos acertado. No es una excusa, pero hay que decidir en segundos, con lo que supone la presión del público y de los profesionales. Y luego el filo para determinar la devolución de un toro o conceder una oreja a veces no está claro.”
También se trataron otros temas, como los indultos, “que sólo se pueden dar en plazas de primera y segunda”, recordó Maicas, así como el Reglamento, sobre el que propio Maicas afirmó que “se impone su actualización, porque los tiempos han cambiado”. En cuanto a los Reglamentos Autonómicos, Martínez aseveró: “no me parecen convenientes, porque el festejo tiene una idiosincrasia, y los profesionales pueden acabar confundidos si en cada región se aplican unas normas.” Y en cuanto a las multas y sanciones, Merenciano concluyó: “Es otro tema a actualizar, porque en estos momentos son de tan escaso fuste, que a los profesionales les da lo mismo. Sanciones de otro calibre igual les harían meditar