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Pepe Bienvenida / La suerte suprema

lunes, 7 de junio de 2021

CORRIDA DEL CORPUS: Triunfó el toledanismo taurino

Álvaro Lorenzo cortó tres orejas a sus dos toros. - Foto: Dominguín

Gran tarde de toros en la que se repartieron cinco orejas los matadores Eugenio de Mora y Álvaro Lorenzo. Volvieron los toros al Corpus con gran afluencia de público.

Triunfó el toledanismo taurino

La Tribuna de Toledo / Domingo, 6 de junio de 2021
El Corpus volvió a tener toros y los aficionados respondieron acudiendo a la plaza, llenado en torno a la mitad del aforo autorizado, cumpliendo escrupulosamente las medidas sanitarias y la obligatoria mascarilla de todos los asistentes.
Toros y novillos pertenecientes a los Hermanos Lozano, muy bien presentados y en línea general nobles, bravos y colaboradores con los espadas.

El cartel organizado por la empresa cien por cien toledano respondió a las expectativas y partidarios de los tres toledanos llegaron desde diferentes puntos de la provincia a defender la hegemonía de cada unos de ellos en el ruedo.

Sobresaliente actuación de Álvaro Lorenzo en la corrida del Corpus toledano. - Foto: Dominguín

Tarde de efeméride las del Corpus taurino de 2021. Eugenio de Mora cumplía veinticinco paseíllos como matador de toros y, por ello, la Peña ‘El Trapío’ le quiso homenajear al romper plaza en presencia de sus compañeros.

En lo taurino se vivió en el coso de Mendigorría un duelo de toledanos en toda regla. En primer lugar, el más antiguo, el moracho Eugenio de Mora, estuvo con ganas de que se abrió de capa toreando con gusto al que abrió plaza, rematándola con una media garbosa.

Con la pañosa se fue a recibirlo rodilla en tierra y lo toreó con derechazos templados y largos, metiéndose al público desde el comienzo en el bolsillo.

Eugenio de Mora recibió al toro por delantales. - Foto: Dominguín
Luego vinieron tandas de profundidad y temple por ambos pitones, destacando derechazos de enjundia. Mató de estocada y cortó el primer trofeo de la tarde.

En su segundo, salió a refrendar el éxito logrando al final otro apéndice de su animal. El toro de buena condición y bien presentado no era fácil y Eugenio lo entendió a la perfección llevándole cosido a sus telas. Cuando acabó con él, paseó su trofeo agradeciéndole al público el cariño que siempre le presta cuando torea en Toledo.

Álvaro Lorenzo destacó en el quinto de la tarde, un animal noble, bravo y con profundidad, al que el torero de la capital supo darle los tiempos y las distancias necesarias. Tras brindar el animal al cielo a su apoderado fallecido Pablo Lozano, citó sin enmendarse al burel pasándoselo por ambos pitones muy cercano a su espigada figura. El toreo fundamental por ambos pitones fue de clase y gusto, conectando con los aficionados, sobre todo, en los remates de las tandas. Se volcó en el morrillo y le fueron concedidas las dos orejas por el usía.

Tomás Rufo dejó una grata actuación pese a irse a vacío.
 - Foto: Dominguín

Al segundo de la tarde Lorenzo le hizo una faena medida y templada, basándose sobre todo en la diestra, queriendo agradar a los asistentes y cuajando tandas meritorias que le valieron para cortar un apéndice.

El novillero Tomás Rufo trajo hasta la plaza capitalina una amplia parroquia de seguidores, sobre todo jóvenes de Talavera y su comarca que siguen al novillero de Pepino allá donde se viste de luces. Se abrió de capa ante su primero, queriéndole embarcar con suavidad, pero el animal no respondía a las ganas del novel. Con la muleta Rufo demostró el buen oficio que tiene aprendido y, a base de llevar al novillo cosido a su muleta le fue haciendo embestir como quería tras sus telas. Final de faena al alza por luquecinas muy ajustadas que le dejaban en las puertas de obtener un trofeo que él mismo se cerró por el fallo con los aceros. Saludó desde el tercio al respetable una calurosa ovación.

Al que cerró plaza lo toreó con suavidad y empaque, destacando el quite realizado con el capote a la espalda en el centro del anillo.

Brindó al respetable su segundo ejemplar tras lo cual citó desde el centro del anillo con la muleta sin rectificar en ningún momento. Ligó con la diestra muletazos por bajo, largos y templados, conectando enseguida con sus seguidores. Con el novillo ya entregado cogió la zurda y toreó al natural con manera cadenciosa. Rufo, que está a gusto en las cercanías de sus oponentes se puso cerca de los pitones del novillo de Alcurrucén y empezó a mecer las telas por ambos pitones, enroscándose una y otra vez las embestidas hasta dejar que el animal le tocase literalmente con los pitones en la taleguilla. El público se volvió loco con este alarde del novillero de Pepino. Se fue a por la espada, perfilándose de frente y por derecho dejando un pinchazo hondo en lo alto. Tras lo cual, enterró la tizona hasta los gavilanes haciendo que el novillo rodase sin puntilla. Hubo más petición de voces y gritos que de pañuelos en las gradas por lo que el presidente no concedió el trofeo ansiado por el novillero. Salió a saludar al centro del anillo tras lo cual dio una clamorosa vuelta al ruedo muy emocionado, dejando inédito el crédito del novillero de mayor proyección del panorama nacional.

Los tres intervinientes abandonaron el ruedo juntos y a pie por los impedimentos de las autoridades de que no se formen aglomeraciones de público. Un gesto que aplaudieron los presentes, de ver a sus tres toreros unidos y triunfales en la corrida del Corpus toledano.

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