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Pepe Bienvenida / La suerte suprema

viernes, 13 de mayo de 2022

Margarita Robles no sabe qué es el Bushido / por Eduardo García Serrano


Margarita Robles aún es la ministra de Defensa, pero no sabe qué es el Bushido, el Camino del Guerrero: lealtad y honor hasta la muerte. Debe creer que el Bushido es una  variedad del sushi. Margarita Robles, cuya cartera de Defensa pende de un rufián con barretina y del hacha y la serpiente de los bilduetarras, tampoco sabe lo que es el Código de la Caballería.

Margarita Robles no sabe qué es el Bushido

Eduardo García Serrano
Toros de Lidia / 12 Mayo 2022
Margarita Robles aún es la ministra de Defensa, pero no sabe qué es el Bushido, el Camino del Guerrero: lealtad y honor hasta la muerte. Debe creer que el Bushido es una  variedad del sushi. Margarita Robles, cuya cartera de Defensa pende de un rufián con barretina y del hacha y la serpiente de los bilduetarras, tampoco sabe lo que es el Código de la Caballería. Margarita Robles, que prohibió que se mencionara a Francisco Franco en los actos institucionales del Centenario de la fundación de La Legión, que es como prohibir hablar de Hernán Cortés en el aniversario de la conquista de Méjico, no sabe qué es el Credo Legionario: “Con el sagrado juramento de no abandonar jamás a un hombre en el campo hasta perecer todos”. Margarita Robles, que todavía es el cabo furriel de Pedro Sánchez en el Ministerio de Defensa, no ha leído a Calderón de la Barca por eso ignora que “Aquí, en fin, la cortesía, el buen trato, la verdad, la firmeza, la lealtad, el honor, la bizarría, el crédito, la opinión, la constancia, la paciencia, la humildad, la obediencia, la fama, honor y vida son caudal de pobres soldados, que en buena o mala fortuna, la Milicia no es más que una religión de hombres honrados”.

Margarita Robles es una beata socialista que no sabe lo que es el honor, ni la lealtad debida, ni la camaradería compartida. Por eso, precisamente por eso, es socialista, y por eso sirve a Pedro Sánchez con docilidad y mansedumbre, no con disciplina y bizarría. Y asegura sentirse muy orgullosa de hacerlo y de formar parte del Gobierno más vil de España desde la II República. Y lo confiesa y lo proclama mostrando la cabeza de Paz Esteban, la directora del CNI a la que Margarita Robles le ordenó espiar a los hispanicidas de ERC y a los asesinos de ETA con acta de diputado porque Judas Sánchez se lo había ordenado, previamente, a ella, a su mucama, a su chacha y a su fregona (Margarita Robles es muy, pero que muy polivalente) en el Ministerio de Defensa.

Aprovéchate de la traición y elimina al traidor que la ha perpetrado, esa es siempre la ecuación de la felonía. Repugnante, pero implacablemente eficaz. Por eso Roma no pagaba a traidores. Judas Sánchez, tampoco, y menos si los traidores a España, que son los que le sostienen en el Poder, le exigen la cabeza de los felones domésticos del PSOE y de su piara gubernamental. La cabeza de Paz Esteban ni les colma ni les satisface. Quieren más. Por eso Judas Sánchez deshoja la margarita que comunistas, hispanicidas de ERC y terroristas bilduetarras, todos ellos con acta de diputado, por supuesto, le han pedido que corte por el tallo, a la altura del gaznate. Te estás quedando sin pétalos, Margarita. Ya ni los reclutas se atreven a cantar aquella tonadilla de marcha que decía: “Margarita se llama mi amor, uno, dos...” porque saben que, en cuanto los comunistas, los rufianes con barretina y los diputados del hacha y la serpiente, le aprieten un poco más el escroto a Judas Sánchez, tu cabeza, Margarita, rodará por las escaleras de la Moncloa como la pelotita de la inquietante película “Al final de la escalera”. Te lo mereces, Margarita, por no saber qué es el Bushido. Deberías aprender qué es el Harakiri para tener una Buena Muerte, ahora que aún eres la jefa de La Legión.     

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