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Pepe Bienvenida / La suerte suprema

martes, 5 de septiembre de 2023

La Goyesca de Ronda / por Pla Ventura

 


 "...El que vaya a Ronda a ver dicho festival que no espere ver el toro por lado alguno; que no lo espera nadie, es muy cierto porque todos los que allí acuden, como antes dije, les da lo mismo que se lidien toros que borregos, es un acto social de relevancia y, los toros les importan un carajo..."

La Goyesca de Ronda

Pla Ventura
Toros de Lidia/5 septiembre, 2023
En estos días se ha celebrado la antiquísima corrida goyesca de Ronda que, desde que se instauró, que nadie lo dude, más que un festejo taurino es un acto social de mucho relieve para el mundo de la farándula, el artisteo, famoseo y demás especies que no saben de toros pero, dada su posición social no dudan en gastarse una fortuna por una entrada con tal de que les vean; mejor dicho, que se vean unos a otros, se regalen parabienes y, lo que suceda en el ruedo les importa un pito. Eso sí, la parafernalia que allí reina es de una belleza singular. El asunto lo domina muy bien Rivera Ordóñez, miembro del mundillo antes citado que, sabedor de las carencias de tantos bobos como allí se concentran, cada año trae una “novillada” un poco gorda, con unos pitones de dudosísima integridad y, de forma aparente y sin el menor atisbo de peligro.

Explicado el asunto, me resultó muy curioso que los compañeros de Cultoro, un portal importantísimo si de información taurina comentamos, los pobres se lamentaban de que no habían sido atendidos por la empresa para poder emitir un juicio sobre el festejo. ¿Dónde está el dislate? Me pregunto yo. ¿Acaso hay algo para informar de dicha corrida si todos los años es el mismo cuento? Uno debe de sentirse ninguneado por Madrid, por citar una plaza importante en la que, por consiguiente hay mucho que informar pero, la parodia de Ronda no debe de inquietar a nadie a sabiendas que, como ocurre año tras año, la parafernalia está servida y Rivera Ordóñez hace el agosto a primeros de septiembre porque, el número de bobos es infinito.

Luego, claro, hemos visto las imágenes del festejo y nos hemos echado las manos a la cabeza; tampoco tanto porque todos sabíamos cómo serían los toros y lo que sucedería en dicho festejo en el que, Manzanares se llevó un revolcón al que, el toro, tras voltearle le pidió perdón. Una oreja y otra oreja –mala cosa eso de una y una, lo que quiere decir que no ha pasado nada- cortó el de Alicante con los novillotes de Daniel Ruíz, Morante no pudo hacer nada frente a aquellos animales esperpénticos y, como cosa curiosa, el balance de Roca Rey fue de silencio y una oreja. Insisto, si en las imágenes la corrida nos ha parecido una auténtica burla, me lo imagino en la plaza y me hubieran entrado ganas de salir corriendo y, los pobres de Cultoro suplicando una entrada. Está claro que, dichos toros, ni siquiera se comportaron como los angelitos de costumbre puesto que, tenían más de burros que de toros.

Lo que me duele es la grandilocuencia de los medios que, tras las mentiras que cuentan, hasta quieren hacernos creer que dicho festejo es más importante que la Beneficencia de Madrid. Repito que, me parece muy bien que se haga dicho festejo, que disfruten los señoritos todo lo que quieran y más pero, cuidado, los medios de información no pueden alabar dicha falacia puesto que, esa corrida tiene más de broma que de auténtica verdad. Mirar los pitones de los toros ya es una ofensa para la vista de cualquier aficionado que se precie en lo más mínimo pero, si nos fijamos en la morfología de los animales, sus fuerzas e intenciones, hasta el más tonto del lugar comprende que le han tomado el pelo. Y encima, Cultoro, lamentándose de no poder asistir al fraude.

Insisto, Rivera Ordóñez está en su derecho de organizar las parodias que estime oportunas y, a su vez, si los famosos de turbo se sienten cómodos en la tierra de Pedro Romero, mejor que mejor. Ni unos ni otros le hacen daño a nadie, eso sí, el colmo del dislate no es otro que los medios de información saquen el botafumeiro correspondiente para glorificar dicho festejo. Eso sí me parce una burla, una tomadura de pelo porque, en el peor de los casos, si en dicha corrida se lidiaran seis toros auténticos, -por ejemplo de Ricardo Gallardo- resultado al margen, siempre ponderaríamos dicho cartel pero, nuestro gozo en un pozo. El que vaya a Ronda a ver dicho festival que no espere ver el toro por lado alguno; que no lo espera nadie, es muy cierto porque todos los que allí acuden, como antes dije, les da lo mismo que se lidien toros que borregos, es un acto social de relevancia y, los toros les importan un carajo.

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