Siendo las corridas de rejones espectáculos llenos de belleza, prefiero ver la función a través de la pantalla de televisión. Hablo en mi nombre: sacrifico el contemplar las evoluciones del jinete ante el toro y admirar el bello espectáculo en las plazas de toros, por las corridas de rejones a través de la pequeña pantalla. En la plaza, es cierto que disfrutaré de la elegancia de los ejemplares equinos que los rejoneadores presentan, sus garbosos movimientos que evidencian la alta escuela de doma, la presencia tan cuidada de los ejemplares, bien con sus crines al aire, o primorosamente trenzadas o adornadas, amen de las artísticas suertes con rejones y banderillas y los quiebros que en este juego ecuestre, toro y jinete, constituyen una modalidad más del arte de torear, pero la televisión me puede dar más.
Si tengo oportunidad, no dudo en engancharme a las retransmisiones de las corridas de rejones en Castilla La Mancha-TV, en donde encontraré al gran rejoneador que fue Josechu Pérez de Mendoza.
Desde hace doce años Josechu, comentarista taurino en los espectáculos ecuestres, ilustra en Castilla La Mancha-TV, de manera magistral, lo concerniente a todas las suertes del toreo y muy especialmente de todo lo que sabe y es muchísimo, con respecto a los caballos. Su análisis es inmediato en el momento que estos pisan el ruedo. Tanto las capas de cada equino, la procedencia, las características de cada uno, la edad de los mismos y mil detalles, en fin, del mundo del caballo. Importantes particularidades que quienes no somos cercanos a este mundillo, desconocemos, apreciando a quien nos ilustra tan sabiamente. No hay que olvidar que tan insigne representante del toreo a caballo fue durante treinta años una de las grandes figuras del rejoneo en España, que alternó con los grandes maestros de su tiempo y fue brillante embajador del toreo a caballo no solo en otros países de habla hispana sino en la vecina Portugal. Casi una vida entera dedicada a los caballos, pues hizo su debut a los doces años y se retiró definitivamente rozando la década de los 80.
Pérez de Mendoza, con una cabeza privilegiada, dotado de una expresiva sencillez y con la verdad por delante, quiero decir, sin paños calientes ni medias tintas, enjuicia el quehacer de los jinetes, se emociona cuando observa lidias espectaculares y no duda en exteriorizar lo que a su juicio no es del todo correcto. Sobre todo enseña al que no sabe, entre quienes me incluyo, de todos los detalles: su conocimiento y características de cada animal, las razas y su particular comportamiento, la manera más precisa para ejecutar las suertes, las denominaciones y peculiaridades de las pirueta, las posadas, el batir una mano, caracoleos, corvetas, lo que significa piafar etc. etc. Es decir: explica bien, se aprenden tantas cosas con él que ayuda a calibrar con precisión cuándo el jinete ha merecido realmente un premio y cuando no ha sido para tanto.
Nada más saltar el caballo a la plaza, Josechu te puede decir de inmediato todas las características morfológicas del animal y cientos de detalles con que nos ilustra con maestría y precisión. ¿Cómo no voy a preferir ver un espectáculo taurino ecuestre bajo la tutela de un experto que me enseña a ver de manera correcta lo que está sucediendo en el ruedo? Pienso asimismo que no sería malo que en las corridas de rejones el Presidente contara con un asesor experto en esta modalidad, que supiera aconsejar con conocimiento para no negar trofeos a una gran faena o, por el contrario, excederse en otras ocasiones premiando en demasía, tal y como hemos visto en algunos casos después de oír al ilustre comentarista de Castilla La Mancha-TV.
Viendo esos caballos magníficamente adiestrados y ejecutando suertes con un lustre y un valor enormes, pienso que está viviendo España un momento espléndido para el toreo a caballo. Una forma de realizar el rejoneo con gran perfección, rozando a veces la genialidad.
El toreo a pie ha mejorado muchísimo con el tiempo, lo que no quiere decir que los matadores de antes no hubieran sido buenos toreros ahora. Aquellos estarían considerados hoy tan auténticos maestros, como lo fueron, ya que los años hacen evolucionar y perfeccionar todo y ellos serían los primeros en incorporar y perfeccionar las suertes que en su tiempo tan aplaudidas fueron; los toreros de a caballo por su parte, están llegando a una perfección que cada día sorprende más, al punto que son muchas las corridas exclusivamente de rejones que se organizan, debido al plantel de buenos jinetes que hoy rivalizan para ofrecer el más difícil todavía. Si hay un despertar en el público del toreo a pie, lo hay también para el toreo a caballo.
Me apunto, pues, a estas corridas televisadas y admiro al maestro Josechu, el primer rejoneador que salió a hombros en 1957 de la Plaza de las Ventas y el primero también que atravesó la Puerta del Príncipe al año siguiente en La Maestranza. Un lujo para escucharle y aprender del alto magisterio del caballero segoviano que a sus 83 espléndidos años nos descubre todos los secretos del arte de torear a caballo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario