Los novillos de Dolores Aguirre, ganadería con fama de terrorífica, esta vez no fueron nada. Escasos de todo, incluso por debajo de la escasez, algunos sin presencia, y todos salvo el tercero, ni esencia. La bravura y la fiereza se la dejaron en el campo. Y de fuerzas, ni hablar. Petardo ganadero, hay que empezar anotando.
De los novilleros, con material semejante, no vale hacer juicios rectos para no caer en arbitrarias inmoralidades. Valgan pues unos eufemismos para ser lo más imparcial posible.
Voluntarioso sería el calificativo más apropiado para definir y resumir la actuación de Seseña. Su primero iba, cuando iba, y lo mismo cuando venía, sin decir absolutamente nada. La faena, de muletazos más o menos limpios y de escaso ajuste, no dejó poso. Al otro novillo suyo, el cuarto, le enjaretó lances en el saludo a la verónica de notable exposición y belleza, lo que hacía presagiar algo bueno que después no llegó en la muleta. La faena no tuvo entidad.
Jesús García estuvo tan constante como los compañeros, y en esa tenacidad encontró a veces en su primero el reconocimiento de algún pase estimable. Pero sólo a veces, ya que el novillo remataba los viajes con la cara arriba, y eso quitó ritmo a un trasteo que a la postre tuvo notables desigualdades. Ya en el mansísimo quinto, que no quería caballo y se dolió ostensiblemente en banderillas, tuvo poco sentido tanta insistencia entre el aburrimiento y la desesperación del tendido.
Una tarde que no cuenta para nada, ni para nadie.
FICHA DEL FEESTEJO.- Festejo 44 de la temporada venteña. Un quinto de entrada en tarde de calor soportable a la sombra.
Novillos de Dolores Aguirre, escasitos de todo, de poca importancia y rendimiento, no obstante, sin mayores complicaciones que esas escasas prestaciones. El tercero, buena excepción, fue ovacionado en el arrastre. El peor con diferencia, el quinto.
Álvaro Seseña: pinchazo y estocada tendida (silencio tras aviso); y tres pinchazos y estocada (silencio).
Jesús García: media y descabello (silencio tras aviso); y dos pinchazos y estocada trasera y caída (silencio).
Jesús de la Calzada: metisaca saliendo prendido, estocada, pinchazo y dos descabellos (ovación tras aviso); y pinchazo y estocada (silencio).
Antes de romper filas las cuadrillas en el paseíllo se guardó un minuto de silencio para honrar la memoria de Paco Camino y de Pepe Luis Vázquez, fallecidos ambos esta semana.
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