La voz del pueblo....
Para guapos los caballos de Ventura que ha sacado en la feria, cerca de veinte. Hoy me sacó de la melancolía por tercera vez, sobre todo cuando lo del quinto toro, que fue alto, con caja y de celo justo, que es lo contrario que mi apá tiene con la rusa que se fugó. Yo fui una excusa. Bueno, que Ventura se fue a portagayola montando a Girasol y no le importó que se le viniera cruzado cuando el rejón de castigo. Yo mismo soy un castigo y un rejón. No fue fácil el toro, porque había que llegarle mucho. No como a mi que se me ve desde hace un mes. Pero Orobroy se lo pasó por dentro, cerca de las tablas, por uno y otro pitón clavando reunido y de poder a poder. Y cuando sacó a Wellintong hizo dos quiebros de un riesgo milimétrico. Todo lo que hizo fue para quitarme esta melancolía a la que no sobrevivo, las cortas, el teléfono los adornos. Pero pinchó. No pinchó al tercero, un toro sin galope ni tranco y de corto celo, al que le sacó buen beneficio con Revuelo y con Morante, ese caballo que le tira mordiscos al toro. A mi tito Pedro me regaló un perro pero mejor se lo llevaron. Lloraba o me mordía al verme. Como Morante. Soy feo.
Cartagena es alegre. Fue una buena idea poner a Cartagena en mi último día porque da vida. Y es valiente. Mucho. Estuvo muy bien en el segundo toro, que tuvo buen son, aunque no mucha raza para continuarlo, pero dejó ceñirse a Andy que le llegó muy bien a la cara y salió con piruetas ceñidas montando a Cañero. O con Magno, dejándoselo llegar muy cerca para encelarlo. Lo cuento porque lo de los caballos ha sido mi alegría. La que nos dío al violín con las cortas. Pero pinchó. Le cortó una oreja a al otro toro, que quiso saltar al callejón.
Tito Pedro debía de andar por ahí. No le pierdas la cara nunca a los toros, me dice, Isidrito. Pero con Maravilla fue de menos a más en banderillas, ajustándose o tirando del recurso del violín por los adentros o con Pericalvo, caballo fino que le supo llegar al de Bohórquez. Tardó en morir el toro, de rejón bajo, pero cortó oreja. Mi apá me manda sms y dice que el que está cortando orejas es él. Le van a repetir, me dice.
Lupi no fue igual. Claro, la espesura del peso. El de la plaza. Un toro fue manejable y él estuvo nervioso, con una forma de lidiar distinta, lejos de lo que acostumbramos a ver por aquí. Sin ajuste muchas veces. En el sexto mejoró algo, pero siempre dio la impresión de que no iba a sacarme de la melancolía. Nací feo. Esa simpatía que siento por tito Pedro por llamarme guapo se está transformando en mala leche. Ahora que caigo lo mismo no soy de mi apá, que es bien guapo. De quien soy hijo busco parecido.
Andy cartagena, Diego Ventura, y Manuel Lupi
(Fotografía: mundotoro.com)
Plaza de toros de Las Ventas. Lleno. Último festejo de la Feria del Aniversario. Toros de Fermín Bohórquez. Andy Cartagena, ovación y oreja; Diego Ventura, oreja y ovación y Manuel Lupi, que confirmaba alternativa, silencio y saludos por su cuenta.
Otras fotografías: Archivo del administrador
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