HASTA LA VUELTA
Fernando García Terrell
10 de Julio de 2011.-
Demasiado calor y pocos toros, salvo los cornalones de esa feria que se autotitula del Toro y que carece por el contrario de la presencia de las figuras del escalafón de matadores y hasta de aficionados coherentes. Tan solo se respeta al toro y si no existiesen los encierros quizás ni aun eso. Es hora de hacer las maletas y olvidarse por dos meses del descalabro catalan, las malas ideas de Bildu en el País Vasco y de tanta feria repetitiva con los del G-10 copando toda la cartelería en ferias de poco fuste. Demasiada monotonía.
Sé que no es el momento adecuado para que los aficionados tiremos la toalla, muy al contrario creo que es ahora cuando precisamente más nos necesita la Fiesta, aun cuando ella viva ajena a tanta intriga, confabulación, mediocridad y politiqueo, pobre chica. A la vuelta aun quedaran ferias como las de Salamanca, Valladolid, Logroño y especialmente para los zaragozanos, la del Pilar. (Por cierto las castellanas ya estarán controladas por Cultura, esperemos un feliz debut en tales lides). Con la esperanza de que precisamente en ellas se produzca algo nuevo, estimulante, me marcho a cargar pilas y a refrescarme al alto Pirineo oscense de la Ribagorza donde las estrellas por las noches aun se tocan con las manos y la luna es la lámpara de noche que en mis paseos estampa en el camino mi sombra perdida de aficionado errante que por huir, lo hace hasta de la reaparición de José Tomás, el discutido.
No alcanzo a entender como un matador de toros que dicen es figura de la torería andante puede reaparecer esta temporada para hacer el paseíllo tan solo cuatro tardes y en cosos tan amables como en los que va a actuar. ¿No hubiese sido mejor esperarse al año que viene y comenzar la guerra, a demostrar su poderío y autentica dimensión desde los inicios de la temporada y en plazas de primera que aun le esperan y ven en él el posible resurgir de una fiesta decadente?
Parto a mi voluntario exilio apenado y a un tiempo complacido, tras haber leído el otro día en este mismo portal, un precioso y reconfortante artículo, escrito por un periodista zaragozano que por aquí tenemos olvidado y a Dios gracias, no en otras ciudades españolas. Les hablo de Santiago Celestino Pérez Jiménez, Profesor de Crítica Literaria de la Universidad CEU Cardenal Herrera de Valencia que me dejó “tocado” e impresionado con su recordatorio a Berlanga, Lorca y Zapa… en su editorial titulado “LA VOZ DE LOS MUERTOS”.
En los próximos días, esta misma persona, válida y precisa en momentos vitales como los que se presentan en la propia Ciudad del Turia ha organizado para los días 18 al 21 inclusive, en el Palacio de Colomina, de la calle Almudín numero 1, el Curso de la Universidad de Verano de Valencia que llevará por lema: “Los toros, símbolo de cultura”. Pero no está solo en el empréstito, le acompaña otro amigo que se inició como veterinario taurino en la plaza de toros de Zaragoza y que sigue vinculado con esta ciudad y con el propio Celestino, es el veterinario Javier Mazón.
Por si faltará un broche de oro, igualmente maño, el lunes 18 de julio, tras el acto de apertura, seguro que lo pondrá el buen aficionado local Enrique Asín Cormán. Este magnífico aficionado, escritor, conferenciante, documentalista, dibujante…, que tras pasar momentos de un inmerecido sin vivir, para satisfacción de los suyos, reaparecerá con la conferencia: “La tauromaquia del Papa Negro”, dentro de la temática, “La Dinastía Bienvenida: Universidad taurina y escuela de vida”.
Pero Enrique Asín, además es el único aficionado, propietario de un Museo Taurino en Zaragoza que hoy duerme en el sueño de los injustos, ante la indiferencia e incomprensión de unos políticos que no han querido que sus fondos fueran a parar, al sitio más lógico, al rellenar los salones de un museo que se ubicara en la plaza que construyó D. Ramón de Pignatelli y que luce en la actualidad toda su hermosura pero que está a falta de un espacio tan importante, como el museo. “La Misericordia” es de las pocas plazas históricas que carecen de él y no será por falta de espacio que haberlo ahílo, sino por falta de afición y voluntad política. Una pena.
Con estos hechos recuerdo que lo de la tan manida nobleza baturra, no es para tanto. A cuantas personas hoy me he referido son zaragozanos, buenos aficionados, de los que ahora se precisan y que están olvidados por estos lares.
Otro día continuaré con otro buen escritor taurino zaragozano, el hijo del propio “Don Bentura”, Benjamín Bentura Remacha que menos mal aun podemos leerlo en blogs como este y gracias pues su sapiencia taurina es mucha.
Hasta la vuelta.
Sé que no es el momento adecuado para que los aficionados tiremos la toalla, muy al contrario creo que es ahora cuando precisamente más nos necesita la Fiesta, aun cuando ella viva ajena a tanta intriga, confabulación, mediocridad y politiqueo, pobre chica. A la vuelta aun quedaran ferias como las de Salamanca, Valladolid, Logroño y especialmente para los zaragozanos, la del Pilar. (Por cierto las castellanas ya estarán controladas por Cultura, esperemos un feliz debut en tales lides). Con la esperanza de que precisamente en ellas se produzca algo nuevo, estimulante, me marcho a cargar pilas y a refrescarme al alto Pirineo oscense de la Ribagorza donde las estrellas por las noches aun se tocan con las manos y la luna es la lámpara de noche que en mis paseos estampa en el camino mi sombra perdida de aficionado errante que por huir, lo hace hasta de la reaparición de José Tomás, el discutido.
No alcanzo a entender como un matador de toros que dicen es figura de la torería andante puede reaparecer esta temporada para hacer el paseíllo tan solo cuatro tardes y en cosos tan amables como en los que va a actuar. ¿No hubiese sido mejor esperarse al año que viene y comenzar la guerra, a demostrar su poderío y autentica dimensión desde los inicios de la temporada y en plazas de primera que aun le esperan y ven en él el posible resurgir de una fiesta decadente?
Parto a mi voluntario exilio apenado y a un tiempo complacido, tras haber leído el otro día en este mismo portal, un precioso y reconfortante artículo, escrito por un periodista zaragozano que por aquí tenemos olvidado y a Dios gracias, no en otras ciudades españolas. Les hablo de Santiago Celestino Pérez Jiménez, Profesor de Crítica Literaria de la Universidad CEU Cardenal Herrera de Valencia que me dejó “tocado” e impresionado con su recordatorio a Berlanga, Lorca y Zapa… en su editorial titulado “LA VOZ DE LOS MUERTOS”.
En los próximos días, esta misma persona, válida y precisa en momentos vitales como los que se presentan en la propia Ciudad del Turia ha organizado para los días 18 al 21 inclusive, en el Palacio de Colomina, de la calle Almudín numero 1, el Curso de la Universidad de Verano de Valencia que llevará por lema: “Los toros, símbolo de cultura”. Pero no está solo en el empréstito, le acompaña otro amigo que se inició como veterinario taurino en la plaza de toros de Zaragoza y que sigue vinculado con esta ciudad y con el propio Celestino, es el veterinario Javier Mazón.
Por si faltará un broche de oro, igualmente maño, el lunes 18 de julio, tras el acto de apertura, seguro que lo pondrá el buen aficionado local Enrique Asín Cormán. Este magnífico aficionado, escritor, conferenciante, documentalista, dibujante…, que tras pasar momentos de un inmerecido sin vivir, para satisfacción de los suyos, reaparecerá con la conferencia: “La tauromaquia del Papa Negro”, dentro de la temática, “La Dinastía Bienvenida: Universidad taurina y escuela de vida”.
Pero Enrique Asín, además es el único aficionado, propietario de un Museo Taurino en Zaragoza que hoy duerme en el sueño de los injustos, ante la indiferencia e incomprensión de unos políticos que no han querido que sus fondos fueran a parar, al sitio más lógico, al rellenar los salones de un museo que se ubicara en la plaza que construyó D. Ramón de Pignatelli y que luce en la actualidad toda su hermosura pero que está a falta de un espacio tan importante, como el museo. “La Misericordia” es de las pocas plazas históricas que carecen de él y no será por falta de espacio que haberlo ahílo, sino por falta de afición y voluntad política. Una pena.
Con estos hechos recuerdo que lo de la tan manida nobleza baturra, no es para tanto. A cuantas personas hoy me he referido son zaragozanos, buenos aficionados, de los que ahora se precisan y que están olvidados por estos lares.
Otro día continuaré con otro buen escritor taurino zaragozano, el hijo del propio “Don Bentura”, Benjamín Bentura Remacha que menos mal aun podemos leerlo en blogs como este y gracias pues su sapiencia taurina es mucha.
Hasta la vuelta.
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