"...Primera mujer que corta dos orejas en Madrid a un novillo y segunda que sale por la Puerta Grande de Las Ventas tras Cristina Sánchez. Tiene la oportunidad de hacer nueva historia con un toro porque la página está en blanco.El triunfo de la murciana mucho más serio que el de su antecesora. Tras quedar en la historia, ahora viene la verdad. ¿Seguirá la suerte, la valía o ambas?..."
El Madrid de suerte y valía de Conchi Ríos
Ricardo Díaz-Manresa
15- julio- 2011
El suceso taurino y femenino del toreo de los últimos días se llama Conchi Ríos. No hay que esconderse para opinar, nunca lo hago, de lo que pueda ser polémico. Lo de la murciana tiene muchas aristas que hay que analizar. Ni todo es buenísimo, ni lo contrario. Por eso, allá voy. Ni soy feminista ni anti. Soy partidario de los mejores. Odio las cuotas de sexo y la igualdad impuesta. Tengo una hija a la que valoro muchísimo tanto profesional como personalmente. Siempre repito que el mejor periodista que tuve en Redacción a mis órdenes en 32 años en RTVE -muchos más de ellos que de ellas- fue una mujer. Se llama Alicia Compairé.
Suerte, tuvo mucha suerte. Suerte que el palco fuera ocupado por César Gómez, que creo así se llama. Le perdonó a Conchi los tres avisos en el primero. Uno al corral en su presentación en Madrid podría haber destrozado la carrera de la murciana. Pensó que era nueva, en un novillero que empieza y le perdonó el trago. Eso es suerte. Y después, las dos orejas. Crespo, el de la Plis, se preguntaba –ví las faenas después en televisión otra vez- qué hubiera pasado en San Isidro.
El presidente, en estos tiempos convulsos que tantas cosas raras obligan a hacer a los del palco, le pudo haber dado una. Un triunfo sí y buen colocada para el futuro. Y le dio las dos –el segundo pañuelo es reglamentariamente suyo- lo que significó hacer historia, telediarios, boom informativo y golpe hacia arriba de la mujer torera. ¿Dos o una?. Tal como está esto ni merece la pena discutir. Si vale, las multiplicará. Si no, las devolverá.
Un cachondo, a mi lado, decía que César Gómez debió salir a hombros con Conchi. ¿Por qué no los presidentes? preguntaba. Sí el mayoral que proporciona el material del éxito y no el presi que, siendo igual de justo o no, pudo dejar las dos en una y los dos avisos en tres. Y lo relataba : tras la despedida de los toreros que se van a pie, el presi baja a la arena y es izado a hombros por tan histórica actuación. Pero también tendrían que haber sacado a los presidentes-concejales de Pamplona por algunas puertas grandes abiertas a hombres tras el domingo 10.
Domingo 10. Historia. Conchi la ha hecho, pero también César Gómez, el primer presidente que dio dos orejas a la primera torera que las cortó en Madrid. O sea, para los libros, que ahí queda. Conchi : la historia no te la quita nadie ya. Primera novillera que lo hace y Dios quiera que la primera matadora de toros, sólo entonces lo habrás consolidado. Cristina Sánchez, tu antecesora, cortó una y una y ya no pudo repetirlo más en Madrid. Fue de más a menos. Aquella puerta fue de noche. Los demás paseíllos, de día.
Valía. Esta chica demostró que vale. Superó el hándicap del mitin con la espada en el de su presentación. Le echó valor al venir con dos novilleros con mucho cartel que le podían dar un fuerte repaso : Jiménez Fortes, ya casi matador de toros, y López Simón, con mucho cartel y bastante más experiencia. Exhibió valor porque matará toros en muchos sitios, ya en el escalón superior, con menos trapío y pitones que los de ese día. Y sobre todo vino a Las Ventas con una gran cornada, la del 26 de junio, todavía no cerrada, de 5 trayectorias, un viaje durísimo de Francia a Murcia y trayectorias descubiertas en su tierra donde la volvieron a operar. Gesta que hay que valorar. De Rieumes a Madrid 14 días después, tras un calvario. Soy su apoderado y seguramente no hubiera venido.
Más valía. Torea muy bien. Más de un natural y más de varios fueron magníficos. Buena muletera y matadora en el del triunfo. Es elegante, tiene buen tipo, el traje de luces le cae muy bien, sabe moverse por la plaza, sus andares son tan toreros como solemnes y el valor no se le supone porque lo acreditó superando el percance francés. Es más, reaparecer en una plaza de primera y, sobre todo, si es en la primera de las primeras y además el día de tu presentación en la más importante del mundo, se convierte en todo un gesto. Te aplaudo.
Circunstancias. No te lo creas Conchi. Ya he escrito lo de Cristina, que no se repitió. He visto las dos novilladas, las dos salidas a hombros. Las dos nocturnas. Con público para la ocasión. Mejor todavía para Cristina porque la acompañó mucho paisano de Parla, con tortilla como cena, tan entregado como Luis María Ansón que pedía ansioso desde el burladero de los Lozano, entonces empresa, los trofeos agitando el pañuelo a gran velocidad. Empezaba quizá a chochear, como ahora Iñaki Gabilondo. Todavía se callaba que no sé qué presidente socialista, que había dejado a España como un erial, corrupta y con gal, fue un gran estadista. Santa Lucía socórrelo.
En tu noche del 10 había pocos de Murcia, pero sí un grupo muy amable de espectadores. Con entradas baratas y ganas de fiesta, o turistas, que –sin embargo- tus compañeros no pudieron rentabilizar.
Nadie te quita lo bailao, pero no te lo creas. Me recordaste toreando a Manzanares, en lo bueno y en lo malo, que es mucho porque es el torero del momento. No vayas a ser flor de un día. Hace unos años la Comunidad de Madrid reunió a los que habían abierto la puerta grande en los últimos 25 años o así. La mayoría no había sido después nada o muy poco en el toreo. Espero que no sea tu caso.
Humildad, Conchi, y realidad. Lo tienes que decir y lo has dicho, pero no te lo creerás : mi triunfo no es más sonado por ser una mujer… Vamos que si Saúl o Alberto, tus compis de la tarde-noche, cortan las dos salen en todos los telediarios…
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