Padilla da la vuelta al ruedo en la plaza de Úbeda
en vísperas de su percance en Zaragoza
Padilla volverá a torear ¿Por qué?
Rafael Comino Delgado
Académico de Medicina y Cirugía
Tras ser dado de alta en el hospital Miguel Servet de Zaragoza, el maestro Padilla ha hecho unas declaraciones, en las que dice que volverá a torear...
Tras ser dado de alta en el hospital Miguel Servet de Zaragoza, el maestro Padilla ha hecho unas declaraciones, en las que dice que volverá a torear, que no guarda rencor ni al toreo ni al toro, que el toreo le ha dado todo, que en la cara del toro se siente feliz.
Mucha gente, la mayoría, dirá: ¡Si está bien situado económicamente, si tiene 35-36 cornadas, algunas muy graves, si ha estado varias veces a punto de perder la vida¡, ¿por qué volver a torear, arriesgando tanto? Pues por todo lo que él ha dicho, porque tiene mucha raza y además porque el toreo no es una profesión como las demás, es una vocación muy fuerte; el sentimiento torero, el sentirse torero es algo muy profundo, muy intenso, que emana de lo más intimo del alma, que cuando se tiene te domina por completo, no te puedes librar de ello. Es como una fuerza misteriosa que te arrastra irremisiblemente hacia el toro, para ponerse delante de él y expresar ese sentimiento, y ahí el torero se siente muy feliz, cuando logra expresar lo que siente, aún a riesgo de perder la vida.
Al torero se le plantea en el ruedo un terrible dilema: Por una parte, su instinto de conservación le aconseja huir, no ponerse delante del toro, pero, por otra parte, su irrefrenable instinto de torero le dice lo contrario; finalmente predomina el instinto torero aceptando el riesgo de la cornada.
Por eso el arte del toreo es grandioso, único pues se le exige ser validado con el riesgo; no existe en el mundo otro arte con esta característica, y por eso el pensamiento y proceder de los toreros solo lo puede comprender quien haya experimentado ese sentimiento.
Es lógico que mucha gente no comprenda la actitud de Juan José Padilla, ni la de los toreros en general. Los toreros son gente con alma grande que les permite hacer grandes acciones, llenas de dificultades, que incluso ponen en peligro la vida. Lo que hacen los toreros no se haría jamás solo por dinero, se hace porque se siente, porque se desea, porque produce felicidad el hacerlo.
Que lo sepan todos, los antitaurinos, los taurinos y los indiferentes, que lo sepa el mundo entero, que conozcan la grandeza de espíritu del maestro Padilla y de los toreros en general. Que todos sepan que mientras haya un toro bravo y un hombre dispuesto a ponerse delante, jugándose la vida para expresar su arte, el torero perdurará, por mucho que sea atacado por gentes que, en general, lo desconocen.
Por eso yo termino diciendo: ¡Vivan los toros bravos!, ¡Vivan los bravos toreros!, ¡Viva por siempre el toreo!
***
AplausoS
Académico de Medicina y Cirugía
Tras ser dado de alta en el hospital Miguel Servet de Zaragoza, el maestro Padilla ha hecho unas declaraciones, en las que dice que volverá a torear...
Tras ser dado de alta en el hospital Miguel Servet de Zaragoza, el maestro Padilla ha hecho unas declaraciones, en las que dice que volverá a torear, que no guarda rencor ni al toreo ni al toro, que el toreo le ha dado todo, que en la cara del toro se siente feliz.
Mucha gente, la mayoría, dirá: ¡Si está bien situado económicamente, si tiene 35-36 cornadas, algunas muy graves, si ha estado varias veces a punto de perder la vida¡, ¿por qué volver a torear, arriesgando tanto? Pues por todo lo que él ha dicho, porque tiene mucha raza y además porque el toreo no es una profesión como las demás, es una vocación muy fuerte; el sentimiento torero, el sentirse torero es algo muy profundo, muy intenso, que emana de lo más intimo del alma, que cuando se tiene te domina por completo, no te puedes librar de ello. Es como una fuerza misteriosa que te arrastra irremisiblemente hacia el toro, para ponerse delante de él y expresar ese sentimiento, y ahí el torero se siente muy feliz, cuando logra expresar lo que siente, aún a riesgo de perder la vida.
Al torero se le plantea en el ruedo un terrible dilema: Por una parte, su instinto de conservación le aconseja huir, no ponerse delante del toro, pero, por otra parte, su irrefrenable instinto de torero le dice lo contrario; finalmente predomina el instinto torero aceptando el riesgo de la cornada.
Por eso el arte del toreo es grandioso, único pues se le exige ser validado con el riesgo; no existe en el mundo otro arte con esta característica, y por eso el pensamiento y proceder de los toreros solo lo puede comprender quien haya experimentado ese sentimiento.
Es lógico que mucha gente no comprenda la actitud de Juan José Padilla, ni la de los toreros en general. Los toreros son gente con alma grande que les permite hacer grandes acciones, llenas de dificultades, que incluso ponen en peligro la vida. Lo que hacen los toreros no se haría jamás solo por dinero, se hace porque se siente, porque se desea, porque produce felicidad el hacerlo.
Que lo sepan todos, los antitaurinos, los taurinos y los indiferentes, que lo sepa el mundo entero, que conozcan la grandeza de espíritu del maestro Padilla y de los toreros en general. Que todos sepan que mientras haya un toro bravo y un hombre dispuesto a ponerse delante, jugándose la vida para expresar su arte, el torero perdurará, por mucho que sea atacado por gentes que, en general, lo desconocen.
Por eso yo termino diciendo: ¡Vivan los toros bravos!, ¡Vivan los bravos toreros!, ¡Viva por siempre el toreo!
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AplausoS
¡OOOOOOLE! LO MEJOR QUE HE LEÍDO HACE MUCHÍSIIIIIIIIIIMO TIEMPO. ¡VIVA! ¡VIVA! ¡VIVA!
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