Sus trabajos han tenido un eco memorable, razón por la que nuestro artista, a diario nos muestra su faz más bella si de arte hablamos. En esta ocasión, como no podía ser de otro modo, le ha inspirado un narrador excepcional como pueda ser Arturo Pérez Reverte, el que fuera corresponsal de guerra en el mundo del periodismo y, pasados los años se ha convertido en uno de nuestros literatos más celebrados. Sin duda, la obra de Pérez Reverte es la que ha conmovido a Benidel Yáñez para crear su retrato como podemos ver en la foto que mostramos.
El realismo, en las manos y sentidos de Benidel Yáñez alcanza rangos insospechados puesto que, su obra dignifica tal definición de la pintura la que, como ahora, llegado el momento, cuando Pérez Reverte ha visto retrato ha quedado totalmente emocionado, no nos cabe la menor duda al respecto porque, como sabemos, a nuestro celebrado narrador se le ha pintado en muchas ocasiones, ha sido caricaturizado en repetidas ocasiones pero, la nitidez que muestra la obra que este artista autodidacta ha logrado, entendemos que se trata de un trabajo admirable; así le han calificado en innumerables obras anteriores en la que, en todas quedó marcado su acento del realismo con el que este pintor es capaz de lograr.
Convengamos que, la amabilidad de Pérez Reverte hacia nuestro artista querido, ha sido un hecho consumado puesto que, el narrador cartagenero, al serle solicitadas unas fotos para poder realizar su retrato, no dudó un instante en remitirle al pintor un ramilletes de fotos actuales para que éste eligiera la que más le inspirara.
Así quedó la obra, tal y como la mostramos que, dicho sea de paso, Pérez Reverte ha felicitado de forma efusiva al artista Ibense una vez que éste ha tenido la obra en su poder en calidad de fotografía, dándole las gracias por tan hermoso detalle que, sin lugar a dudas, por las letras que tenemos de tan celebrado autor, ha quedado embelesado. Y para que nada le faltara al retrato vemos unos libros sobre la mesa y, como colofón una obra Shakespeare, el autor británico más universal con el que, sin duda alguna, Pérez Reverte, a lo largo de su vida alguna lección habrá tomado del genio inglés.
Como nos ha confesado el autor del retrato, Arturo Pérez Reverte se siente ufano del destino final de la obra que le inmortaliza puesto que, Benidel Yáñez ha donado su obra a dos asociaciones sin ánimo de lucro como ha hecho en anteriores ocasiones, una dádiva que ha reconfortado el alma de tan célebre escritor a sabiendas de que, su retrato, el que nos lleva hasta su magna obra, ha servido para que entre ambos artistas, escritor y pintor, hagan felices a unas personas que, sin duda, lo serán tanto como ellos al recibir un regalo tan significativo que, con toda seguridad, muchos pujarán por tener colgado en casa un retrato pintado por Benidel Yáñez y, lo que es mejor, con la efigie de unos de nuestros más emblemáticos literatos.
No queda otra opción que felicitar a Benidel Yáñez por haber elegido para retratar a uno de los personajes más legendarios de los que gozamos en la actualidad; leer su biografía escueta en Internet, dicho dato, nos da la medida de la grandeza de Pérez Reverte que, inmerso en innumerables guerras por todo el mundo en calidad de reportero, el oficio que aprendió en aquel lugar sacrosanto del periodismo que atendía por el diario Pueblo. Fue secuestrado por un tiempo, herido en varias ocasiones lo que nos certifica que, su trabajo consistía, además de informar, en jugarse la vida. Un tipo heroico al que, como se demostró, su talento le ha llevado hasta el olimpo de la literatura de España puesto que, sus obras, traducidas en varios idiomas dan la medida del clamor de su éxito.
Conociendo la trayectoria de este hombre admirable, muy pronto comprendemos los motivos por los que, tras laborar muchos años en TVE como periodista y, como dijimos en calidad de corresponsal de guerra, el ente televisivo le quiso cuestionar en su trabajo a lo que, Pérez Reverte firmó su propio finiquito y, a partir de aquel momento nació su primera novela Territorio Comanche, inspirada, lógicamente en su función como corresponsal de guerra y, más tarde para denunciar los atropellos a los que fue sometido en el ente televisivo que pagamos todos y disfrutan unos cuantos.
Más tarde se fueron sucediendo sus innumerables novelas que, muchas, hasta han subido hasta el celuloide, acumulando, en estos últimos años infinidad de premios que dan relumbrón a caché a un escritor de su talla. Sin lugar a dudas, uno de nuestros narradores más significativos en los últimos años.
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